Regresé por ti

Ho bisogno di entrambi

CAPITULO 46

 

ANDRÉS HERRERA:

 

Esta semana fue fenomenal con mis mujeres, reímos muchos, convivimos lo más posible, conocí cosas de mi hija que no sabia como su cumpleaños, de donde surgió su nombre y con Alessandra ni se diga, cada noche la pasábamos mejor que la anterior, recuperando de lo que nos perdimos por estar lejos del otro… en fin, hoy se supone llega Emir así que ahora me encuentro en la puerta despidiéndome de ellas. 

 

–Quédate –me dice Stella recostada en mi hombro

–Lo siento, mi florecita –le beso la coronilla –en otra ocasión será y te prometo que ya nunca me iré, además tenemos un viaje pendiente ¿recuerdas?

–Si, para tu trabajo 

–Exacto, así que dame un beso que me debo de despedir de tu mami

 

Me abraza fuerte y sus labios dejan un húmedo beso en mi mejilla, le sonrío y la bajo. Miro a su madre esperando su turno para despedirse.

 

–En cuanto llegue hablaré con él –me susurra

–Si sucede algo no dudes en llamarme que vengo enseguida

–De acuerdo 

 

Le tomo la cintura y la beso lentamente, pego nuestras frentes al final y ella suspira.

 

–Te amo –me dice

–Y yo a ti, mi flor

 

Me alejo de ellas caminando hacia mi automóvil, volteo una vez más y veo como Alessandra se recarga en la puerta con Stella detrás de ella soltando pequeñas lagrimas debido a que no quiere que me vaya, pero esto debe de resolverlo con él, no debo de meterme ya que es una situación de ellos dos, deben decidir qué hacer y ya hice mi promesa de que pase lo que pasé no me interpondré en nada que suceda. 

 

La amo, pero si ella aun así decide quedarse con él respetaré su decisión, no quiero su sufrir a costa de mi propia felicidad porque de eso se trata el amor, de saber cuándo debes de soltar para ver a la persona que amas feliz aun si no es contigo. 

 

 

ALESSANDRA ANTONELLI:

 

Pasan las horas, creo que hasta es de noche, Stella y yo pensamos que llegaría temprano, pero no. Las luces de un auto pasan por la ventana indicando que ha llegado, de unos minutos después abre la puerta pasando con dos maletas y una mochila de mano. 

 

–Mi musa, ya llegué –grita indicando su llegada, pero yo ya estoy frente a él

–Hola, ¿Cómo te fue? –evita mi mirada

–Bien, super bien, tome muchas fotos –tartamudea –pasaron cosas, lo normal

–PAPIII –grita Stella corriendo a sus brazos

–Mi princesa hermosa ¿Cómo estás?

–Super duper

 

Juega un rato con Stella mientras yo lo espero en la habitación para poder hablar. En el momento que sube tiene a mi hija detrás de él sujetándose de su cuello para no caer. 

 

–Llegamos –la avienta a la cama y esta ríe

–Emir, tenemos que hablar

–Si, deja llevo a…

–No, ella quiso estar aquí, no es necesario que se vaya

 

Nos mira a las dos con demasiada confusión. Toma asiento en la cama y yo igual mientras Stella se coloca en medio de los dos, pero mirando a su papi Emir. 

 

–Esta semana que no estuviste pasaron cosas que… –rayos no encontraba las palabras –que me hacían pensar en cómo han cambiado las cosas para todos nosotros

–¿De qué manera? –frunce el ceño –no entiendo

–Stella, ya sabe… ella ya sabe que Andrés es su padre

 

La mira asombrado y está igual lo mira, pero sin expresión alguna. 

 

–Hablamos y llegamos al punto en que…

–Me iré, está bien –se trata de poner de pie, pero se lo impido –Andrés volverá con ustedes, te lo dije, vino por lo que le pertenece

–Oye, tranquilo –digo lo más calmada posible –no queremos que te vayas

–¿Entonces?

–Papi –dice temerosa detrás de mi brazo –yo quiero a los dos aquí

 

Y se vuelve a esconder detrás de mí, Emir me mira como si lo que dijera la niña fuera una total locura, pero es que yo también quiero que se quede. 

 

–¿A que me quedo? –eleva un poco la voz mirándome –no pienso ver como son una familia feliz y yo un intruso que solo está de arrimado en esta casa




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