Regresé por ti

No entiendo

CAPITULO 49

 

NARRADOR OMNISCIENTE: 

 

Cuando Stella logró salir comenzó a gritar a todos lados por ayuda, y cada vez que daba pasos lejanos al coche que comenzaba a entrar en llamas veía a su madre sin moverse y no dejaba de llorar ni de gritar.

Dio un último grito desgarrador y en eso un auto se acerca a ella, un señor baja de este preguntando si se encontraba bien mientras Stella le decía que su mami estaba en el coche –le señalaba– ocasionando que el señor llamara de inmediato a emergencias. 

Pero mientras todo esto pasaba Andrés ya se encontraba algo preocupado en casa, aun no terminaba de hacer la comida, pero él sentía que algo dentro de su pecho se estrujaba, su preocupación creció ya que ya había pasado un tiempo desde que Alessandra se había ido por su hija y ni una llamada más que un mensaje que decía que ya venia a medio camino, pero para estar a medio camino se estaba convirtiendo en uno muy eterno. 

Una llamada alumbro su celular he hizo que detuviera todo lo que hacía. Era un numero desconocido y con extrañeza contestó.

 

–Herrera

–Señor, mi nombre es Esteban y lo llamo para decirle que su esposa e hija tuvieron un accidente

–¿Qué? –pregunto alterado –como que un accidente, ¿dónde fue eso?

–El accidente sucedió entre la calle Boulevard y Flor de loto, de hecho, su hija me indico que lo llamara y también llamamos a urgencias

–Por favor páseme a mi hija –apago todo y tomo sus cosas para ir de camino a donde le indico el señor

–Papi –solloza –mami y yo dimos muchas vueltas en el carro

–Mi florecita, dime exactamente que paso, ya estoy yendo para con ustedes

–Mami me sonrió y yo le di un besito, otro carro nos pegó muy fuerte –y comienza a llorar –dimos muchas vueltas hasta que mami y yo nos quedamos al revés, mami me saco y me dijo que pidiera ayuda

–Hiciste muy bien, mi amor, ahora donde esta tu mami –estaba a nada de llegar

–Sigue en el carro, me dijo que saliera a pedir ayuda porque no puede salir de ahí, papi –Andrés no podía creer lo que estaba pasando –tengo miedo, papi, la cabeza de mami tenía sangre y…

 

No logró terminar porque se escuchó una explosión deteniendo tanto a Stella como a Andrés que podía ver el humo a lo lejos del camino. 

 

–NOOOO… mami, mi mami esta hi, señor, debo ir por ella, déjeme, mi mami me necesita, yo la iba a ayudar

 

Eso lo dejo en shock, freno de golpe y su corazón se detuvo por un momento. Estaba pensando lo peor y no quería que se hiciera realidad. 

 

–Señor, ¿me escucha? La ayuda ya llegó y aquí tengo a su hija…

 

La ayuda para que, llegaron tarde, todos llegaron tarde, hasta él. Termino la llamada y acelero llegando en menos de dos minutos. Bajo corriendo, buscando a su hija, pero solo veía a demasiada gente, bomberos, policías prohibiendo el paso, paramédicos. 

Se acerco hasta donde un policía para preguntar por su hija y lo llevó con ella, la vio y la tomo en brazos apretándose mutuamente. 

 

–Ahora dígame donde está mi esposa –el oficial como algunos bomberos se quedaban callados mirándose entre si –¿Qué pasa? ¿Por qué no me responde? Dígame donde esta Alessandra –grita

–Papi –Stella solloza en su hombro –mami no salió

–Señor –el policía lo llama –es muy difícil decirle ya que el coche quedó tan destrozado y quemado que es imposible saber si ahí queda un cadáver.

–¡¿Cómo que cadáver?! ¡NO, ELLA NO ESTA MUERTA, YO LO SÉ!

–Lo lamento tanto, señor Herrera

–Papi, mami se fue con mis abuelitos y ya no la veré –dice su hija sin dejar de llorar y no le preguntaba, se lo confirmaba y era algo que él no quería aceptar

 

No quería creer lo que estaba pasando, su mayor temor había llegado. Se llevaron al amor de su vida, a su mejor amiga, lo que sería su próxima esposa oficialmente, ya no estaba, se había ido y no la pudo ver una última vez. 

Si tan solo hubiera sabido que aquel beso por la tarde sería el ultimo, si hubiera sabido que aquel mensaje que le había mandado sería su despedida, que su sonrisa mientras dormía seria lo último que le quedaba de ella, hubiera disfrutado cada uno de esos momentos para atesorarlos y no olvidarlos nunca. 

El destino de alguna manera los unió en sus caminos para estar juntos en momentos alegres, Andrés era el sostén de Alessandra; ella marcó y dejo una pequeña parte de ella en brazos de Andrés. 

Ahora tendrá que evitar el dejarse caer porque tiene un motivo más por el que seguir con vida sin su flor a lado, eso pequeños ojos avellana que lo miraban con tristeza y dolor por lo sucedido, por lo que le paso a su amada. 




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