Carlitos nació en un pueblo muy pobre del interior del pais.
Era un chico humilde, de familia clase baja y trabajadora, donde nunca la falta un plato de comida en la mesa (o casi nunca, capaz ya borro algún mal recuerdo), pero si le faltaron otras necesidades que cualquier chico necesita para ser realmente feliz (cada uno tiene y debe ser feliz a la edad que tiene en un momento determinando, con lo que necesita en ese momento para ser feliz, ni mas ni menos). Tuvo que ver desde chicos las injusticias salariales, sociales, clasistas y los empleos en negros que recibían sus padres, siendo abusados por los empresarios usureros, los codiciosos de siempre, que ven un negocio donde hay una necesidad, políticos de turno inescrupulosos que mentían descaradamente a un pueblo que carecía de comida, salud y educación.
Muchas veces tuvo que escuchar de boca de su padre, la palabra: todo esta bien Carlitos, cuando claramente las cosas no iban bien, o escuchar a su madre decir, no tengo hambre para que coman sus hijos, cuando en realidad, si tenia hambre. Esas mentiras fueron forjando una personalidad en él, para bien y para mal.
Carlitos se hizo de abajo, tenia calle, tenia barrio, tenia picardía, tenia la viveza que lo mantuvo vivo, desde chico se dio maña para hacer algunas cosas, changas, vendía lo que fuera, y hacia que le pidieran que haga, tenia una gran locución y poder de oratoria, se expresaba muy bien, no era tímido (no tuvo oportunidad de ser tímido)
En la escuela pocas veces, solía estudiar (algunas por falta de tiempo en su hogar, otras por falta de voluntad de quien debía preocuparse por él, pero estaba mas preocupado por que daría de comer a sus hijos, acá también hay un sistema ausente que se miente solo, se miente para los pobres y los ahorca irremediablemente), pero pese a todo pocas veces eran las que le iba mal, en parte porque tenia cierta inteligencia, y la segunda y principal porque se conversaba a las maestras con piropos y cumplidos, que hacían aprobar, sin decir una palabra sobre la materia.
Con las compañeritas, pasaba igual, era un personaje pintoresco, nunca tenia un peso encima pero no había recreo que alguna no le regalara algo, por lastima tal vez, o porque el prometía cosas a cambio, que luego cumplía de alguna manera misteriosa, desvistiendo un santo para vestir otro, así vivía Carlitos, y era feliz en la ignorancia que nos da la niñez, en cuanto al mundo cruel que se nos viene.
En el barrio lo conocían todos, por sus mañas para pedir fiado o cosas que luego pagaría, trabajando de cadete, o limpiando, el siempre tenia una salida ingeniosa y graciosa para todo, desde el carnicero hasta el panadero, le solían dar una mano. El era quien llevaba la comida a su casa con tan solo diez años. y se daba maña vendiendo periódicos en las esquinas o vendiendo algún producto casa por casa, que algún comercio le daba por comisión.
De chico, sus mentiras no pasaban de una chiquilinada, todos lo tomaban con humor, y en el era un bálsamo a tanto injusticia social. Solía mentir sobre sus fiestas de cumpleaños, (donde no había mas invitados que algún tío), sin embargo en la escuela el día lunes, decía que el fin de semana en su cumpleaños, había payasos, magos, castillos inflables; historias incomprobables por el resto de sus compañeritos que dudaban algunas veces, pero no lo confrontaban.
Solía mentir sobre sus navidades o en los regalos que papa Noel le dejaba (casi siempre estaban por debajo de lo esperado por él), pero creía inocentemente, que tal vez no se portaba lo suficientemente bien como para recibir algo mejor, cuando en realidad se merecía el doble.
Pero no lo importaba mucho eso, y también cuando los niños exponían sobre sus magníficos regalos, él tenia su historia paralela, tenia la bici que había pedido, tenia la pista de carreras de auto, o algún vehiculo a control remoto, aunque nadie jamás se los logro ver. (Simplemente porque eran producto de su imaginación)
Continuará