Relatos de un Mentiroso

La vuelta al pueblo

Carlitos esa noche posterior a firmar el documento mas importante  de su vida,  dormiría en un hotel 5 estrellas, todo pago por el banco. No lograba salir del asombro,  aún estaba obnubilado por el  lujo de la habitación, y de la atención cordial que tenían para con él. ¿Qué había cambiado de su vida? Se preguntaba él. Absolutamente Nada!! Era la respuesta, solo que creyeron y aceptaron una idea que siempre tuve en mente. El resto de la gente, como los empleados de este hotel solo se dejan llevar por apariencias, y compraron mi discurso de gran empresario, cuando en realidad solo estoy intentado empezar, y sigo siendo el mismo hombre sencillo y humilde que hasta hace 2 días caminaba sin ni siquiera una bicicleta propia por las calles de mi pueblo. (Poco le importó a Carlitos eso, hoy estaba en una habitación 5 estrellas disfrutando las mieles y lujos de una vida, que no conocía)

Se baño con agua caliente, en un hidromasajes, se puso perfume (que compró recientemente) y ropa que también había comprado de pasada hacia el hotel.
En total había gastado en todo el día unos 430 dólares, de los 5000 que retiro del banco. No sabía que hacer con tanta plata. Jamás había tendido ese monto de dinero en la mano y mucho menos en una cuenta bancaria. 

En una hora pasaría a buscarlo por el hotel la secretaria del banco. Había quedado alucinado con ella, y ella aparentemente con él.

Una vez en el Hall de hotel, Carlitos se miraba y acomodaba frente a un gran espejo, y por primera vez en mucho tiempo se sintió un hombre afortunado. No por el dinero, ni por estar en esa posición, sino porque le habían creído una de sus tantas historias y deseos que poseía. 

A las veinte horas en punto, aparece el auto de la secretaria afuera del hotel, él la reconoció inmediatamente a través de los ventanales del hotel y salió a su encuentro, aun quedaban algún vestigio de la luz solar, pero lentamente estaba entrando la noche. Carlitos se sube al auto, la saludo muy cortésmente como solía hacer él con todas las personas y se sienta en el auto, algo tímido.

-Donde vamos a ir señor Beltrán -Pregunta ella, en forma muy curiosa y risueña-

-Emmmm por favor, tenso la mandíbula, la miro algo preocupado, y esbozó un dígame Carlos por favor -ya algo nervioso, y fuera del personaje de empresario. (se había relajado y distendido, y que le dijeran señor Beltrán lo tomo por sorpresa).

-Bueno intentaré tutearlo y no tratarlo de Usted -se sonrió mirándolo con ternura, mientras arrancaba el auto.

-Usted como se llama -pregunto Carlitos, totalmente fuera de personaje, era el autentico joven de pueblo humilde y bonachón de siempre.

-Como es esto, yo no te puedo tutear y vos me tratas de usted -dijo la secretaria ya entrando en confianza. -Me llamo Melisa, pero me podes decir Mel-

-Bueno Melisa vamos a comer entonces invito yo, pero llévame al mejor lugar que tenga la ciudad para comer. 

En quince minutos llegaron a un Resto Bar, donde supuestamente según Melisa, se comían las mejores pizzas, y pastas de la ciudad.

-Acá podes pedir lo que quieras, es todo rico. yo conozco esto desde chica -manifestó entusiasmada.

Luego de ver la carta, y de pedir cada uno su plato favorito, ya habían intercambiado varios temas de conversación. Para Melisa que algo sospechaba se le hizo muy fácil darse cuenta que este señor era mas Carlitos el del pueblo, que le señor Beltrán empresario. Y eso le gustaba y mucho. 

-Bueno Carlos, dígame la verdad (le costaba tutearlo aun), hace cuanto usted es empresario, pero dígame la verdad. -dijo ella sin saber que la palabra verdad y mentira en Carlitos producían contradicciones que lo remontaban a su infancia y despertaban traumas no resueltos. 

Carlitos, en ese momento sintió muchos fantasmas dar vueltas por su cabeza, hizo un repaso de toda su vida delante de esta hermosa mujer y cuando fue a contestar su voz se quebró, sus ojos se llenaron de lagrimas y no tenia palabras. 

-Mire Melisa, la verdad es que yooo, tosió tapándose la boca, mirando el horizonte, como para ganar tiempo.. -que pasa Carlos? -la curiosidad de Melisa era incontrolable en este punto.

-La verdad, es que yo siempre dije poco la verdad -soltó Carlitos de su boca las palabras mas honestas que jamás había dicho a un desconocido. 

-¿Porque dice eso Carlos? nuevamente la curiosidad de Melisa se apodero de la situación. 

-Yo no soy un gran empresario, soy un hombre humilde de pueblo, mi infancia fue poco feliz, siempre me invente historias, para pasarla lo mejor posible, para ser aceptado, y usted quiere saber la verdad de mí, la verdad es esa .dijo entre lagrimas Carlos. 

-Usted se piensa que yo no sabía que usted no es un gran empresario? -lo apuró Melisa

-No se, supongo que no -confió Carlitos

-No lo sabía es cierto, pero suponía que usted no era un gran empresario, y por eso acepte venir a cenar con usted, para conocer a esa personita detras del papel que hizo en el banco, que de por cierto me encanta como actúa -dijo sonriendo ella. 

-¿Y como supo? -se preocupó él-

-Hace años que trabajo en los bancos, mi padre es el gerente. Años que trato con empresarios soberbios, mal educados, que se creen superiores al resto solo por tener un poco de dinero, ningún empresario de esta magnitud me hubiera invitado a salir el mismo día que consiguió su préstamo, hubiera ido a beber champagne con sus socios. 

-Entonces usted me va a denunciar con su padre -pregunto Carlos

-jajajaj pero claro que no hambre -ella largo una carcajada que le costo contener por varios segundos, usted se piensa que yo hubiera venido a comer con usted, sino creyera lo que dice, -yo lo convencí en partes a mi padre para que le apruebe el crédito, su idea es fantástica, y yo lo voy a ayudar a que la lleve a cabo y que usted sea el empresario que se merece ser. -Detrás de todo gran empresario hay un gran mujer -afirma ella, mirándolo con algo enamorada se podría decir?



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En el texto hay: mentiras, drama, messi

Editado: 17.04.2023

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