Relatos para caminar a tu lado.

3.- Cuando la bondad termina mal.

Después de toda la tarde de estar en un grupo de ayuda comunitaria en internet, me dije: «Vaya, me ayudaron , ahora me toca ayudar». Pero estaba tan cansado que pensé: «Lo haré más tarde, necesito descansar». Una chica del grupo me envió un privado y me preguntó si podía ayudar; le dije que sí, pero después de descansar un momento. Ella me dijo que era urgente, que se quería suicidar. Inmediatamente se me fueron las ganas de descansar, pero no el cansancio. Ese no se va nunca del todo.
— ¿Cuál es la raíz del problema? —le preguntó.
— He sido demasiado buena —me dijo.
Yo, queriendo poner algo de humor, le preguntó:
— ¿Qué tan buena has sido… para que sea tan malo?
Ella me respondió:
— El muy bueno es manipulable y eso termina mal.
Me quedé en silencio. No por falta de palabras, sino porque entendí.
Entendí que a veces hablar de bondad no es hablar de virtud,
sino de ganas de morir.
De cuánto puede tropezar tu luz cuando otros vienen a apagarte.
De cuánta soledad hay en ser tierno en un mundo de aprovechados.
Yo también he sido demasiado bueno.
Y sé que es fácil perdernos intentando salvar a otros.
Pero aun así, le escribí.
Con paciencia. Con calma. Con el corazón abierto.
Porque si no extendemos la mano, ¿qué somos?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.