Relatos para caminar a tu lado.

4.- El amor no siempre es querer.

Se puede elegir sin decidir. Se puede rechazar sin decir no.

El hombre tiene el privilegio de elegir más que la mujer, y la mujer tiene el privilegio de rechazar más que el hombre. El hombre tiene el derecho de insistir, y la mujer el derecho de decidir, pero ambos, mujer y hombre, tienen la obligación de cambiar de rumbo si el camino se acabó, o el deber de callar cuando el silencio ya no dice nada nuevo.

Quisimos ser novios, pero no pudimos; quisimos ser aves, pero no volamos. La fragancia de mi perfume llegaba primero que mis caricias a su cuerpo.

El ayer agradece que no avanzamos. Pero hoy la vi. Después de varios años. Hay mujeres que llevan bien marcado ese poder de hacer reaccionar a un hombre sin hablar. No fue como un reencuentro. Fue como si nunca nos hubiéramos despedido. Su sonrisa no deja de ser coqueta. Me pregunté si seguiría soltera. Tuve ganas de seguirla. Me quedé parado en el mismo lugar donde me detuve cuando la vi. Ella caminó como quien ya sabe que no necesita ser seguida. Ella caminó como diez metros y volteó para ver si la seguía viendo. Sonrió por haber adivinado y que yo no despertaba del asombro. Yo me quedé quieto, como quien comprende demasiado tarde que el amor no siempre es cuestión de querer, sino de atreverse. A veces basta con mirar, a veces no. Esto no es nuevo, siempre quisimos ser más, pero no supimos cómo. El hoy también agradece haberla encontrado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.