Reveses de la vida

41. Reveses de la vida

Maratón final 4/5

Heart - Sleeping at last        

Heart - Sleeping at last

Por eso juzgo y discierno, por cosa cierta y notoria, que tiene el amor su gloria a las puertas del infierno        

Por eso juzgo y discierno, por cosa cierta y notoria, que tiene el amor su gloria a las puertas del infierno. —Cervantes

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Es muy difícil pensar en qué instante la vida se puede venir abajo, en qué momento el destino decidió tomar ese camino. Y, sin embargo, a pesar de ver de forma casi palpable que la vida se está extinguiendo a los ojos, de que los cambios son irreparables e insostenibles, hay algo tan poderoso que puede convertirse en esa variable que, en un pestañeo, vuelve a dar un giro al destino.

Y, en ese caso, fue el deseo a seguir viviendo que viró aquella trágica situación, y que devolvió las esperanzas a Andrew, los padres de Maggie, y a Melissa.

Porque Margarita estaba luchando con todas sus fuerzas.

Estuvo inconsciente dos días enteros en la UCI, pero su estado fue mejorando poco a poco hasta que se volvió estable. La amenaza de infarto se debió ante el esfuerzo que estaba haciendo su corazón, y sumada la presión alta, solo se detonó. Pero lograron estabilizarla, y esto fue un alivio para todos los presentes.

La misma noche del atentado, la policía apareció minutos después de la llegada de los padres de Maggie, estos últimos andaban viendo a su nieta. Por lo que se enteraron hasta después de que, efectivamente, había sido Matías, y lo sabían tras revisar las cámaras de vigilancia que habían en el Teatro Nacional y el resto del centro Histórico de San Salvador.

Andrew estaba vuelto loco por la rabia de la reciente noticia, y tratando de responder a las preguntas que le hacían los oficiales, cuando los señores Castle aparecieron y escucharon que se desconocía el paradero de Matías. Esto los llenó de indignación y acompañaron en el sentimiento de furia a Andrew.

El señor Castle se comunicó con el padre del prófugo, y la sorpresa llenó a todos cuando este les dijo que desconocía lo que había hecho su hijo, y aún más en dónde podría estar. El par de agentes, quedaron de solicitar una orden de cateo para las propiedades de los Hunt, porque era imposible que a Matías se le hubiera tragado la tierra.

Al día siguiente de todo aquello, Fabrizzio apareció y el padre de Maggie casi se le fue encima, exigiéndole respuestas que él decía no tener. Ese día no le permitieron ver a su recién nacida nieta, y tuvo que irse antes de que su presencia causara problemas. Y es que de por sí la tensión en aquel lugar era demasiada, más el sentimiento de frustración. Todos se sentían atados de manos y presos de la impotencia.

La mañana que Margarita regresó en sí, despertó desorientada y lo primero que hizo fue llevarse ambas manos al vientre y ante la ausencia de su hija, comenzó a alterarse, por lo que tuvieron que aplicarle un sedante para poder explicarle lo delicada de su situación médica, y tratar de calmarla con la noticia de que su hija estaba bien.

Cuando el calmante hizo efecto, la noqueó completamente; por lo que no despertó hasta entrada la tarde y pidió ver a su hija, pero le explicaron que cuando ella se estuviera mejor la llevarían a ver a Carina, entonces pasó lo que todos temían: ella comenzó a preguntar.

—Tuviste un accidente, intentaron atropellarte pero uno de los presentes te salvó... —Los ojos de Maggie aletearon y el reconocimiento de los hechos se fue viendo claro en la máquina de signos vitales.

—¿Q-quién fue? —inquirió, no obstante, ella ya tenía una leve sospecha.

El doctor hizo pasar a Andrew, pues este último se lo pidió para poder ser él quien le dijera la verdad. Y así hizo, le relató lo que había pasado aquella noche: el choque contra su auto y el intento de atropello, y que el culpable de ambas cosas era Matías.

Y que no sabían dónde se encontraba.

—Pero no tienes por qué temer, yo estaré aquí para cuidarte, Melissa pasará contigo por las mañanas, tu papá por las tardes y tu madre y yo por las noches. No estarán solas, vos y Carina estarán bien, te lo juro.




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