Maratón final 5/5
Adore you - Harry Styles
Esto es amor, quien lo probó lo sabe. —Lope de Vega
Una semana después de que le dieron de alta a Maggie, fue en compañía de Melissa a ratificar su declaración. En la estación de policía se encontraron con otro de los testigos, específicamente con el hombre que la salvó de que la arrollaran. Su nombre era Esteban, un hombre de piel blanca, cabello negro y unos profundos ojos cafés, mismo que, durante la declaración a Margarita, le hizo compañía a Melissa. Y a raíz de estos minutos de convivencia, surgió una electrificante amistad.
Cuando terminó de dar su declaración, afuera, en compañía de su mejor amiga y aquel enérgico hombre y del cual se encontraba muy agradecida, se encontraba Andrew. Este fue el primero en darse cuenta de que Maggie se aproximaba, por lo que se levantó de un salto y se acercó hasta donde ella para ayudarla a caminar.
Ya se encontraba mejor, relativamente ya no sentía molestias, pero aún tenía que tener precauciones con respecto a la actividad física y las emociones extremadamente fuertes. Pero su recuperación iba bien encaminada, por lo que los doctores le daban muchas esperanzas de que pronto estaría como nueva.
—Hola, ¿cómo te fue? —inquirió Andrew, tras darle un beso en los labios y ofrecerle su brazo para que lo usara de soporte.
—Muy bien, dijeron de que con eso ya era suficiente para el caso y que solo debemos esperar el juicio para que dicten sentencia —murmuró, con tono sombrío, ya que, a pesar de que todo aquello estaba por terminar, no podía olvidar de que Larcy no había corrido con la mejor suerte.
Pues en el enfrentamiento, para poder detener a Matías de que huyera, golpeó a este para que perdiera el control del vehículo y chocaran. Ella murió a raíz del accidente, pero había logrado su cometido: entregar a Matías. Este último había estado muy grave en el hospital; pero según el oficial le informó, ya estaba estable, por lo que el juicio ya no se pospondría más.
Al salir de la estación de policía, Andrew acompañó a Maggie al hospital, ese día le darían el alta a Carina, por lo que la emoción en ambos era casi palpable. Ambos se despidieron de Melissa, dejándola en compañía de Esteban.
Ya dentro del auto, Maggie se acomodó de lado y observó a su novio, sopesando si hacer el comentario que tenía en la punta de la lengua, pero no encontrando la forma de cómo no verse como una entrometida.
—Amor... ¿sabes qué le dice un techo a otro techo? —Andrew iba concentrado en conducir el nuevo auto que consiguió gracias al pago de la aseguradora.
Volvió a verla, frunció el ceño y de nuevo regresó su atención al frente.
—No lo sé, ¿qué le dice?
—Techo de menos... —murmuró, mirando con atención como las comisuras de Andrew se elevaban y soltaba una risa. Volvió a verla, sonreía y la miraba con más amor del que podía procesar en ese instante.
—Te amo.
—Yo más... —Pasaron unos segundos cuando añadió—: ¿No te pareció extraño de que Meli se quedará con Esteban? Congeniaron tan rápido y lo acaba de conocer —dijo, un tanto alarmada.
Andrew se encogió de hombros y la miró por el rabillo de ojo.
—¿Qué tiene?, algo así pasó con nosotros, ¿o ya lo olvidaste?
—No, claro que no lo he olvidado. Pero lo que quiero decir es que yo creí que pasaba algo con Javier...
—Amor, eso no podía ser...
—¿Por qué? —inquirió con genuino interés.
Tal vez Andrew tenía las respuestas que Melissa se negaba a decirle. Lo escuchó suspirar y emular una mueca, se estaba debatiendo en si contarle o no. Y estaba por decirle de que no tenía que hacerlo, pues no quería ponerlo en alguna situación incómoda, o que tuviera que traicionar la lealtad que tenía para con su amigo.
—Javier es gay, amor. Por eso lo de ellos no habría funcionado... —dijo, volviendo a ver a Maggie y mirando lo sorpresiva que había sido la reciente declaración. Verla con las mejillas rojas lo hizo sonreír.