No es un principe, tampoco es un superheroe pero hoy el se convirtio en su Salvador.
Sin darle más largas al asunto Fiorella llega a la mesa donde ahora la recibe Ramsés con su acostumbrada expresión de prepotencia y odiosidad.
- Por Dios, no lo puedo creer eres tu Marchetti-se hace el sorprendido- te me aparecerás también en la sopa- añadió en tono despectivo.
Los colores producto de la rabia tiñen sus mejillas y le mata con una mirada llena de cuestionamiento.
- No le da vergüenza
- A que específicamente te refieres-pregunta con peligrosa calma.
- Es amigo de ese sujeto que acaba de irse, también planea pagar por sexo esta noche ¿cierto?
Ramsés arquea la ceja, pareciendo ligeramente sorprendido de su ataque pero luego su expresión se vuelve gélida e impenetrable.
Se recuesta en la silla con los brazos cruzados y sin perde su actitud prepotente, ahora la mira de arriba abajo produciendo que la piel de ella se erice, sin embargo no es precisamente rechazo lo que le produce
¡Está loca!
Sus ojos grises se conectan con los suyos y la atrapan y jala como si una fuerza magnética les atrajera.
Se despabila, recordándose a ella misma que es un desgraciado, de esos que ella tanto conoce y la ira la invade de nuevo y cuando está a punto de soltarle una grosería él le propone:
- Si es así, tú estarías dispuesta.
Solo esta probandola, pero ya sabe en s interior para su satisfaccion que ella no es ese tipo de mujeres, ella es diferente y es presisamente eso lo que lo descoloca.
- Es un desgraciado- le grita captando de inmediato la atención de las personas cercanas.
Eso para nada incomoda a Ramsés quien ahora parece ligeramente divertido y no puede negar que complacido por su respuesta, es lo que esperaba oír, sabía que esta chica era diferente, no se iría con un hombre solo por dinero, porque los ojos como dicen son el espejo del alma y los de ellos solo podía ver transparencia, honestidad y pureza.
- Solo he venido por un trago y no compañía femenina si a eso te refieres-aclaro.
Esa respuesta la descoloco, sin embargo se mantuvo firme.
- Como sea lo estaré supervisando-le advierte.
- Y si te la das de santa que haces aquí- la juzga ahora pero solo para reafirmar su teoría que está allí solo lo por necesidad económica, sin embargo siempre mantendrán su integridad.
¿Cómo creía conocerla tanto?
- Es un trabajo y lo necesito.
"Y si la contratas como tu asistente"- vienen a su mente las palabras de su amigo.
Desgraciado Alessandro que se había empeñado en ser su conciencia.
De buscar bondad en un corazón que no lo había.
El jamás se daría por vencido
- Se ha puesto a pensar que a veces la necesidad obliga pero como usted saberlo un hombre que lo tiene todo-contraataco Fiorella- pero para que le quede claro solo sirvo las mesas.
- En cambio tú si me juzgaste porque me viste con ese hombre y enseguida decidiste que soy igual que él, en cambio yo te vi con la chica con la que él se fue, tu compañera de trabajo y ambos sabemos a lo que va, sin embargo no te juzgo a ti por ella.
Tenía razón
Increíble el Rey malvado había dicho una gran verdad.
- Perdón si apresure mi juicio es que...-comenzó a disculparse.
- No debes estar en este lugar-la interrumpió seco y en tono molesto no con ella, con la sociedad que era pura hipocresía y decadencia, pero también con el mismo porque era el responsable indirecto que ella estuviera allí.
Vio ahora sus ojos aguados creyendo que la juzgaba, sin embargo ese sentimiento de sobreprotección lo obligo a continuar diciendo:
- Quizás hoy tu no fuiste esa chica que accedió a irse con un hombre por dinero, pero con el tiempo alguien como ese sujeto al que le vertiste la bebida de manera inencional no aceptara que le digas no y entonces pasaras por una horrible experiencia que te marcara.
Sus palabras la afectaron de una manera que él no sabía porque ella más que nadie lo sabía, porque le pasó.
- Pero que hare, hay muchas deudas por pagar- expreso preocupada.
Aunque su decisión estaba tomada, hoy mismo renunciaría al Bar, ya había recibido algunas propuestas indecentes que había rechazado, pero no podía arriesgarse a seguir caminando en la cuerda floja, en cualquier momento su triste historia podía repetirse.
Ramsés recordó sobre las cuentas médicas pendientes que menciono Alessandro.
- Además el apartamento no se paga solo, la comida y ya Sharon hace demasiado-continuo desahogándose y no entendía porque precisamente con él.
No se suponía que lo odiaba por haberla rechazado sin haber visto su trabajo y luego despedido sin darle la oportunidad de demostrarle lo que podía hacer.
- Sharon es tu amiga que trabaja con Alessandro- su pregunta la saco de sus pensamientos
- Si.
Ramses sabia que mas tarde se arrepentiria de lo que iba a decir, pero por primera vez en mucho tiempo dejo de escuchar la voz de la razon para escuchar la voz del corazon.
- Necesitas un empleo y yo una asistente, así que trabaja para mí.
Los ojos de Fiorella se abrieron como platos, al digerir su propuesta se emociono al principio pero recordo que habia sido despedida sin nisiquiera empezar a trabajar por lo que se lleno de dudas y resistencia, por lo que señalo:
- Usted antes me rechazo, luego me despidio el primer dia que debia empezar.
- Como fotografa aun tienes mucho que aprender , reconoce que no tienes la experiencia necesaria, aunque tuviste la razon cuando te juzgue sin ver tu trabajo, lo hice y tienes madera pero te falta experiencia y esa fue mi razon para el rechazo, sin embargo quise darte una oportunidad pero la cagaste Fiorella, si algo que no tolero es la irresponsabilidad.
-uhhhh, no se cansa de ser tan rigido, es como si tuviera un grano en el trasero-solto sin pensarlo ella haciendo un mohin de critica lo que en vez de molestarlo le divirtio. Le atraia su forma de ser fresca y ser una chica sin filtro para decir lo que pensaba.