La fiesta fue en una casona al estilo victoriano, con varios ventanales que daban al jardín y una fuente eran un marco perfecto para daré el toque románico.
Del techo colgaban lamparas de cristales en forma de araña y había mesas altas sin sillas diseminadas por el amplio salon, una tarima donde había un grupo tocando musica clasica, y por supuesto mucha afluencia de personas.
Hombres con trajes elegantes y mujeres con vestidos exuberantes y ella no se quedaba atrás pues usaba un vestido de Nina Ricci y pudo detallar que despertaba la mirada de mujeres que comentaban la belleza del vestido o también se preguntarían quien es esta mujer que acompañaba al Rey Malvado.
Había una pista alfombrada y una tarima donde había músicos con tonadas de baladas.
Tan pronto Devon y Pamela los anfitriones notaron su presencia en el lugar fueron a ellos para darle la bienvenida
Pamela presento a Fiorella con varias amigas suyas y por su parte Ramsés también socializo con hombres pero también con mujeres que le cayeron como moscas a la miel y eso entristecía el corazón de Fiorella.
Lo que Fiorella desconocía es que Ramses solo tenía ojos para ella, no podía evitar buscarla inconscientemente cuando iba de un lado a otro, son ese vestido que le hacía justicia.
A pesar de su delgadez ella era la mujer más hermosa del lugar- concluyo- porque hay una belleza interna, que no está solo a la vista.
Avanzada la noche los anfitriones interceptaron a Ramsés y Fiorella
- Ramsés no sacaras a bailar a Fiorella-le insto Miran
- Yo no...-empezó a negarse Fiorella sabiendo que a el le pasaría eso jamas por la cabeza, Era una osadía imaginar que un hombre de su estatus social bailaría con una simple asistente. Por mas que se vistiera bonito, ella seguía siendo pobre o si lo llevaba al argot de los cuentos de hadas, una plebeya.
Pero para su sorpresa escucho a su jefe diciendo:
- Tienes razón, ¿bailemos?
Fiorella aguanto la respiración cuando iban a la pista, sus huesos entumecidos debido a la tensión que provocaba bailar con su jefe.
Quien se volvió loco esta noche para traerla a esta fiesta e incluso sacarla a bailar.
¿Existen realmente los cuentos de hadas?
- Si no te sacaba a bailar, habrían insistido toda la noche, no o tomes como un baile sino como parte de tu trabajo, entendido
Valga la aclaración que fragmento su corazón, Fiorella disimulo las lágrimas que intentaban asomarse a sus ojos y acordó:
- Lo entiendo.
Ramsés no dijo nada más, pero estaba consciente que había lastimado los sentimientos de Fiorella pero mejor así antes que terminar destruida.
Sin embargo fue un verdadero suplicio para su cordura tenerla pegada a su cuerpo, porque su virilidad lo resintió y el mismo se cuestiono porque nunca había sido un chico imberbe incapaz de controlar su libido. Aunque debía reconocer que era un hombre muy pasional.
Cuando termina la música Ramses se separa aliviado y se aleja rápidamente para buscar un lugar aislado donde poder ocultarse de las miradas curiosas que puedan notar como un simple baile lo ha puesto.
Fiorella desilusionada decide salir un rato al jardín a respirar aire puro muy deprimida porque Ramses tan pronto dio por terminada la música salio flecha veloz para alejarse de ella.
A medida que la a noche avanza Fiorella no puede evitar observar a Ramses esta del otro lado del salón conversando con algunos amigos.
Se percata entonces que Nina Ricci ha llegado al salón tan deslumbrante, esplendorosa y elegante y de golpe Fiorella a pesar de lucir un bello vestido no puede evitar sentirse como el patito feo, porque jamas podrá imitar la elegancia innata de la diseñadora.
Aparte que no puede evitar sentir una molestia en el estomago producto de ver a Ramses recibirla con una gran sonrisa dibujada en su rostro.
¡Desde cuando el sonreía!- pensó con amargura.
Sin duda lo unía un cariño muy especial con ella.
Ahora solo quería que la noche terminara,volver a su habitación, volver a su país, a su ratonera, a su cruda realidad.
Decidió ir al tocador de damas, esperando que las horas pasaran rápido.
Pasada media hora, la puerta se abrió y apareció Nina Ricci quien le regalo una sonrisa.
Esta mujer era la mata de amabilidad y le caía muy bien, lo único malo es que estaba interesada en Ramses Masseratti.
-Como estas Fiorella
- Bien, gracias por preguntar - responde plantada al lado de la encimera y mirando al cielo.
Se sentía incomoda pues sentía que Nina la estaba escudriñandola con la mirada.
Nina abrió su cartera y procedió a retocar su maquillaje
Esta mujer no necesitaba retocar nada, era simplemente perfecta-pensó Fiorella sin poder evitar experimentar el síndrome del patito feo.
Nina termino de maquillarse y después de guardar todas las cosas dirigió su mirada a Fiorella que seguía clavada en el piso y le sugirió:
- Regresamos a la fiesta, tu jefe debe andar buscándote como loco.
Lo dudaba, ni entendía para que la haba traído, pero de que era loco de eso no cabía la menor duda.
-Me quedare otro rato-respondió ella.
Nina hizo un ademan con su cabeza de negativa y pregunto
-Porque te escondes aquí Fiorella
Fiorella dejo escapar un suspiro y encogiéndose de hombros decidió sincerarse con Nina.
La odiaba porque Ramses la prefería, pero al mismo tiempo ella era tan sincera y amable que sintió podía desahogar sus sentimientos como lo haría con una amiga.
-Siento que no encajo allá-respondió bajando la mirada
¿Porque?-pregunto Nina con empatia.