Disney no debería crear falsa expectativas y reconocer que los cuentos de hadas no se hicieron para las plebeyas.
- Se lo que esta haciendo, quiere deshacerse de la lagartija rubia.
Ramses dejo escapar una risa sonora ante su comentario imprudente y siempre acertado de su asistente.
- Ya Bianca te puso al tanto- subrayo mas bien divertido y reconocio- es peor que un dolor de muela- sin enbargo muy serio aclaro- Pero no es la unica razon para querer bailar contigo.
Ahora si que busquen la ambulancia e ir directo al hospital mas cercano.
Su ojos saltones y esa expresion sorprendida lo enternecen. Reconociendo que Fiorella es una chica que ha sufrido mucho, quien sabe cuanto la han lastimado, cuantas penurias debio pasar y sin embargo algo que admiraba de ella es que no perdia su forma optimista e incluso magica de ver la vida.
- Te observaba, como mirabas a todos bailar como con melancolia o un deseo de hacerlo-señalo el.
Fiorella se queda satisfecha con su respuesta, porque Ramses ha pesar de autodenominarse el Rey malvado siempre le ha mostrado que se preocupa por ella y buscara su bienestar y lo que la haga sentir feliz.
Fiorella ahora se permite disfrutar de la suave melodia, de su brazo que ciñe su cintura, que calienta su piel, del fuego abrasador que emana su cuerpo pegado al suyo, de su cercania, de ese breve espacio de tiempo en que siente literal que esta en su propio cuento de hadas y solo por esta noche se permite creer.
El esta tan cerca que puede admirar cada una de sus facciones varoniles y lo bien cuidada que esta su barba perfectamente cortada y de pronto un pensamiento inpudoroso viene a su mente y causa estragos en su sistema nervioso y su piel al imaginar como se sentiria su ligera barba contra su piel desnuda, explorando y recorriendo cada centimetro de ella.
- !Despabilate Fiorella!- se reprende mentalmente
- Solo falta el principe- susurra Ramses a su oido y ella se le pone la piel chinita por lo que sus mismos pensamientos lujuriosos la han llevado a experimentar sensaciones que jamas penso sentir.
Ella suspira profundo y responde con una mueca graciosa buscando aligerar su propia tension:
- Creo que los principes estan sobreevaluados.
Sus ocurrencias, sus gestos, su forma peculiar de ver a vida y de hablar le encantan.
Su risa ligera por su comenario permite que ella se relaje reconociendo tambien que se siente tan bien y tan adecuado estar en sus brazos, es como si fueses dos piezas de puzzles que encajan perfectamente.
Y ella desearia eternizar ese momento.
- En que crees Marchetti- pregunta el de pronto y ella experimenta la intensidad de su ojos sobre ella.
Ella piensa un poco sin ninguna duda responde.
- En Dios por sobre todas las cosas, en el mar, en la sonrisa de un niño, en el canto de los pajaros, en la promesa de unos enamorados, en nuestra fuerza interior, en la redencion y las segundas oportunidades y creo en usted.
- !En mi!-subraya sorprendido- un Rey malvado sin derecho a la Redencion- cuestiona ahora con amargura.
- No hay pecado que no pueda ser perdonado ni alma que no pueda ser redimida - señala ella con toda conviccion.
Sin embargo Fiorella nota su mirada atormentada que oculta mil secretos, que esconde mil demonios que le atormenta cuando tocar ese tema sin duda le afecta.
Lo que ella no sabe es que esa conversacion trae recuerdos dolorosos y que lo han llevado a creer con toda certeza que su alma no tiene derecho a ser redimida.
Sin mediar palabra detiene el baile, la toma ahora de la mano y la jala para sacarla de alli.
La lleva al jardin y cuando estan lo suficiente alejados del bullicio de las personas la confronta furioso.
- Te lo dire una vez Marchetti los cuentos de hadas no existen y sobre todo no hay salvacion ni redencion para mi . Es mejor que lo entiendas y sufriras menos en esta vida.
- Porque dice eso- insistio ella sin embargo llena de dolor y empatia- Que ha pasado para que usted crea que no tiene redención, que sus pecados como dice no pueden ser expiados.
- Mejor que no los sepas o tu misma saldría huyendo- le dijo cortante-
En su mente añade:
- O peor terminarias asqueada de mi, odiandome, despreciandome, te asustarias y entonces si huirias de mi y para siempre.
Fiorella suspira cuando la magia de la noche se ha perdido por el rumbo de su conversacion, de ese pasado que ella desconocia.
- No, jamas me iré de su lado a menos que usted sea quien me eche-declaro con toda conviccion,
- Debería hacerlo- revela el con espelunante crueldad, asi lo ve Fiorella.
Fiorella experimenta ahora un nudo en la garganta cuando piensa en la posibilidad que el este pensando nuevamente en despedirla, sacarla de tajo de su vida y es algo que duele mucho, demasiado.
Sus ojos escuecen lagrimas y el las nota y se maldice internamente por hacerla sufrir.
- He cumplido con mi trabajo- se defiende ella con su corazon rompiendose en mil pedazos.
- No se trata de eso, hablo de tu bienestar personal, es mejor Fiorella que estés alejada de mi, no creas en los cuentos de hadas, los sapos no se convierten en príncipes, los dragones no se enamoran, los monstruos siempre sera monstruos y los demonios siempre buscaran arrastraste a su infierno.
Tan cruel como cierto.
Pero Fiorella se niega de abandonar lo unico que logra que un desahuciado siga aferrandose a la vida y es la Esperanza.
- Y entonces una plebeya jamas podrá aspirar a un castillo, a despertar el amor de un príncipe, a vivir un cuento de hadas con un final feliz.
Ahora la expresion de el se suaviza, sus rasgos se relajan, su mirada ahora podria jurar que la miran con "cariño".