Rey Malvado

CAPITULO 32 LA RATONERA

Fiorella despertó retrasada sintiéndose realmente mal, apenas tenía fuerza para levantarse.

Sharon entro a la habitación ya vestida para trabajar y apremio a su amiga

- Fio son las 9:00 vas a llegar tarde a tu trabajo.

- Si ya voy- dijo disimulando lo mal que se sentía porque entonces Sharon no la dejaría salir e incluso ella no iría a trabajar para cuidarla y hoy Sharon tenía que ir con su jefe a un evento de moda y sabia lo emocionada que estaba pues allí podía hacer los contactos para que su carrera de diseñadora diera un salto mágico.

- Ya prepare el desayuno, wafles y jugo de naranjas y te lo comes todo-le advierte antes de salir- ya no queda nada, llama al supermercado y nos traigan algunas cosas y lo pagamos a fin de mes

- okey - acordo.

- Chao amiga nos vemos en la tarde- se despide dandole un abrazo y beso en la mejilla.

Sharon era exageradamente expresiva pero aquello tenia un transfondo. Tras un ataque a su persona, donde estuvo a punto de morir, Fiorella quedo aterrada y no permitia que nadie se le acercara y estallaba en una crisis si alguien queria tocarla de alguna manera.

Fue un proceso largo de recuperar la confianza y Sharon de a poco y con paciencia fue ayudandola a superar esa fobia al contacto humano.

- Rómpete una pierna-le grita Fiorella con sincero deseo que todo resulte bien para su amiga.

- No es teatro –señala Sharon con una sonrisa emocionada y añade- pero si espero que me vaya bien.

Tan pronto sale Fiorella se deja caer de nuevo en la cama incapaz de dar un paso, se enrolla en la cama y cierra los ojos por un rato intentando que el malestar que siente desaparezca mágicamente.

Cosa que no sucede

Han pasado varios minutos cuando entonces su teléfono repica y cree saber de quién se trata.

Es Ramsés Maserratti que no está acostumbrado a dar los Buenos días sino a gritar

- Marchetti has visto la hora que es, ¿donde estas?, no me des un motivo para despedirte, te quiero aquí en 5 minutos, si no es así olvídate de venir

Ni tiempo le ha dado de decir nada, cuando ya le ha colgado el teléfono.

Así que Fiorella obediente como siempre y a pesar de su malestar sale de la cama y se va a dar un baño.

No cree que la despedirá, por alguna razón sabe que ella se ha ganado su espacio pero quiere ser cumplida por él.

Baja ya lista, mira el desayuno preparado por su amiga, pero no tiene tiempo ni ganas de comérselo.

Mientras esta en la parada esperando un autobús vuelve a sonar su teléfono

Y adivinen quien es

!Acertaron!

El personaje terrorífico

Bueno no tanto-piensa con una sonrisa boba.

- Dime que ya saliste de tu casa—le cuestiona es su acostumbrado tonito sardónico

- Si estoy en la parada esperando el autobús-explica.

- Pásame tu dirección que el chofer ira por ti.

- No es necesa...

No se deja decir más, y cuelga

Fiorella le envía la dirección y está feliz que su jefe tenga ese detalle de enviar al chofer por ella.

Ve el autobús llegar y a gente montarse e irse y ella se sienta en la banca esperando que ese leve mareo que siente desaparezca.

Finalmente llega el chofer y al entrar recibe un nuevo mensaje de su jefe.

- Ve a la imprenta a recoger unas muestras.

Claro por eso envió al chofer, no para cuidarla a ella.

Su alegría se esfumo de nuevo.

Llegan a la imprenta donde la hacen esperar unos minutos, tiempo que siente ganas de vomitar y corre al baño.

Se mira al espejo y nota que está muy pálida, más de lo usual.

Sale de allí sintiendo los pies de plomo.

Regresa al salón y es allí donde todo se vuelve negro de repente.

 

Fiorella despierta en una habitación blanca, donde el sonido intermitente de un aparato taladra sus sienes y hace que su dolor de cabeza se agudiza.

Se da cuenta que está en un hospital y un equipo de venoclipsis está conectado a su brazo donde una solución gotea lento.

Intenta levantarse solo para sentirse más mareada y una voz fuerte y dictatorial le advierte

- No puedes moverte, debes quedarte tranquila Marchetti

Ella ve a Ramsés y puede ver preocupación genuina en sus ojos grises y eso le llega a lo más profundo de su corazón

Ramsés ve esos ojos aguados y como evitar que su corazón se conmueva y sin pensarlo y contra todo pronóstico, la atrae a él abrazándola y le asegura

- Todo va a estar bien Marchetti.

Eran las 3pm cuando la dan de alta y ya se siente mejor

Le han pasado dos soluciones con vitaminas y un antibiótico, ya que en su examen arrojo tenía infección.

 

Al salir del hospital Ramsés insistió en llevarla a casa y no solo eso sino entrar en su apartamento.

Pero que pesado y raro hombre era.

No quería por nada de mundo que el conociera donde vivía, sin embargo era imposible negarle algo y hoy más que nunca estaba en su plan dictatorial.

Quería también pensar que es porque estaba preocupado por su salud.

.Pero era difícil dilucidar sus sentimientos en esa mascara hermética que siempre usaba.

O casi siempre, porque con ella se había dado la libertad de bromear, realmente burlarse, y hacerla poner roja como un tomate con sus comentarios de doble sentido.

Al parecer la había tomado como su payaso personal, la cual lo divertía.

Antes de entrar al auto ella insiste

- No es necesario que me lleve, envíeme con el chofer o en un taxi.

La cara de Ramsés es de "Has dicho la mayor atrocidad del mundo" literalmente la mata con la mirada y responde.

- Yo te llevare y eso no se cuestiona.

Sin más remedio que hacerle caso Fiorella se introduce por la puerta donde él le ha abierto, para luego tomar el asiento del piloto y arranca el auto.



#2477 en Novela romántica

En el texto hay: jefe, asistente, ogros

Editado: 28.11.2022

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