Ramsés clava su mirada en la mesa donde está la desgraciada amiga de Fiorella, con el que debe ser el novio por como la tiene abrazada, al frente esta Fiorella y a su lado un mequetrefe, que no le quita la mirada de encima y si lo dejan tampoco le quitaría las manos. Cosa que no sucederá si él puede impedirlo y claro que lo hará.
Debe reconocer que esa noche Fiorella esta excepcionalmente bella, con ese vestido rojo le sienta de maravilla.
Además que su corazón que según él no existe, empieza a latir furioso, está el hecho que todo su ser experimenta un huracán de emociones, los celos lo consumen y solo quiere agarrarla del brazo y sacarla de allí.
Decidido se enfila hacia la mesa y con su acostumbrada arrogancia señala:
—Qué casualidad, mis empleadas
—Si una soberana casualidad- señalo a propósito Sharon retando a Ramsés Masseratti que de inmediato le lanzo una mirada fulminante.
Pero Sharon estaba crecida, la razón principal querer que Ramsés reconozca y acepte sus sentimientos por Fiorella y la segunda razón es que ya esa tarde había recibido la buena noticia que había sido aceptada como una de las diseñadoras que formarían parte del stop de la diseñadora principal de Casa Givenci, Renata Belmonte de Givenci.
Así que si su Ramses Msseratti la despedia, no había problema, porque finalmente seria libre de la escalvitud de su ególatra jefe, que obviamente para ella por muy guapo que fuera no le llegaba a los talones a Alessandro Greco, quien sería siempre su amor platónico.
—Fiorella está preciosa, ¿no cree Jefe?- puntillo Sharon y Fiorella quería matarla.
—Rachel, por favor —bufo molesta.
— ¿Qué pasa? —Insistió su amiga, ignorando a su novio que le estaba lanzando a su vez una mirada de advertencia—. ¿Está linda o no?
Ramsés detallo el un precioso vestido de cóctel rojo que dejaba los hombros al descubierto la tela se ajustaba de manera maravillosa a si cuerpo, viéndose muy femenina y con admiración acordó:
—Está muy hermosa sin lugar a dudas, Fiorella te sienta en rojo.
Fiorella se ruborizó mucho más de lo habitual y acabó de un color parecido al carmesí y el corazón latió a mil por hora.
El la afectaba de mil maneras posibles.
A su lado Luciano la miro con suspicacia y Sharon estaba en primera fila expectante mientras que la rubia a su lado se puso roja pero del enojo.
—¿No han cenado?-señalo con toda intención- que les parece si compartimos la mesa, no me gusta comer solo.
Obviamente se le olvido que tenía una chica a su lado que estuvo a punto de chillar pero basto una mirada matadora de el para callarla.
Acto seguido llamo al mesero, le dio las indicaciones de que arrimaran dos sillas. Le valía una mierda si nadie lo quería allí, necesitaba vigilar a Fiorella y el mentecato que estaba a su lado, ver que tan cercana era su relación, si habían empezado a salir hace poco o era su primera salida
Minutos despues había un silencio sepulcral y todos estaban súper incomodos, a excepción de Sharon que estaba a la expectativa de lo que pasaría en esta novela de amor, dolor, y amores tormentosos.
Ramsés Masseratti mantenía la vista fija en Fiorella quien estaba toda ruborizada.
Así que la afectaba su presencia, que bueno-pensó satisfecho.
Al venir el mesero con la carta, Luca tomo ca carta y dirigiendose a Fiorella le sugirio:
—Langosta de Galápagos, con salsa de coco, mariscos, al ajillo o al vino, te transportara de inmediato a la isla galapagos y sera una delicia a tu paladar.
Fiorella no tiene ni idea de que es eso, mucho menos donde diantres queda esa dichosa isla, titubea entre hacerle caso a Luciano cuando el insiste.
—Te recomiendo la langosta al ajillo, es mi preferida.
Ramsés no puede evitar meter la cuchara y cortante se va contra Luciano.
—No tienes que elegir por ella, ella es una mujer totalmente apta para elegir lo que va a comer.
—Solo le estoy sugiriendo-carraspeo Luciano en franco enfrentamiento
—Yo pedire pasta a la carbonara- intervino Luca y mirando con amor a Sharon le dijo- quieres tambien pasta amor.
—Lo que tu quieras mi vida- acordo ella derretida.
Ramses se sacudio la cabeza para despabilarse ante tanta cursileria,
Fiorella ahora tomo la palabra:
—Es cierto soy también capaz de decidir y aceptare tu sugerencia Luca, sera Langosta al vino- expuso Fiorella solo para llevarle la contraria a su jefe y a su vez edio a medias al no pedir la langosta al ajillo.
—No te gustara, te lo aseguro- le advirtió Ramses.
—Y a mí que me sugieres comer-pregunta Sonia a Ramses mostrándose tan sumisa, dócil y pegajosa que literal le produce nauseas a Fiorella que muestra con su cara lo que piensa y Ramses lo nota.
—Quizás comida de pájaro- dijo por lo bajito Fiorella.
Ramsés la miro con esa mirada “Sin filtro Marchetti”
Sonia iba a decir algo pero basto la presión de la mano de su acompañante y su mirada fulminante para que callara.
Fiorella se encogió de hombros y supuestamente trata de arreglar las cosas diciendo:
—Lo digo porque eres modelo y bueno tienes que cuidar la línea.
Ramsés sabe que Fiorella lo ha dicho con burla y pregúntenle si le molesta, más bien le divierte y encanta que sea esa chica sin filtro.
El mesero llega por las órdenes y cada uno hace su pedido.
Fiorella testaruda pide la recomendación de Luciano, sin imaginar si le gustara o no. Por vida de Cristo ojala sea algo bueno, al menos algo comestible.
Ramsés toma la carta y pide para el lasaña de carne picada y bechamel y Raviolis, los favoritos de su asistente.
Vaya que este hombre tiene hambre- piensa Fiorella poniendo cara de circunstancia y a la vez arrepentida de ella no pedir los Raviolis.
Ramses pide tambien una ensalada Cesar para Sonia, porque es vegana, vegetariana y talvez sea hasta anorexica.
No, no lo es, solo que es de ese tipo de mujeres que cuidan exageradamente su figura.