Riffs de Amor

El Riff de Erick

 

 

Emily intentó no pensar en lo que había sucedido en el escenario con Liam, pero le resultó imposible. Observó cómo guardaba su guitarra en el estuche mientras los demás se encontraban en la salida trasera del lugar. Decidió que hablarle sin la presencia frenética de sus compañeros sería lo mejor.

 

—Eso fue increíble —Dejo salir Emily, tratando de ocultar la tensión en su cuerpo, pues sentía que se hacía evidente frente a la figura imponente del guapo vocalista.

Ella podía sentir como su corazón latía más rápido y su piel se erizaba ante la cercanía del cantante.

Sus nervios estaban como nunca, mientras se cuestionaba “¿Acaso él también había sentido algo?” Emily deseaba saberlo, pero no quería parecer demasiado interesada y molestarlo.

Tratando de no incordiarlo, logro articular una frase mas, buscaba de manera inconsciente una respuesta a su ansiedad, pensaba que tal vez, él tenía algo que aclarar al igual que ella.

 

—Realmente tienes un don para la música —Agrego ella en voz baja, tratando de ocultar los espasmos que ahora se generaban en su estómago.

Liam, lucio sorprendido por el acercamiento de Emily, pues nunca hablaban. La miro por dos segundos que parecieron una eternidad bajo el escudriño de esos profundos ojos oscuros.

 

Gracias a Dios termino diciendo algo trivial, pues Emily sintió que moriría de la vergüenza al haberle incomodado.

 

—Tu, igual de precisa que siempre —

 

Ella notó su incomodidad y retrocedió medio paso. No quería exponerse a la actitud sombría de Liam, temiendo que tal vez le dijera lo que ella ya sabía: que no soportaba su presencia y  prefería mantener las distancias, limitándose solo a lo laboral.

 

—Bueno, solo quería decirte que lo hiciste genial esta noche —dijo, como un cachorro asustado después de haber sido mojado. Con esto, se apresuró a girar y marcharse.

 

Liam se quedó allí, mirando cómo se alejaba. Sabía que no debía acercarse más. Él tenía debilidad por la belleza y Emily le resultaba extremadamente hermosa y apetecible ante sus ojos. Si fuera otra, correría tras ella, la tomaría de la mano, le invitaría a tomar algo y dejaría que sucediera lo que tenía que pasar.

Pero existía una regla clara en la banda desde que entró Emily: "NINGUNO PUEDE IR TRAS ELLA", así lo dejó Erik en claro desde el inicio, y todos acordaron que así sería.

 

Con el paso de los meses, parecía una regla hecha a conveniencia del baterista, quien le coqueteaba abiertamente delante de todos. Liam no podía evitar sentirse incomodo ante la ventaja que creo Erik con esa regla, lo peor es que asediaba a la joven y a él, solo le preocupaba que ella se hartara de la situación y los abandonara. En ese instante, al salir al encuentro de su banda, vio cómo Erik tomó por la cintura a Emily, llevándola contra él, y le fue inevitable no sentir disgusto.

 

—Tomemos algo lejos de este lugar. Aprovechemos que aún la fama no nos alcanza y podemos pasar un rato juntos —dijo Erik, dirigiéndose claramente a Emily.

 

—Para mí suena bien —respondió Nik, el responsable del bajo. Los demás sonrieron, pues fue obvio que la invitación de Erik era solo para Emily. Pero el inocente Nik, quien se encontraba terminando una llamada, sin intención alguna, convirtió en un momento, un dúo en un quinteto.

 

Liam sacó su celular con disimulo, tratando de ocultar su incomodidad al ver la cercanía entre el baterista y Emily. Si seguía así, estaba seguro de que perdería un valioso intérprete en la banda, lo que le preocupaba profundamente.

 

—Me disculpo, en otra ocasión será — Emily, sin detenerse a pensar dio una seca respuesta a la cordial invitación. Sabía que no podía llegar tarde a casa, ya que sus padres no le permitían estar en la calle a altas horas de la noche. A pesar de que venía de una familia adinerada, su vida social estaba limitada por las creencias arraigadas de sus padres.

 

Para poder tocar con la banda, Emily había tenido que inventar excusas y enfrentarse a sus padres en varias ocasiones. En esta ocasión, había tenido que lidiar con su madre, quien se había molestado, al Emily mencionar que solo quería pasar un rato con sus amigos del conservatorio de música. Desde luego era mentira, pero ella en verdad se sentía viva, cuando tocaba el teclado.

 

Antes de que Emily pudiera dar un paso, Liam la miró fijamente.

—Nunca nos acompañas, Emily. Vamos —

—Gracias, es tarde. La próxima vez será —respondió la joven con una sonrisa dulce en el rostro. Pero Liam, terco como era, no se dejó vencer por el rechazo y decidió insistir una vez más, pues su ego no toleraba “NO” por respuesta.

 

—Prometo que te llevare a casa, con eso no llegas tan tarde —Afirmo Liam, con total convencimiento de conseguir una respuesta afirmativa de la bella teclista.




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