Los cinco músicos entraron al lugar, que estaba abarrotado de gente. Las luces de colores se movían frenéticamente por todo el espacio y la música era tan alta que hacía imposible escuchar cualquier conversación.
Diego tomó la mano de Emily con fuerza, preocupado de que se perdiera entre la multitud. El joven músico, evidencio que ella era demasiado amable para un ambiente como en el que se encontraba. La vio pidiendo permiso a la gente, esperando que esta le abriera paso. El guitarrista, buscando ayudarla, la jaló hacia adelante.
En cuanto llegaron a la mesa, Erik tomó a Emily por la cintura y la llevó directamente a la pista de baile sin decir una palabra.
—Diego, creo que te arrancó el brazo junto con Emily—bromeó Liam al escuchar a Nik, quien se había dado cuenta del semblante sorprendido de la teclista al ser arrastrada sin advertencia.
Los tres músicos se sentaron, pidieron sus bebidas, cuando el mesero preguntó si querían algo más, Liam respondió rápidamente que no, interrumpiendo a Diego, quien probablemente habría pedido algo para Erik.
Era habitual que el baterista saltara a la pista de baile tan pronto como llegara a una discoteca, por lo que nadie se sorprendió por su comportamiento con Emily. Sin embargo, otro cuento aparte era Liam, los chicos notaron que estaba actuando de manera inusual, ofreciéndose a llevar a Emily y luego no dejando que se pidiera una cerveza para Erik.
Nik y Diego se miraron y continuaron su conversación, mientras que Liam se quedó callado. Nadie discutía con él porque siempre era leal a sus amigos, aunque en ocasiones su actuar parecía frío como en ese momento.
De repente, una hermosa morena se acercó sonriendo coquetamente a Nik, saludando por sus nombres a los otros dos músicos.
— ¿No me has instalado un rastreador sin saberlo, nena? — dijo Nik orgulloso al ver a su novia tras sus pasos. El callado Nik, parecía ser el que más centrado de los cuatro hombres. Tenía una relación de tres años con Adriana, de la cual se sentía muy orgulloso
—¡No te sigo, nene!. Liam me dijo que se dirigían a este lugar, y vine a verte — Liam parecía desinteresado en la situación, como si su nombre no estuviera en mención.
Sin embargo, cuando Nik pidió una explicación, Liam simplemente se encogió de hombros y dijo que Adriana le había ofrecido 10 dólares por saber dónde estarían.
—¡Ya sabes que necesito una nueva guitarra acústica! ¿Verdad? — añadió con total tranquilidad, fingiendo desinterés en su respuesta, como si fuera una explicación válida aquella.
—Por la mitad, hasta le espanto las chicas que se le acercan en cada concierto —Diego habla burlesco, mientras Nik se reía entre dientes, al darse cuenta de que sus amigos tenían un precio para su cabeza.
— ¡Se los robaré! —Dijo la hermosa morena cargada de sensualidad. Había venido por Nik, así que ya se retiraba.
—Seremos un cuarteto esta noche —Dijo Liam, al saber que el bajista de la banda, no regresaría.
—Serás un solo —Contraataca Diego de inmediato —Lo siento Liam. Esa hermosa castaña me ha guiñado dos veces el ojo. ¡Y ya sabes¡¡Camarón que se duerme…!
Diego se fue, dejando a Liam solo con una cerveza que no quería beber. Miró irritado a Emily, que estaba bailando cerca de Erik. Podía oler las intenciones de su amigo desde donde se encontraba sentado.
Liam y Erik habían sido amigos desde la escuela, conocía muy bien cuando su amigo estaba interesado en una chica. Fingía ir tranquilo como lo hacía con Emily, pues Erik, era una persona ansiosa por naturaleza.
“Vaya sacrificio por una chica” pensó Liam, quien sabía que su amigo, al igual que él, iba a mil con las chicas, solo que Liam no lo ocultaba.
La incomodidad dentro de Liam creció al percibir las intenciones de Erik, y por un momento pensó en dejar a la pareja sola al ver que regresaban a la mesa. Consideró su decisión, se dio cuenta de que no quería ser una tercera rueda, más no deseaba que Erik, continuara abrumando a Emily, por lo menos su presencia impediría que este continuara en su plan de don juan, con la teclista, y tal vez así no colmara a Emily, quien se notaba algo intimidad ante los cortejos y coqueteos del baterista.
— ¿Y nuestras cervezas? —Fue lo primero que pregunto el baterista al sentarse animado junto a Emily en frente a Liam. Los dos lucían agotados, sus pieles parecían brillar, más la de Emily, que al ser de piel blanca, sus pequeñas gotitas eran más notorias, dándole al vocalista la impresión de tener enfrente a una tierna niña.
—se habrían calentado. Pero mira, la barra parece estar descongestionada —Erik miro con desgano hacia donde mencionaba su amigo “¡la barra estaba a reventar!”, pero sería peor esperar. Se levantó de la mesa por su pedido y el de Emily, que solo menciono querer agua.