Riffs de Amor

Un MHz

 

 

La joven escudriñó a su acompañante una vez más, intentando recordar cómo habían llegado a ese lugar, pero su mente seguía en blanco. Al mirar a su alrededor, se encontró rodeado de majestuosos robles y pinos, cuyo aroma a libertad la envolvía. Las bandadas de aves revoloteando de un árbol a otro en busca de comida, capturaron su atención y se deleitó con su hermoso canto. El alba había comenzado y el cielo, que la noche anterior había sido pintada de azul oscuro, ahora se deslumbraba con hermosos tonos rosados. Al bajar la vista, un hermoso lago se desplegó frente a ella, cuya tranquilidad le brindó un gran sosiego. Giró suavemente la cabeza mirándole a él una vez más.

 

El momento parecía irreal, una ilusión creada por su confusa mente. La fragancia de la loción del hombre a su lado, inundaba sus sentidos, mientras su corazón latía a un ritmo frenético ante la cercanía.

 

Las mariposas revoloteaban en su estómago, haciéndola sentir como si estuviera flotando. Con descaro actuó, total, ¿porque no disfrutar de aquel sueño?

 

Extendió su mano posándola sobre la mejilla de Liam, de manera tan sutil, como si el hacerlo de otra forma, le hiciera despertar de ese hermoso sueño.

 

—¡Liam! — Emily grito exaltada al sentir a su tacto, la piel calidad de su acompañante. Su mente se abrumo en un momento, pues no era un sueño: estaban en un parque al amanecer y ella no había llegado a casa a dormir. Su cabeza dio tres vueltas más gritándole que estaba actuando de manera indebida.

 

—No tienes que gritarme Emily, estoy a tu lado  —El joven con voz perezosa, aclara, esperando que su bullosa compañera guardara algo de silencio. Se encontraba agotado al haber pasado las últimas tres horas sentado en esa incomoda silla de concreto y recostado a la fría estructura de metal en su espalda, sin sumar, que no se había quedado dormido, “pues alguien tenía que cuidar de los dos”, ya que su risueña y carismática compañera, no se encontraba coherente y, en su actuar desinhibido, hubiera podido ir a cualquier lugar.

 

—Deja de mirarme de esa manera. Parece que me acusas de algo terrible —

 

—Lo siento, no quería incomodarte —respondió Emily con un tono apenado.

 Observo como Liam se inclinó un poco más y se cubrió la nariz y la boca con las manos para calentarlas.

 

—¡Perdón!, te estas congelando y yo tengo tu chaqueta —Agrego Emily casi en un murmullo. 

 Liam se rio suavemente, sin apartar la mirada de ella.

 

—No te preocupes, solo bromeaba. ¿Estás bien? — preguntó Liam con voz suave y preocupada, al ver que Emily, lucia desconcertada.

 

Ella asintió con la cabeza. ¿Cómo había llegado a esta situación? Emily seguía sin tener idea, y su corazón marchaba a mil por hora.

 

—Liam, lo siento. Tengo que irme ahora mismo. Prometo explicarte si nos volvemos a ver. —Emily se levantó, dio media vuelta, y caminando a toda prisa  ignorando la expresión confundida de Liam, quien se preguntaba a si mismo ¿Cómo que si nos volvemos a ver?

 

—Emily, espera, ¿A dónde vas? — Liam se levantó de inmediato, hablando algo fuerte para alcanzar a ser escuchado.

 

—No, Liam. Lo siento mucho. No quiero armarte líos con esto. —Emily  no se detuvo al responder, más continuo, por lo que Liam, la alcanzo tomándola por la mano para que lo escuchara.

 

Ante el agarre del vocalista, Emily se detuvo en seco, se volvió hacia él con una expresión tan preocupante que Liam dudo de estar haciendo lo correcto al no permitir que se marchara, aunque  el verla tan preocupada, no le permitía quedarse sentado viendo cómo se marchaba.

 

—Dime que te tiene así. ¡No hemos matado a nadie! —Dijo el vocalista tratando de calmar a Emily, más la joven se mostraba igual de preocupada, incluso Liam, podía sentir su tacto sudar en medio del frio de ese momento.

 

—Mi familia es algo conservadora, el no haber llegado a dormir me tendrá en serios problemas — Emily maldijo en su mente, el instante en que se dejó convencer de salir a aquella discoteca, por el par de ojos negros brillantes que tenía enfrente y la observaban con detenimiento.

 

Se soltó del suave agarre de Liam, se quitó con prisa la chaqueta y se la devolvió a con apenas un gracias.

 

—Oye, cálmate. Ya esta — dijo Liam en un intento de tranquilizar a Emily. Pero ella abrió los ojos con molestia, sin entender cómo el vocalista no podía comprender la gravedad de su situación.

 

Con un tono de tristeza y amargura, Emily expresó su preocupación —Después de hoy, es posible que no pueda volver a tocar en la banda —Esperaba que esto hiciera que el vocalista comprendiera la gravedad de la situación.




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