Ritorno

Prólogo.

Andrés.

Nunca dejé de saber de ella.
Aunque no me atreviera a buscarla con nombre y apellido, sus pasos siempre encontraron la forma de llegar a mí. Me mantuve en las sombras sabiendo que era la mejor decisión para ella.

Por mensajes entre amigos. Por fotos perdidas. Por recuerdos que se resistían a envejecer.

Podría mentir y decir que la olvidé.
Pero la verdad es que su nombre nunca dejó de sonar en mi cabeza... como una canción que ya no puedes cantar en voz alta, pero igual tarareas en silencio. Como un vino que se reversa durante años y que incluso puede pasar por olvidado, pero solamente se está conservando para que se transforme en algo mejor.

Pensé muchas veces en escribirle. En llamarla. En buscarla.
Pero algo me decía que, si el destino quería jugar, lo haría por cuenta propia.

Y lo hizo.
Seis años después, estamos frente al otro.
Con la misma mirada. Con un gesto distinto. Con una historia que ya no conozco y con el mismo sentir multiplicado por todos los años que no la vi.

Pero el corazón tiene memoria y…
Ese no olvida nada.




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