Capítulo 6.

Clara.

¡Ok Clara! No te preocupes, confía en tu amiga. Una amiga talentosa, muy buena en lo que hace, exagerada, excesiva, un poco extremista… Hay ok ya me preocupé.

-Aurora, ¿Estás segura que está quedando bien? - pregunto mientras siento como pasa las brochas de maquillaje sobre mi ojo izquierdo.

-Niña, deja de dudar de tu talentosa amiga por favor, hieres mi orgullo - contesta dándome un leve golpe con la brocha en la cabeza - Me tienes cansada con tu lloradera.

-Es que contigo nunca se sabe, por fa, no quiero algo exagerado tú más que sabes cómo es mi estilo.

-Si, sonso, ñoño y aburrido. Cariño tienes que sacarle mayor provecho a tus atributos heredados por tu hermosa madre y por tu guapo padre.

Al mencionar a papá sonrió recordando su atractiva cara, lo cual me recuerda lo que me diría en una ocasión como esta. Papá murió hace 7 años, en un accidente de auto ocasionando un gran vacío en esta familia que jamás, ni con el pasar de los años cerrará.

-Lo sé, quisiera que papá estuviera aquí para que vea cómo estoy, y no solo yo, si no a mis otras dos hermanas, se que estaría orgulloso - expresó con tono de nostalgia.

-Papá no está aquí, pero mamá si - hablan desde la puerta de mi habitación - Si estoy yo, es como que estuviera él y viceversa, mi Clara que preciosa te ves.

Aurora no ha querido que me voltee frente al espejo para que no vea lo que está haciendo hasta el final así no poder deshacer lo que ha hecho por falta de tiempo, la conozco muy bien.

-Gracias mamá, sabes que lo que dije de papá no lo dije para que te sintieras mal - mencionó ante su cambio de cara que refleja la tristeza que aún siente por papá.

-Lo sé cariño mío, estás fabulosa. Aurora esta vez sí te luciste, me preguntó por qué será - le guiña un ojo a mi amiga y es cuando me doy cuenta del motivo por el cual ha hecho todo esto hasta ahora.

-Mamá, antes de que lo digas o pienses. No me arreglo para Andrés, es más ni por Lucas , lo hago porque quiero y porque me estresa la exigencia de Aurora al querer sacar a relucir mis “tributos” - digo esto último haciendo las comillas con mis dedos.

-¿Qué? ¡Yo no dije nada! - se excusa mamá - Fuiste tú la que sacó ese tema a relucir.

Mamá siempre se llevó bien con Andrés desde que se mudaron cerca, tiene una muy buena relación con la mamá de él. Y lo que me resulta extraño y no llego a comprender es porque no le cae del todo bien a Lucas, ella respeta mis relaciones pero con Lucas se ha visto más despectiva al momento de interactuar con él.

-Listo, termine. Ve a ponerte el vestido y regresa sin mirarte en el espejo - me indica Aurora en tono amenazador.

-Cariño te va a encantar cómo quedaste, te ves divina - dice mamá y eso hace que me preocupe más.

Una vez que salí del vestidor con el vestido puesto, antes de que me vea en el espejo, Aurora hace que me coloque un par de sandalias de tacón alto con porte elegante, un collar de perlas y un par de aretes colgantes delgados con pedrería.

-¿Lista? - pregunta mi amiga agarrándome los hombros al momento que me voltea al lugar donde se encuentra el espejo. - Mira por ti misma y deja de decir que ese color no es para ti.

Lo que veo me deja impactada sin creer que el vestido al cual no creía que me quedaría bien, realmente me queda bien ya que el vestido de gala es estilo vintage en un color rojo con tono burdeos profundo, de silueta línea A con falda de gran volumen que cae hasta mis tobillos.

El vestido presenta un escote cuadrado y tirantes anchos, lo que aporta un aire clásico y sofisticado. El tejido parece tener buena caída y peso, lo que realza el porte elegante del conjunto.

Mientras veo el resultado del trabajo de mi amiga me digo mentalmente no volver a dudar de sus elecciones para eventos de este tipo.

-Aurora, te luciste. Está precioso - digo con una sonrisa al ver el maquillaje bien cuidado para que no desentone con el vestuario, mi cabello suelto en ondas bien trabajadas que hace que lleve un poco más abajo de mi espalda.

-Nunca dudes del talento que posee tu mejor amiga - dice haciendo el gesto de soplar se sus uñas con una sonrisa orgullosa adornando su cara refinada.

-Ni yo lo haré - dice mamá quién hasta ahora ha podido pronunciar una palabra. Ya que tenía años de no verme así de arreglada.

-Bueno, toca terminar de arreglarme yo para poder partir a tiempo a la gala - menciona mi amiga tomando sus cosas para poder vestirse.

-Cariño, estás preciosa - expresa mamá tomándome de los hombros mientras nos vemos frente al espejo - Tu papá estaría muy orgulloso de la mujer que te estás convirtiendo cada día más.

Dichas palabras hacen que el corazón se me haga pequeño al imaginarme lo con su hermosa sonrisa abriendo sus brazos para que yo pueda refugiarme en él, sintiendo que en los brazos de papá y mamá nada malo me sucederá.

La realidad es la que tengo frente a mi en estos momentos, que aunque no ha sido fácil, con ayuda he podido superar poco a poco las cosas que alguna vez sentí que me matarían, no el cuerpo, sino el alma.

-Clara, ya estamos listas - exclama mi amiga mientras sale del vestidor portando un elegante vestido color verde oliva con un corte en la parte superior de su pierna derecha acentuando sus curvas.

-Como siempre, no me hace falta decirte que te ves hermosa - le digo impresionada de su belleza natural que realza con sus diseños imponiendo su propio estilo.

Así emprendemos el camino en su auto. Minutos más tarde llegamos a la entrada donde desde afuera se ve el movimiento de la exposición que se ubica en el corazón palpitante de Bolonia, la galería de arte del Palazzo Albergati que se presenta como un diálogo vivo entre el esplendor barroco y la expresión contemporánea.

Los techos altos ornamentados con frescos centenarios se funden con una iluminación cuidadosamente diseñada que realza cada trazo, cada volumen, cada sombra de las obras expuestas. Las paredes, majestuosas y sobrias, actúan como un lienzo silencioso que permite al arte respirar, vibrar y resonar con el espacio.