Clara.
Aún sigo con los pensamientos hechos caos debido a un idiota que no entiendo porque apareció de repente en vida, se supone que ya era un tema cerrado parte de mi pasado. Con todos esos sentimientos aflorando en mi pecho trato de que no me afecte.
La cuestión es la siguiente, me resulta extraño que Lucas apareciera así de repente, había dado por sentado que él no vendría.
—Lucas, ¿Por qué no avisaste que vendrías a la galería? —pregunto cuando estamos a solas en una de las salas que sigue en exhibición —Te apareces así de repente y sin avisar antes.
—Clara, ¿Quien era el tipo de hace un momento? —su pregunta me pilla desprevenida.
—Ya te lo había dicho al momento de presentaros —respondo tratando de sonar tranquila.
&No es a lo que me refiero, no solo parecía un conocido. He oído hablar de él por tus amigos pero nunca de ti ¿Por qué? —sigue preguntando impaciente poniendo una mano sobre una pared recostandose sobre ella, presionando me a mi contra la pared.
—Lucas, no comiences con una escena de celos, créeme no es el momento adecuado —digo al tratar de salir de donde me tiene metida.
—No trates de minimizar lo que hace rato pasó, te noté diferente con él hace un momento, no me vengas diciendo que son paranoias mías porque sabes perfectamente que no lo son. —expresa tomándome del brazo ejerciendo fuerza haciendo por ende que arrugue la cara del dolor.
—¿Qué te pasa? - digo tratando de soltarme —Me estas lastimando Lucas, sueltame.
—No hasta que me digas la verdad, no me vas a venir a ver la cara de idiota aparentando que no pasa nada con ese tipo —sigue hablando mientras me sostiene y por la fuerza que ejerce solo espero que no me quede una marca.
—Basta, no se trata de él o de ti, me estas lastimando en estos momentos, por última vez te digo que me sueltes —puntualizo logrando al fin soltarme de su agarre —Que no se te vuelva a ocurrir volver a tratarme de esta manera.
Comienzo a caminar con pasos temblorosos y la mirada casi nublada por las lágrimas, quiero salir lo más rápido de aquí y no puedo encontrar a Aurora y al único que que tengo al alcance lo tomo del brazo guiñandole la manga del saco mientras lo arrastró conmigo fuera el Palazzo, esto hace que el aire frío del exterior pegue contra mi cara ocasionando un leve temblor de frío por mi cuerpo.
Sigo caminando sin decir una sola palabra tratando de aclarar lo que acaba de pasar y cuidando de que no se note la marca roja que Lucas me dejó sobre el brazo hace un momento.
—Me encanta la idea de que me secuestres, pero ¿no habrá problemas con tu novio? ±dice finalmente al cabo de unos minutos después de detenernos.
—Solo no hables por favor —le pido susurrando bajito y es que aún no puedo creer que a la persona que arrastre para que esté conmigo en estos momentos es a la misma persona que he estado evitando durante estas últimas semanas —Solo déjame respirar un momento.
¡Dios, porque justo ahora! Práctico mis exhalaciones una, dos, tres veces al sentir como el ataque se aproxima.
“Clara, respira” me digo mentalmente casi al borde del ataque, no quiero que Andrés me vea así. Que se de cuenta de esta parte de mi, porque diablos lo arrastré conmigo.
—¿Todo bien? - pregunta —¿Clara?
Vuelve a decir cuando no obtiene respuesta de mi.
—¡CLARA! —grita Lucas quien me logra alcanzar —¿Estás bien cariño? Vamos te llevaré a casa.
Al decir eso retrocedo instintivamente hacia el pecho de Andrés quien me toma por los hombros y entiende mi negativa hacia la petición de Lucas.
—La llevaré yo, no te preocupes —comunica Andrés retomando de nuevo la caminata.
—No, es mi deber. Soy su novio - declara Lucas agarrando el brazo de Andrés impidiendonos el paso.
—No me interesa —contesta Andrés con tono gélido dando a entender que en este momento no está con mucha paciencia.
“Vamos Clara, respira” 1… 2… 3… 4… Trato de calmarme pero al ver el rostro furioso de Lucas quien me ve de manera amenazante vuelvo a retroceder cayendo nuevamente en el ciclo del ataque.
—Sácame de aquí —le digo a Andrés en un susurro suplicando.
Eso hace que Andrés se suelte del agarre de Lucas y me tomé a mi por los hombros caminando conmigo dejando atrás a un furioso Lucas que lo más probable que haga más adelante es tomar acción.
1… 2… 3… vuelvo a respirar 4… 5… 6… ¡Vamos Clara no te dejes vencer! Me digo nuevamente con los ojos llorosos y con el cuerpo temblando.
—Andrés… date prisa —exclamo con la respiración entre cortada.
—Tranquila, ya casi llegamos.
Andrés agarra mi mano y con ella me guía sobre un camino lleno de piedras que da a uno de los jardines que hay acá, me sienta sobre una banca y pone su saco sobre mi.
“Tranquila, respira” siento el pánico apoderándose de mí y es algo que a esté punto casi no puedo evitar.
—Mirame, Clara, mirame a la cara —dice tomando mi rostro con sus manos —Dime como te puedo ayudar.
En la mirada de Andrés se refleja la preocupación y el miedo, en la mirada de Andrés aún encuentro ese brillo que creí que ya no tenía en sus ojos, en el rostro de Andrés vislumbro el paso de los años sutilmente, en sus manos cálidas sobre mi rostro frío, en el olor de su saco sobre mis hombros, en la voz dulce pero firme, en la imponente presencia de elegancia y poder que emana, evocó las tardes que pasábamos en el patio trasero de mi casa, él tocando tu guitarra y yo leyendo sientos de libros.
Me enfoco en los lindos recuerdos que tuve con él, eso hace que mi respiración se vaya regulando. Vienen a mi mente las tardes con Aurora, Félix, Andrés, Camila. Tardes llenas de alegría, música, arte y risas.
Siento rodar una lágrima sobre mi mejilla al momento de recordar las tardes de pasta con papá y mis amigos, siento que mis lágrimas no pueden parar y es cuando siento el abrazo de Andrés sobre mi cuerpo, brindándome un refugio seguro como lo hacía años atrás. Susurrando a mi oído que todo estará bien y que todo será pasajero.
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Editado: 28.08.2025