Ritorno

Capítulo 12.

Clara.

Finalmente es viernes, y disfruto tanto los viernes ya que tengo más tiempo libre por la academia pero en estos momentos no sé qué hacer.

¡Clara cálmate! Me reprendo mentalmente ya que parezco una adolescente que no sabe qué decidir.

-Ok, iré. Solo es una cena con mis amigos… - hablo conmigo misma mientras camino de lado a lado de mi habitación - No mejor no, no quiero ver a Andrés… Si, mejor voy, Camila se irá y tengo que despedirla, mejor no…. Ay que hago.

Mientras agarro mi cabello con mis manos observo la puerta de mi habitación que está abierta y que una persona está observando la escena de locura que estoy dando.

-Mamá - carraspeo quitando mis manos de mi cabello - ¿Cuánto tiempo tienes ahí?

Mientras arreglo el desastre de cabello que tengo por culpa de mi ansiedad, mamá entra y se sienta sobre mi cama.

-Se porque estás así - eso no me lo esperaba - Cariño, quiero que te des cuenta que por más que quieras evitar cosas en tu vida, en algún momento las tendrás que sobrellevar. Tú decides si hacerlo como una cobarde o como una mujer madura.

Vaya mamá, ahora estoy más indecisa que antes….

-No es solo por Andrés mamá, ¿Qué haré si se vuelve incómodo?

-No lo sabrás si no vas - responde con simpleza - Ven aquí.

Toma mi mano sentándome junto a ella sobre la cama.

-Ve a la cena, demuestra que esto no te afecta y también disfruta con tus amigos. Si te sientes mal al ver a André, has de cuenta que no está ahí y actúa como siempre lo haces con tus amigos.

-No lo sé mamá, quiero ir por Camila, pero a la vez no lo sé, me siento rara tratar con el después de años sin verlo.

-Clara, es tu amigo quieras o no. Lo fue hace años y si tu se lo permites lo será igual en estos momentos. Si pasó algo en el pasado, eso fue en el pasado y recuerda que el presente es lo que importa ya que definirá lo que vendrá en el futuro.

-No tuvimos nada mamá, tu lo sabés - puntualizo algo que siempre se le olvida - Iré, por Camila y por mis amigos.

Mamá sonríe ante mi respuesta, después de todo como ella dice, tengo que enfrentar las cosas en algún momento.

Aunque en el pasado Andrés y yo formalizamos nuestra relación por poco tiempo, no hubo mucho tiempo de desarrollar un noviazgo más tiempo debido a que luego pasó lo de papá y al año siguiente él se marchó sin decir nada y dejándome a mí peor de lo que estaba.

Me levanto de la cama buscando la vestimenta que me pondré antes que se haga más tarde para ir a la cena. Anteriormente Félix me mandó la ubicación de donde será y tengo que darle prisa si quiero llegar a tiempo.
_____________________________________________________________

Después de salir apurada de casa y tomar un taxi llego a la Piazza Galvani, que está ubicada en el centro histórico de Bolonia y es un pequeño pero encantador rincón que combina elegancia clásica con una atmósfera tranquila y refinada.

Encuentro el restaurante indicado antes por Félix y me adentro en el, a primera vista el restaurante no se ve ostentoso, pero solo basta con cruzar el umbral para sentir que entras en otro mundo, uno donde el tiempo se mide en pláticas, aromas y miradas detenidas.

No sé quién es la persona más sorprendida si Aurora que se levanta de su asiento sonriendo o Andrés, quien voltea hacia atrás y me ve caminar hacia ellos con los ojos abiertos como si no creyera que estuviera ahí. Está como siempre, cuidadosamente arreglado, detonando esa presencia de elegancia y poder sin perder la dulzura de su sonrisa y la suavidad de su mirada.

-Me deben 20 euros cada uno - vocifera Félix riendo extendiendo su mano para recibir el dinero que le dan Pablo y Camila a quienes veo con cara de reprocho.

-Es de mala educación hacer dinero en nombre de otra persona - comentó cuando me siento al lado de Aurora quien aún no hace más que sonreír.

A mi izquierda tengo a Pablo en la esquina de la mesa y a Félix en la parte derecha de esta misma. Camila está al frente de Aurora quien se encuentra al lado de Pablo y Andrés al frente mío y cuya lengua al parecer no funciona para hablar.

Entre platicas y risas pasan los minutos pero hay algo que aún no deja de llamar mi atención ¿Porque no despega sus ojos de mi? Llevo 20 minutos desde que entre y lo único que ha hecho es tomar su copa de vino sin despejar su mirada de mi.

¿Porque le hice caso a mamá? Me hubiera quedado en casa tranquila, pero ya, debo dejar de repocharme a cada minuto por hacer asistido.

-No he tenido el honor de hablar con usted señorita Clara - comenta Pablo con un acento italiano muy cuidado, hasta podría pasar por un residente de acá.

-Veo que puedes hablar muy bien nuestro idioma - digo sonriendo.

-Tengo que, a mi jefe le gusta que hable su idioma para no desgastarse hablando el mío, hay ocasiones que ni él mismo se entiende y no hablo solo del idioma - inquiere Pablo batiendo sus pestañas cuando ve a Andrés.

-Te entiendo, cuando no se tiende ni a él mismo trata de enredar a los que están a su alrededor - menciono llevando mi copa de vino a la boca.

Mi comentario hace que Andrés sonría de lado sin despegar su mirada de mi rostro.

-Vaya, puedo notar que aún recuerdas muchas cosas de mi - inquiere Andrés hablando finalmente.

-Que te puedo decir, tus traumas no se me olvidan fácilmente - respondo encogiendo mis hombros.

-Veo que no se les ha quitado la costumbre de bromear - dice Félix contento al ver la escena que estamos desarrollando, y es que, quién diría, que Andrés y yo después de mucho años sin vernos estaríamos bromeando nuevamente.

Pasa una hora y el ambiente sorprendentemente se siente ligero y agradable, no hizo falta ignorar al idiota que tengo al frente ya que hizo todo más fácil al no mencionar nada de nosotros.

Este momento me trae sentimientos de nostalgia y recuerdos que aunque duelan atesoro con mucho cariño.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.