Clara.
Tranquila Clara, no pasa nada. Trato de calmarme luego de entrar con Andrés, mamá y mis hermanas dentro de casa.
Nunca pensé que al bajarme del auto pasaría esto, pero fue grato darle ese golpe por toda la vergüenza que su amante me hizo pasar en media plaza. Viene aquí a tratar de arreglar algo que rompió con sus propias manos y que claramente no es posible arreglar.
¿Qué creía? ¿Que estaría feliz de saber que me engañó?
—Mamá, qué buena idea la del cubo de agua —bromea Samantha —Yo de ti en vez de un cubo pequeño echaría agua con la manguera… ¡Auch!
Se queja cuando Valentina le pega en la costilla, estamos en la sala de estar sentados en el sofá. Logré tranquilizarme y quitar todo miedo de mi, al ver a Andrés agarrarse a golpes con Lucas me puso fatal con la ansiedad a flor de piel.
–Controlate Samantha no es el momento adecuado para tus bromas —reprende mi hermana mayor a la pequeña ardilla.
—Buenas puntería por cierto —comenta Samantha.
—Ni tanta - contradice Andrés —Tía, era al pato Lucas que le tenías que echar todo el cubo de agua, a él casi ni lo mojaste.
¿Acaba de decir Pato Lucas? Escucho a Samantha reírse a carcajadas ante el apodo que Andrés le puso a Lucas.
—Ay Andrés, nunca me decepcionan tus apodos —comenta Samantha limpiándose una lágrima que le salió por tanta risa.
—Me da gusto ver que no has cambiado nada Andrés —inquiere mi hermana mayor que está aún lado de mamá y Samantha.
—Para tu mala suerte no —contesta sonriendo, él es tres años menor que mí hermana mayor y de vez en cuando hacen bromas, no tan seguidas como lo hace con Samanta —Tia no me has respondido, prefieres echar todo el cubo de agua al ser que más que te quiere antes que al pato que tenias por yerno.
—No tengo control absoluto del agua Andrés, fuiste tú quien se movió en el peor momento —comenta mamá echando su cabello rizado hacia atrás.
Mamá es una mujer de 54 años y aunque sea un poco mayor la edad no se le echa de ver, de ella heredamos el cabello rizado y las ondas que parecen olas de mar al moverlo. Su piel es igual a la de nosotras, creo que mamá nos heredó la mayor parte de su genética ya que de papá no tenemos mucho en nuestras facciones físicas.
—No te justifiques tía, vi tus intenciones desde antes que lanzará el agua —Andrés entrecierra los ojos a modo de reproche haciendo que mamá ruede sus ojos.
—Pues creer lo que quieras, tú sabrás si con eso duermes en paz —finaliza mamá levantándose del sofá para venir a donde me encuentro yo, quien no ha mencionada palabra desde que entramos.
—¿Que paso? Se veía alterado —se que lo dice por Lucas, nunca había presenciado esa parte de él, no que sepa lo de la galería. Si Andrés le hubiera mencionado algo ella ya hubiese hecho muchas preguntas, no lo ha hecho por lo que supongo que el no le dijo nada a mamá.
—Nada mamá, no te preocupes - me levanto yendo directo donde Andrés —Acompáñame.
Pido y se levanta como cachorro cuando es llamado por su dueña, a veces me recuerda a un perrito Golden retriever por cómo se comporta. Lo dirijo a la cocina donde se encuentra el botiquín de primeros auxilios.
—Siéntate ahí —señaló el taburete que se encuentra al lado del desayunador.
—¿Por favor?
—Andrés, siéntate ahí por favor. Limpiare tu herida.
Sin ninguna objeción hace lo que le pido y me espera mientras preparo la gasa, el alcohol y la pomada que le pondré sobre la herida.
—No debiste reaccionar así —comentó mientras le limpio la herida —No todo se resuelve con golpes.
—Lo pide la chica que le propinó un golpe en cuanto pudo. No me pidas que no reaccione así cuando te tratan de esa manera —declara cuando lo sigo limpiando —Clara, todavía no paso por alto lo que pasó el día de la galería, no se me olvida que después de que hablaras con Lucas salieras así de alterada.
¿Que le digo a Andrés en estos momentos?
Mencionar lo de mis ataques de pánico sería entrar en muchas preguntas que no quiero responder y más si vienen por él, pero tampoco quiero que crea que Lucas me golpea porque sé que sospecha de eso.
—Andrés, antes que lo pienses. Lucas no me golpea, nunca me ha levantado la mano.
—No parecía cuando te lanzo al suelo con fuerza —en ese momento apretó su herida un poco más fuerte —¡Auch! Clara, me duele. Con cuidado.
—No te dolía cuando querías ir por más golpes - reprendo cuando se queja —Así que aguanta que eso no es ni comparado con el golpe que recibiste por mi culpa.
—No fue tu culpa.
—Tienes razón, sé que es algo que harías si otra estuviera en mi lugar.
—Te equivocas Clara, con otras trataría de resolver esto de otra manera, cuando se trata de ti mi juicio se nubla.
Lo que dice me deja sin aliento, hasta se me olvida como respirar y hasta como me llamo, retiro levemente la mano de su herida y es ahí donde me doy cuenta que sus ojos están enfocados en mi rostro y si lo vista no me falla diría que está viendo mis labios.
No lo intérpretes de otra manera Clarita, ha demostrado que te quiere como una gran amiga, no lo hagas. Me reprendo a mí misma ante mis pensamientos con Andrés.
—No digas eso, cualquiera que necesitara ayuda podrías acudir a ella o él si es el caso.
Luego de limpiar la herida y aplicar pomada sobre ella empiezo a guardar todo en su lugar ante la atenta mirada de Andrés… Y otras personas que se encuentran escondidas en la puerta de la cocina.
—Salgan ya —declaro viendo cómo las tres salen en piña de su escondite.
—Nosotras… —intenta decir mamá.
—Tu sabes, estábamos —trata de seguir Samanta a mamá.
-Ay, no nos presten atención, nosotras estábamos pensando en que… ¡Comer! Eso si, comer —dice mi hermana mayor chasqueando sus dedos.
—¡Si! - añade mamá —¿Quieren comer?
—No gracias, yo me iré ya —dice Andrés y no se porque su partida me hace sentir rara.
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Editado: 22.09.2025