Ritorno

Capítulo 16.

Andrés.

—Andrés, no puedes dejarme con todo el trabajo. Tu eres el presidente no yo.

—Ah, deja el drama. Adelante mi trabajo durante el fin de semana para tomarme la tarde de ayer libre, no seas explotador —digo cuando empiezo a revisar todo lo que tenemos pendiente, es tanto que quiero lanzarme del tercer piso de donde me encuentro.

—La reunión para el nuevo lanzamiento es el viernes y tienes que presentar el nombre del vino, no permitiste que nadie lo hiciera pero estamos retrasados con eso.

—Pablo, todo va conforme a lo planeado. Prometo que el viernes presento el nombre —mentir de vez en cuando nunca está demás, y más si es para que Pablo me deje en paz por el resto de la semana.

—Eso espero. Terminado ese tema, tu papá quiere reunirse contigo para hablar sobre Verdecampo —me comenta Félix y eso me recuerda lo que dijo papá.

—¿Es sobre el aniversario de la empresa? —pregunto.

—Así es, me pidió que te comunicara que cenaran juntos esta noche.

A papá se le ocurre cenar conmigo en los días menos convenientes, tenía pensando en ir con Aurora donde Clara. Camila ya se marchó y Félix está metido en un nuevo proyecto, por lo que solo me quedaba Aurora como excusa para poder aparecer en la casa de Clara.

—Confirma mi cena con él —le contesto a Pablo quien estaba esperando mi respuesta.

—Listo.

—Ahora que recuerdo, no pude preguntar antes pero me llamó la curiosidad sobre ti y Aurora ¿Pasó algo? —Pablo sonríe de manera que no lo había visto hacerlo antes y eso me sorprende.

—Aún nada, pero espero que pronto sí —confiesa con una risita.

—Vaya, pensé que nunca vería este día —digo.

—¿Qué día? —pregunta extrañado.

—El día que pusieras la cara de idiota al hablar de una mujer —digo cuando me lanza una bola de papel riendo.

&Ni yo no creí, veremos qué pasa en un futuro.

Me alegra saber que él se está adaptando bien a Bolonia y me sorprende aún más que él haya llamado la atención de Aurora, esa bruja es complicada.
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—Hijo —me llama papá cuando me voy acercando a la mesa donde él se encuentra.

—Papá, ¿Qué tal todo? —pregunto saludándolo.

—Bien, necesito hablar contigo de Verdecampo —habla preocupado y es algo raro en él, ya que es un hombre que en su aura carga con seguridad y tranquilidad característica de él.

—¿Pasa algo? —pregunto preocupado.

—Me han presentado un informe sobre unas cosas que no tienen coherencia sobre el manejo estadístico sobre la producción de algunos de los alimentos y materias primas que nosotros distribuimos.

Papá se hizo socio de la empresa de mi tío Daniel cuando comenzaron, la iniciaron ambos como amigos y en el futuro se convirtieron en socios mayoritarios donde ambos manejaban el 70% y el resto de las acciones estaban distribuidos con los otros socios.

—¿Han revisado los libros contables? —pregunto lo obvio.

—Si y la comparación entre lo distribuido y las ganancias son incoherentes —dice papá alarmado, supongo que es por lo que pasó años atrás.

Al morir el papá de Clara, las acciones de él fueron distribuidas entre su esposa e hijas pero quién se encarga de llevar la empresa es Damián, amigo de mi papá y el de Clara, los tres eran mejores amigos.

—¿Qué quieres hacer?

—La decisión es tuya Andrés, tú serás el próximo presidente de la vinícola y por lo tanto todos los negocios pasarán a tus manos —declara y eso me sorprende.

—Visitaré la empresa y me pondré en contacto con el tío Damián para ver qué pasa.

—Gracias hijo, hay otro asunto que me tiene preocupado.

—¿Qué es?

—Clara —menciona su nombre y mis cejas se fruncen por la extrañeza de su mención —¿Estás saliendo con ella?

Ya quisiera.

—No —me limito a decir —Y si lo hiciera, es algo que solo me corresponde a mi papá.

—Solo ten cuidado Andrés porfavor —inquiere papá y eso sí es lo más extraño que me ha dicho porque no me lo dice como amenaza sino como advertencia de algo.

—Seguro papá, no te preocupes.

La cena transcurre tranquila luego de esa charla, pero algo en mi me hace sentir inseguro y siento que una alarma en mi cabeza se activa con la advertencia de papá.
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Llego a casa finalmente después de un largo día, suena mi celular mientras estoy tumbado en mi cama. Lo levanto poco a poco y cuando veo de quien se trata sonrió inmediatamente.

Clara:

¿Cómo va todo?

“Ahora muy bien” pienso al ver su mensaje.

Andrés:

Ahora bien.

Clara:

¿Puedes pasar mañana por la cafetería?

Andrés:
Con gusto, ¿a qué hora quieres que pase?

Clara:

¿Puedes en la mañana? A las 7am.

Andrés:
Ahí estaré.

Clara:

Gracias Andrés, buenas noches 💗.

Andrés:
Igual mi Clara, buenas noches ♥.

Nunca he mandado un emoji, es la primera vez que lo hago después de años, me siento raro pero si es con ella, vale la pena usar todos los emojis que sean necesarios.

Siento mis ojos pesados y me dejó ganar por el suelo y el cansancio cayendo en un profundo sueño.

A la mañana siguiente me levanto más temprano de lo común y me visto de manera apresurada para ir a la cafetería. Visto un traje sin corbata que es casual pero no deja de ser formal para la oficina.

Llego a la cafetería 15 minutos antes de las 7 y me sorprendo al ver a Clara en su interior, me adentro del local que está vacío y puedo notar que estamos solos.

—Andres —dice sorprendida al verme No te esperaba aún, faltan 15 para la hora acordada.




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