Ritorno

Capítulo 24.

Clara.

En estos momentos trato que todo lo que siento en mi interior no me haga quedar mal, al ver las risas que tiene Andrés con la cobrizo a su lado.

Estoy con Aurora en el bufete pero a decir verdad, es una excusa para mantenerme alejada y no hacer el tercero en discordia, siento como mi pecho me arde, no debería ponerme así al final de todo andes y yo no somos nada.

—¿No harás nada? —pregunta Aurora al pillarme viendo a la pareja en risas.

—No tengo porque hacer nada, no somos más que amigos.

—Amiga, estás que mueres de los celos y no lo niegues.

No lo niego, pero tampoco lo quiero aceptar.

—No es así, Andrés es libre de hacer con su vida lo que quiera.

Me arrepiento al decir esto ya que en ese momento veo como la cobrizo se acerca al oído de Andrés para decirle que sabe que. Rie, y como me gustaría borrarle esa sonrisa ya que derrite a medio salió con lo bien que se ve.

Sigo hablando con Aurora sin darme cuenta de cuánto tiempo pasa, en mis brazos siento como se sitúan un par de manos y besan mi cabeza, al buscar a la persona que hizo eso, no debería sentir esto pero lo hago y me alegro mucho que esté aquí conmigo.

—¿Me permites? —pregunta en mi oído.

—¿A qué?

—¿Me permites un baile?

Debería decirle que se vaya con la acompañante que tenía hace un momento, pero no quiero.

Asiento en modo de respuesta y de dejo me guíe al centro del salón donde están situadas las parejas que bailan al son de la canción “Car's outside” de James Arthur.

Comenzamos a bailar pero no lo quiero ver a la cara, por lo tanto, pongo mi rostro sobre su pecho mientras él marca el ritmo del baile.

—¿Por qué evitas mirarme?

—No lo hago.

—Si lo haces, sé cuándo lo haces.

—No lo hago —vuelvo a repetir, cierro mis ojos y siento el latir de su corazón.

Dejamos pasar dos canciones y seguimos en la misma posición que estábamos, como si el tiempo se detuviera y lentamente la personas a nuestro alrededor desaparecieran, me dejó envolver por el calor que emana de su pecho, su respiración tranquila que aporta paz a mi alma, el palpitar de su corazón que con cada latido siento como late junto al mío, su mano sobre la mía que me recuerda cada una de las veces que tuve la oportunidad de tomar.

—No me interesa ella. —dice de pronto y eso hace que mi corazón se acelere— No hay nadie en el mundo que haga cambiar lo que siento por ti, así pasen cien años.

¿Qué digo en un momento como este? Mi cuerpo se tensa y mi garganta no puede pronunciar ninguna palabra en estos momentos.

Mantengo mi silencio como una respuesta neutral, pero la verdad es que no puedo decir nada y si lo hago no dudaré en decir todo lo que pienso.

—Di algo. —me pide susurrando.

—Felicidades. —respondo, no había podido felicitarlo anteriormente— Se que llevarás la empresa aún más arriba de la que ya está.

—Gracias. —contesta en el mismo tono que antes.

Acaba la tercera canción y cuando pienso que este momento no se podría acabar tan rápido, el destino nuevamente me juega mal.

—Muy bien, es mi turno de bailar con este galán —dicen ocasionando que me separé de Andrés con rapidez.

—Los dejo solos. —digo con seriedad dirigiéndome a una esquina viendo a todos los invitados bailar con sus parejas.

Veo Andrés cómo baila con Valeria, y es el momento donde acepto que por más que luche con mis sentimientos siempre saldrán a flote. No puedo seguir viendo como Andrés está con otra mujer en sus brazos, por lo que decido irme sin avisarle a nadie.

Prefiero que sea así, tal vez nuevamente el destino no nos quiere juntos y puede que sea más doloroso esta vez para mí.

Camino a la salida y tomo un taxi que me lleva a casa, en el trayecto le aviso a Aurora que me fui antes para que no se preocupe.
___________________________________________

—Hija, llegaste antes de lo que pensaba —me recibe mamá al ver que llego— ¿Que pasa?

—De todo mamá, me di cuenta que mis sentimientos por Andrés siguen ahí. —confieso en sus brazos cuando me abraza sentada en el sofá.

—El corazón muchas veces te dice a quien amar y la mente lo contradice con lógica, esta bien hija —sigue diciendo— Esta bien que le hagas caso a ambos pero ama con libertad.

—No puedo mamá. —murmuro aún en sus brazos— Tengo miedo a que desaparezca nuevamente.

—No lo hará, esta vez ya no hay nada que lo aleje.

Eso me suena raro, mamá sabe algo que yo no sé acerca de la partida de Andrés, en estos momentos no quiero saber eso por lo que optó ignorar eso.

—Mama, no es fácil —digo— Hay una mujer que quiere estar con él, aunque él me dijo que no le interesa.

—Esa mujer está siendo más valiente que tú en estos momentos y eso es de mucha ventaja —comenta mamá y tiene razón.

—Me voy a la cama, si vienen a buscarme diles que ya estoy dormida. —pido caminando hacia la escalera en busca de mi habitación.

__________________________________________

—¿Por qué no me dijiste que te irías? —reclama Aurora en mi habitación.

—No quería incomodarte cuando estabas con Pablo. —le contesto mientras tomo notas de unas clases.

—No me interesa, Pablo lo hubiera entendido.

—Pero yo no, por favor no insistas más. Me vine a casa y además quería un tiempo a solas.

—Lo que digas, Andrés te busco como loco al no verte. —menciona y decido no hacer mucho caso a su comentario.

—Te dije que le avisarás que me había ido porque me sentía agotada.

—Él no lo ve de esa manera, se veía afectado por tu repentina partida.

—Al igual que a ti, no lo quise incomodar —inquiero al recordar cómo se veía con Valeria en sus brazos

—Clara, ¿En verdad piensas en que Andrés está interesado en ella?

—Todo puede pasar, ya te lo dije esa noche, Andrés es libre de hacer lo que quiera con su vida.

—Si, contigo a su lado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.