Ritorno

Capítulo 26.

Clara.

16 años.

—Si tuvieras la oportunidad de hacer algo significativo por otra persona ¿Qué sería? —le pregunto a Andrés que está a mi lado mientras bebemos café frente a la cabaña.

—Algo que sería muy valioso para mí sería crear un vino cuya historia refleja lo que esa persona significa para mí —contesta viendo al frente donde se encuentra la fogata— Es algo que solo lo haría por esa persona especial.

“Me encantaría que hiciera eso por mí” pienso para mí misma, estar enamorada de Andrés es como una montaña rusa donde cada día descubro la intensidad de mis sentimientos por él.

—¿Andrés?

—¿Sí?

—¿Lo harías por mí… digo por todos nosotros? —balbuceo al no saber por qué dije eso.

—Sí, lo haría —claro si es por nosotros sí, soy como su hermana menor.

—Me alegra saber eso —digo recostándome sobre su hombro.

Salen los demás a acompañarnos frente a la fogata sabiendo que mañana partiremos de nuevo.

—Andrés dijo que crearía un vino para nosotros cuando sea presidente —menciono sonriendo.

Los chicos comienzan hablar de cómo sería el lanzamiento ideal y como sería el vino.

—¿Qué nombre le pondrías? —pregunto curiosa.

—No lo sé, pero quiero que sea algo tan importante por la historia que quiere contar.

—Me gusta mucho ese pensamiento - dice Aurora molestando.

—Yo haré las mejores fotos para ese evento —dice Camila emocionada sacando fotos de nosotros en medio de la fogata.

Momentos de alegría, música y malvaviscos asados sobre la fogata se sienten como un suspiro de tranquilidad.

Siento como Andrés me abraza mientras pone un malvavisco sobre la fogata y plática con Félix a su lado, Aurora tiene su cabeza sobre mis piernas y Camila está igual con Félix.

Pasan los minutos y cuando siento que me estoy quedando dormida, escuchó a lo lejos la voz de Andrés que me promete hacer el vino tan significativo para mí y para él, por sueño no le prestó mucha atención y asumo es habla de todos nosotros.

∆∆∆

Actualidad.

Al entrar al lugar donde se está llevando a cabo el evento es como entrar en el momento donde cada uno hablábamos de cómo sería el lanzamiento del vino que Andrés haría para nosotros.

—Estás hermosa —me dice Andrés abrazándome, ser halagada por él se siente muy bien —Gracias por estar aquí.

—Gracias a ti por invitarme. —sonrió a modo de respuesta, pero mi intención se ve opacada ante mi mejor amiga y su novio con su saludo muy apasionado.

—Desde aquí veo la baba que se les cae. —dice Andrés y su comentario hace que ambos giren sus ojos.

—Señor Andrés, cinco minutos para empezar. —se acerca una mujer un poco mayor.

—Ve, yo estaré con los chicos. —le informo para que vaya tranquilo, besa mi frente y amo estos pequeños actos de cariño por el, por que respeta la promesa que me hizo.

—Disfruta. —se despide de mi y se encamina, dejándome con nuestros amigos quienes hacen una rueda para platicar, pasan los minutos y llaman nuestra atención para la presentación, Aurora y Pablo me empujan a la primera fila donde se encuentran el resto de mis amigos sentados.

Andrés se posiciona donde corresponde, giro mi rostro y mi corazón comienza a palpitar con rapidez al ver a la mujer que ve a Andrés con cariño desde abajo, su mirada es igual a la mía pero tiene algo diferente. Mi corazón me grita que le corresponda de una vez, dejando el miedo de lado. Mi mente lucha al ponerme en advertencia de las posibles consecuencias.

—Buenas tardes, sean bienvenidos a este primer lanzamiento de vino en Bolonia, tierra de donde nace la mayoría de nuestros vinos - hace una pausa y me busca entre los invitados hallándome con la mirada —Hay memorias que no se olvidan, aunque cambie el sabor de los días.

Al escuchar esas palabras siento como los muros que he construido con tanta fuerza se derrumban de una manera muy rápida, como si fueran construidos con plumas, muros que mantenían mi corazón a salvo.

—Y hoy, con esta nueva creación, celebramos esos recuerdos que viajan con nosotros, aunque el tiempo y la distancia intente borrarlos. Porque hay historias que, aunque se detengan, nunca terminan. Por eso, presentamos ante ustedes este vino que lleva por nombre Ritorno… para quienes guardan un recuerdo en el corazón, incluso cuando la distancia quiso borrarlo.

¿Por qué me hace esto? Nadie más que yo sabe cuánto me ha costado recuperarme de todo lo que pasó, viene a mi de nuevo con un mazo derrumbando todo lo que encuentre en su camino, encontrando mi corazón atado con cadenas para que nadie más lo tenga.

Quizás lo hice por esa razón, quizás no quise que nadie más tuviera mi corazón, quizás no quería a nadie más que no fuera Andrés.

Intenté entregarlo, pero mi corazón se opuso al ver que no era a quien quería, ignorando todo el dolor que sintió cuando se fue y dejó un vacío.

Vacío que volvió a llenar menos tiempo del que creí que lo haría, mi corazón era un temblor constante, una pulsación queriendo desbordar su forma. No eran cadenas de hierro, sino de silencio y memoria, las que lo sujetaban. Cada latido era un intento de fuga, una súplica muda por romper el destino que lo mantenía atado a lo que ya no era.

Andrés no me pidió mi corazón como yo hice la primera vez que me confesé, Andrés me arrebató mi corazón y lo marcó de por vida con su nombre, dejando una huella imborrable en él y reclamando como suyo lo que años atrás ya tenía.

Sean días, meses o años, el rastro de Andrés nunca desapareció, lo oculté y lo puse en un rincón fuera de mi vista como si fuera una caja de recuerdos que quieres mantener guardada.

No despoje el aroma de Andrés de mi corazón, solo lo disfraces durante años.

Me levanto de la silla donde me encuentro aún con lágrimas en los ojos y con miedo de no poder decir lo que tengo atorado en estos momentos, siento que en cualquier segundo me lo quitaran y no me darán oportunidad de poder decir lo que siento.




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