Andrés.
¿Por qué no hice esto antes? Me moría de ganas por volver a besarla, no sé cuánto tiempo pude contenerme cada vez que la veía.
—De haber sabido que esto te haría besarme, lo habría adelantado mucho más antes. —le digo cuando me separo de ella.
—Lo siento. —contesta bajando la mirada apenada —Sé que no es el momento…
—Si eres tú, el momento es donde y cuando quieras. —le hago saber volviendo a besarla.
—Desde aquí veo como se les cae la baba. —menciona Aurora devolviendo mi broma.
—Sigue viendo entonces. —contesto riendo volviendo a besar a Clara.
—Dijiste que era una amiga. —inquiere Valeria al llegar donde estamos.
—Es mi amiga —declaro viendo cómo Clara agranda sus ojos con sorpresa.
—¿Qué? —pregunta aun sorprendida.
—Si, aún no eres mi novia porque no te lo he pedido —la suelto para encaminarme a la tarima y hacer de esta relación pública y formal —Clara Bianchi, ¿Quieres ser mi novia?
—No. —me congelo al escuchar su respuesta —Baja de ahí que no gritaré.
Bajo de manera rápida y me vuelvo a acercar a ella, temeroso de que me rechace, aunque lo dudo, me besó frente a todos.
—Si, si quiero. —responde y ahora es ella quien me besa.
—¡Casi me matas de un susto! —digo de manera dramática con una mano en mi corazón.
∆∆∆
Momentos más tardes, luego de la presentación, hablar con mis padres y con mis amigos, me encuentro con Valeria y Pablo conversando acerca del éxito del lanzamiento.
—Te felicito, por lo general tus eventos son de mayor elegancia, pero en este lanzamiento pude ver qué trabajaste más. —comenta Valeria sonriendo.
—Nunca decepcionó a mis socios y más si uno de ellos es tu padre —contesto con simpleza.
—Lo sé, papá está muy orgulloso de ser uno de tus socios.
Sonrio ante su comentario pero siento como unos brazos delgados me rodean, pensé que Clara tenía buena resistencia al alcohol dado que ya está mayor.
—¡Ey!, buscate a otro Andrés, este es mío. —exclama Clara aún abrazándome.
—No quiero a tu Andrés ni a ningún otro Andrés. —contesta mi amiga riendo al ver a Clara en este estado.
—Vi como lo observaba antes, es mío. Lo quieres.
No puedo evitar reír ante la ternura de escena de celos que mi fresa está montando en medio de la celebración.
—Si, lo quiero —responde con honestidad —Como amigo.
—¿Cómo amigo? —murmura Clara y a este punto me dan ganas de besarla y no soltarla por buen rato.
—Si, como amigo. Lo conozco desde hace tres años y créeme no me interesa tu Andrés.
—Muy bien, basta de celos —sigo riendo y trato de llevarla pero me lo impide.
—¿Cómo amigo? —vuelve a preguntar con desconfianza.
—Si.
—Pero tú dijiste que lo querías conquistar —reclama poniendo sus manos en modo de jarra.
—¿Qué te puedo decir?, —responde mi amiga y se por donde va su respuesta —Lo intenté una vez pero no se dejó.
Valeria está tratando de alargar este momento para burlarse de mí por rechazar su intento de enamorarme.
—Gracias Valeria —le reprocho viendo el rostro de Clara molesto.
—De nada corazón.
—Es mi corazón no el tuyo. —exclama, tengo que admitir, me encanta esa parte de ella.
-Lo que digas, nos vemos Andrés, me despides de tus padres por mi.
—Lo haré yo. —responde Clara en mi lugar.
Veo a Pablo luchar con Aurora y no sé quién de las dos está peor.
—Vamos Clara, es hora de irnos.
La dirijo conmigo al auto y una vez en el me pongo en marcha para llevarla a su casa, me gustaría secuestrarla y llevarla a la mía para dormir con ella a mi lado, pero no creo que sea el momento adecuado.
Llegamos luego de varios minutos y trato de despertarla.
—Clara —digo mientras tocó su rostro —Amor ya llegamos.
Al escuchar que la llame amor abre sus ojos y sonríe de una manera hermosa, como solo ella sabe hacerlo.
—¿Soy tu amor? —pregunta viendo a mis ojos.
—Si, y ahora necesito que salgas del auto. Tu mamá nos espera adentro.
Su ceño se frunce y creo que en estos momentos está tratando de saber quién es su mamá. Al ver que no puede caminar por sí sola salgo del auto y la cargo en mis brazos, camino hasta que llegamos a la puerta de la casa y quien me abre es mi tía Elena sorprendiéndose por la persona que llevo en mis brazos.
—No puedo creer el estado en que estás Clara —reclama mi tía al ver cómo se encuentra su hija.
—Ni sostenerse puede —menciona la más pequeña de las Bianchi.
_¿Cuantas copas tomo? —pregunta mi tía preocupada.
—Si no estoy mal, creo que fueron cinco.
—¿Cinco copas y está así? —vuelve a hablar Samantha riendose.
Siento como Clara se mueve entre mis brazos escondiendo su rostro en mi cuello.
—Felpa, duerme conmigo.
¡Si! Quisiera gritar y llevarme la a mi casa, pero no puedo ya que mi tía me echaría antes de hacerlo.
—Me encantaría pero no puedo. —susurro mi respuesta en su oído.
—Muchacha, no te reconozco.
—Señora baje el tono de voz —exclama Clara provocando que mi tía se enoje.
—¿Como que baje mi tono de voz? Andrés, llévala a su habitación, en el estado en que está lo más probable es que caiga antes de que de el primer paso en el escalón.
Obedezco la orden de mi tía y llevo a Clara a su habitación, al entrar lo primero que noto es el gran peluche de oso que gane en la feria para ella.
—¡Felpa! —grita emocionada. —Ahí está mi Toby, hoy mire a tu papá y estaba muy guapo, me lo quiero quedar para siempre.
No puedo evitar reírme fuerte al escuchar cómo le habla al cachorro que acaba de entrar. Salgo de la habitación cuando estoy seguro de que está dormida.
—¿Está dormida? —pregunta mi tía una vez que ya bajé a la sala donde se encuentra.
—Sí tía, no pensé que el vino sería muy fuerte para ella.
—Gracias por traerla Andrés.
—No te preocupes.
#6110 en Novela romántica
#1287 en Novela contemporánea
amor drama humor, amistad aventuras romances y misterios, empresa ceo
Editado: 22.09.2025