PRÓLOGO

Sus manos eran suaves, tan suaves como el rose de un pétalo sobre la piel. La recuerdo acariciando mi cabello cuando me enfermaba y no podía dormir en las madrugadas. La recuerdo curando mis heridas cuando caía o cuando mis pies se amorataban de tanto bailar. Recuerdo cada uno de nuestros momentos juntas, su risa, como se enojaba si papá apagaba la música o si olvidaba llevarle chocolates.

Ella era una mujer fuerte, imparable, transmitía su energía a donde sea que fuera, a su alrededor no había silencio jamás, todo era risas, con ella no había dolor, solo amor.

Ahora solo hay silencio y eso me asfixia. Desde que se fue todo es un oscuro dolor, no duermo, ya no tengo quien acaricie mi cabello en las madrugadas que el sueño se va. Ya no veo su brillo, solo veo sus últimos momentos apagándose en aquella cama de hospital. Su sonrisa en mis memorias fueron reemplazadas por sus lagrimas al saber que perdió la batalla contra la vida.

No quiero olvidarla, pero evito pensar en ella, de lo contrario los momentos buenos se van y solo llegan los de dolor y a ella no le gustaría que la recuerde en agonía.

A ella no le gustarían tantas cosas que están pasando ahora.

No le gustaría que me encierre en mi cuarto a llorar, odiaba verme así, siempre que estaba triste ponía música y me obligaba a bailar.

No le gustaría que le mienta a papá y falte a clases.

No le gustaría salte comidas.

Y sobre todo no le gustaría que me haga daño.

Solo tengo dieciséis años y siento como si mi vida entera hubiera sido arrancada con su muerte.

No había esperanza, no fue diagnosticada a tiempo, y si así hubiera sido, los doctores dijeron que las probabilidades de vivir eran bajas. Ella se hizo la fuerte, aguanto su dolor, no dijo nada y yo fui mala hija al no notarlo, al no ver que algo estaba mal, que ella ya no era la misma, que su brillo se apagaba.

El dolor me consume por dentro, sé que en algún momento disminuirá y aprenderé a vivir con el, pero no ahora. Lo único que me mantiene de pie es bailar. Bailo por y para ella, porque eso la haría inmensamente feliz.

Seguiré bailando mami. Cumpliré nuestro sueño y estará muy orgullosa de mí.