Mis ojos se cristalizan y me causa una tristeza profunda ver el contenido en la pantalla. Son fotografías y algunos videos de mi madre, sosteniendo relaciones con un muchacho... —Ese chico parece ser de mi edad—exclamó mientras veo el video. Estoy muy asombrada y el impacto se nota en mi expresión.
—Porqué lo es, ese chico tiene 17 años...—desliza el video y pasa a la siguiente página.
Me llevo la mano a la boca. No puedo creerlo y me aparto. —No, no, no.. no puedo ver más.—me siento sobre su cama.
—Y aún hay más. Hay fotografías y un video donde sostuvo relaciones con el que parece ser su jefe. ¿Recuerdas al señor Alan? El jefe de mamá—explica mientras muestra algunas fotografías y un pequeño video de como sostuvo relaciones con él, lo hicieron en su oficina privada—confirma.
Niego con la cabeza. —Apaga eso, Oliver—le ordeno mientras me llevo mis manos al cabello. —Ella no le haría eso a papá...—aún continuo negándolo.
—Por dios, Liz. Está en videos y fotografías... seríamos muy idiotas al no creerlo—contesta con algo de molestia mientras cierra su laptop. —Carajo...—se sienta a un costado mío.
—¿Quien lo filtró?—inquiero mientras le veo por el rabillo de mi ojo.
Él se muestra indiferente. —Parece ser que la esposa de Alan, fue quien accedió de algún modo a las grabaciones de seguridad. Las mando a las páginas de noticias y chismes en facebook, y pues la exhibieron de esa forma—contesta mientras observa al suelo. —Yo lo mire, y es obvio que nuestro padre ya lo sabe... cuando le llame, sin decir nada, podía escuchar su voz entrecortada, como si estuviese llorando. Y además creo que el sabía que yo llamaba por algo, sabes que la relación entre él y yo no es la mejor—agrega él mientras se pone de pie.
—¿No sabes nada de mamá?—pregunto mientras me pongo de pie para ir por mi iPhone y llamarle.
Oliver niega. —No se nada de ella.
Yo salgo de mi habitación y voy a buscar mi mochila. Tomo mi iPhone, busco su contacto y de inmediato le llamo. Solo escuchar timbrar, pero no me responde.
—No puedo creerlo...—murmuro mientras veo la pantalla de mi iPhone. Camino hacia las sillas de la barra en la cocina, al mismo tiempo recibo unos mensajes de Alejandra.
Notificaciones
Ale. 🩵
Ale: Oye, acabo de ver en una página de noticias unas fotografías sobre tu madre. ¿Es falso o que sucede? Ya denuncié la publicación.
...
No respondo los mensajes porque Kevin aparece frente a mí. Coloca su helado en la barra y se acerca a mí. —No llores, Liz—me dice mientras me lleva un pañuelo para secar mis lágrimas.
Yo sonrió y me seco las lagrimas. —Gracias, Kevin. Pero no estoy llorando—atino a responder y él me abraza.
Él no sabe lo que sucede, no se como reaccionará a lo que está por venir, para mi hermano pequeño la unión de mis padres y nuestra familia lo es todo. Le abrazo fuertemente mientras observo una fotografía de nuestra familia en un cuadro.
Escucho a alguien bajar por las escaleras, me levanto de la silla y me asomo. —¿A donde vas, Oliver?—le interrogó antes de que su mano toque la perilla.
Él solo voltea. —Debo salir—gira la manija y sale de la casa.
—No te pue...—cierra la puerta mientras intentó decirle que no se vaya, pero como siempre, nunca me hace caso.
—¿Qué está pasando?—me pregunta mi hermano pequeño.
Yo sonrió y lo cargo en mis brazos. —Nada, corazón—besó su mejilla. —¿Quieres que te prepare spaghetti con queso parmesano?—le pregunto con un tono enérgico.
Kevin asiente de inmediato con emoción. —Ve a bañarte entonces, mientras yo cocino—le ordenó.
Casi de inmediato corre en dirección a las escaleras para prepararse y darse una ducha.
Suspiro e intento despejar mi mente, quizás cocinar ayude... me apoyó en mis manos mientras observo al suelo y cierro los ojos. Múltiples escenarios se dejan ver... el futuro en mi mente está en constante evolución y miles de alternativas.
...
Estoy comiendo junto a Kevin mientras vemos Harry Potter en la TV. Me ayuda a distraerme un poco, pero aún sigo procesando lo visto en los videos y fotografías. Escucho un auto estacionarse afuera, de inmediato me incorporo y corro hacia la ventana, recorrer la persiana, es mi papá.
—Kevin. Quédate comiendo, yo ahorita regreso—le pido antes de salir de la casa.
Apenas salgo y puedo ver que mi padre solo está en su auto. Observando al frente y con una seriedad que me causa tristeza. Está haciendo nada...
Camino lentamente hacia su Toyota Corolla. Suspiro antes de abrir la puerta. —Hola, papi—expresó mientras subo al auto.
Él me voltea a ver y sonríe. —Hola, hija. Supongo que ya...
Yo me adelanto. —Ya me enteré, no puedo creerlo—niego con mi cabeza y con desesperación. —Me negaba, pero las pruebas son muy claras y sin duda este verano fue el peor, las peleas y sin duda alguna la actitud indiferente de mamá fue evidente—comentó sin verle a los ojos.
Yo le ofrezco un pañuelo.
—Lo peor es que me siento muy mal, profundamente culpable por lo que sucedió...—responde con una voz frágil. —Aunque de algún modo presentía algo así—agrega mientras me intenta buscar la mirada.
Mis ojos están cristalizados. Esa vida que tanto amaba, poco a poco se se ha desmoronado y esta vez todo parece perdido, no creo que haya arreglo o una explicación lógica que lo cambie de todo. Solo quisiera irme a dormir y viajar a mi país de las maravillas, es la única forma de evadir la realidad, y mas en estos momentos.
—No es tu culpa. Mamá está desorientada, parece que no pensaba lo que hacía...