Hoy es viernes 29 de septiembre, y eso significa que es último día de clases de la semana y el mes de septiembre finaliza con ello.
En este mes de vuelta a clases nada es como lo había imaginado, me imaginé que habrían problemas, pero algo normal... lo de todo los días. Jamás creí que finalizaría el mes con mis padres separados, mi madre siendo una infiel y que sus videos se hubiesen compartido en todos lados(aunque eso en parte es porque las personas son muy morbosas). Desempeñando un papel más responsable en la casa e intentando cubrir la ausencia de mamá, con lo que respecta a mi hermano más pequeño. Aunque por otro lado, no puedo negar la presencia de mis mejores amigos. Y claro, el haber conocido a ese chico nuevo que ya ocupa un lugar muy especial en mi vida, Izan.
Con la llegada de octubre ya puedo ver la cantidad de fiestas que se harán(y que seguro no podré ir a todas), este es el mejor mes del año, carajo... de algún modo ese aroma de otoño, hojas, tierra mojada y un atardecer más temprano, influye en mi estado de ánimo y logra darme un poco de felicidad, ya saben, de esas cosas sencillas que te alegran el día o la noche; especial la noche. Ya que soy alguien que vive más de noche, como una vampira, nah, tampoco así... pero si confirmo que la noche me encanta. La paso charlando con amigos, viendo películas o solo observando las estrellas desde mi ventana... creo que es muy lindo.
Estoy observando la hora en mi iPhone, esperando que toque el timbre para irnos a casa. Todos en el salón están guardando sus cosas y claro, muy preparados para irse de esta cárcel, corrección... bachillerato. La fiesta de mi prima está cada vez más cerca y mis mejores amigos lo saben...
El timbre toca y de inmediato tomo mi mochila y salgo de clases. Sostengo mi iPhone en mi mano derecha mientras volteo para que Camila y Uriel me alcancen.
La maestra Daniela observa a todos mientras guarda su laptop. —Tengan excelente fin de semana, jóvenes—exclama mientras salimos. La mayoría responde con un "igualmente".
Camila se acerca a mí. —Y bien amiga que nos ha cambiado por su nuevo amiguito... ¿dejarás que te acompañemos a la fiesta o no?—pregunta con una voz melódica y mientras me observa.
Uriel se acerca de mi otro lado mientras acomoda su mochila, los dos van a unos centímetros de mí... me quieren hacer sándwich. Melissa y Alejandra se acercan a nosotras, el chisme vuela... y les noto unas ganas increíbles por acompañarme.
Uriel sonríe mientras hacemos un círculo cerca del kiosko donde solemos reunirnos. —Esa mirada lo dice todo... su protector le acompañará y... nosotros quedamos a un lado—exclama con una voz apagada mientras se sienta en la banca, y su lado y de pie, está Alejandra, riendo por su comentario.
Suelto la carcajada. —Ay, por favor. Ya dejen de hacerse las víctimas. ¡Sí! Izan me acompañará... pero es mi amigo, y ustedes también...
Alejandra me interrumpe. —Corrección: Mejores amigos—recalca mientras levanta su dedo índice.
Suspiro. —Mejores amigos—confirmo. —Así que sí, si pueden ir conmigo. La fiesta es el próximo sábado 7 de octubre... y claro que podrán ir conmigo—explicó con un tono relajado mientras el resto de alumnos pasan a nuestro al rededor y salen de la institución.
—Yo digo que por sí la cosa se pone tensa contra Liz, de medida de emergencia coloquemos mini bombas debajo de las mesas y en lugares clave... así, sí la quieren linchar, las activamos y entre todos lo el humo y la confusión, la cubrimos y la sacamos cubierta como si fuese una figura pública o la presidenta... creo que es buena idea—finaliza su explicación con una mueca de ego, como si hubiese dicho el mejor plan del mundo.
—Buena idea... para un psicopata—responde Melissa.
Yo rio.
—Eso diría un psicopata...—agrega Alejandra mientras le observa extrañada.
Melissa asiente. —A veces me pregunto porque no te hemos dormido...—agrega entre risas mientras ve a Uriel.
Él solo hace un puchero. —Ustedes son muy malas conmigo, yo solo busco protegerlas...—contesta y baja la mirada.
—Ya señor dramático...—le enredó con mi brazo y le abrazo.
Camila se ve que le ha agregado la idea. —Por primera vez estoy de acuerdo con este animal, perdón... con nuestro queridísimo y amado amigo, Uriel—ríe. —No es tan mala idea...
Melissa y Alejandra ríen. —Genial... ¿parece que está decidido entonces?—pregunta Melissa con un tono sarcástico.
Melissa se voltea y le observo con su mirada seria y de pocos amigos. Veo al mismo punto donde ella, y es porque Amy ha pasado con su trío de amiguitas. —Deberíamos tomar esas mismas medidas contra la enemiga de Liz, ¿no creen?—inquiere con un tono maquiavélico.
Niego. —Ya déjenlo así...
Camila voltea a verme. —Eres tan linda que nos quieres afectar a otras personas, pero no te preocupes. Cuando eso suceda no deberás cargar con la culpa—entrecierra sus ojos y sonríe, muy anegelical.
Uriel ríe. —Yo apoyo eso—encoge sus hombros. —Hablando de apoyar... el otro día alguien dijo que me ayudaría con unas tareas, y esa persona se fue salida en una "cita"—hace comillas con sus dedos.
Volteó a verle. —Lo olvide, ¡perdón! Te lo compensaré, y esta noche o mañana, iré a tu casa o hacemos videollamada para ayudarte—le beso su mejilla.
Melissa lanza una mirada pícara para el grupo. —De hecho, no nos has dicho mucho de esa cita. ¿No hay nada relevante que contar?—intenta provocarme para que hable del tema.
Alejandra se une. —Me interesa escuchar eso—me lanza su mirada tierna.
Yo de reojo observo que Regina camina y se detiene para observarme. Volteó y le sonrío. Ella me devuelve el gesto. Me pongo de pie y camino hacia ella, yo y mi manía de hablar con personas a las que no les caigo bien...