Romance de otoño

Capítulo 13 ~ Secretos revelados.

Camino sola, pues mi hermano se quedó adentro. Pero saldrá en seguida.

Apenas salgo de la fiesta, en la calle veo un Mini Cooper blanco, mi mamá está junto al auto. Pero también está acompañada de un hombre más alto. Su peinado de lado y cabello oscuro le queda bien para alguien de su edad. Es de piel blanca, aunque no tan pálido. Sus ojos de color café, casi miel, son lindos. Tiene su barba muy firme y remarcada, no de leñador, pero si se le nota elegante. Y por su complexión, es alguien que aún va al gimnasio. Aún a su edad. Sin mencionar que el traje y corbata le hacen ver bien. Le reconozco, es el señor que aparece en el video.

Él, está detrás de mi madre. Sonríe al verme, es como una emoción al percatarse que soy yo. Lo cual es extraño, no es nada mío, y contrario a lo que él sienta, yo le odio por lo que hizo.

Mamá da unos pasos adelante y sonríe entre lágrimas al verme. —Liz—me abraza y lo permito. Aunque dejo mis brazos a mis costados.

Mientras ella me abraza, al frente de mí queda el hombre que le acompaña. Sonríe y levanta su mano mientras mi mamá apoya su mentón sobre mi hombro.

—Perdón, Liz. Por todo—me susurra al oído.

Sinceramente estoy muy molesta por la actitud y todo lo que ha hecho mi madre. Pues ahorita todo está jodido, hace apenas un rato mi primo casi me saca a golpes de las fiesta, y mi prima fue otra con la que también tuve problemas.

Se aparta un poco de mí y me toma la mano. —Ven, hija. Quiero presentarte a alguien muy especial...—comenta ella con emoción mientras nos acercamos a él.

Yo me muestro seria. Ni siquiera le sonrío por cortesía.

Mamá sonríe mientras le observa. —Es Alan, creo que ya lo conocías por algunas veces que llegaste a verle de lejos. Pero por fin te lo presento. Es mi novio—anuncia con entusiasmo y una sonrisa mientras voltea a verme.

Él extiende la mano para saludarme. Yo después de unos segundos tomo su mano y le saludo.

—Mucho gusto, Lizeth. Eres muy hermosa, igual que tu madre—comenta con una voz suave y amigable.

Intenta quedar bien desde el primer momento.

Yo solo me limito a sonreír.

Suspira. Mi madre se aparta un poco hacia atrás para ir con Oliver. El hombre se acerca a mí. —Se que la forma en la que me conoces es las peores maneras para presentar a alguien. Pero me esforzaré para con ayuda de tu madre, esclarecer esto y ser yo tu familia. Lo prometo. Ahorita me odias, y yo lo entiendo. Digo que te comprendo porqué, a tu edad... pasé por lo mismo y fue duro—señala mientras estamos a las afueras del salón. Yo solo me limito a escucharle. Su voz es agradable, pero ni eso hace que yo sienta cariño o menos enojo hacia él.

Arqueo mi ceja y cruzo mis brazos. —¿Por eso quisiste conocer a mi madre de la misma forma?—le preguntó sin hacer alguna expresión.

Él sonríe. —Te entiendo, Liz. Pero tú madre te aclarará muchas cosas, créeme. No todo es lo que parece—contesta con la mejor vibra posible mientras me evade y camina hacia Oliver.

Mi madre se acerca a mí. —Liz, sé que no es fácil. Menos por cómo lo conoces y todo lo que sucedió, pero necesito que me apoyes y le des una oportunidad—insiste mientras está a mi lado.

Escucho que la conversación con Oliver no es nada buena, pues mi hermano está muy cortante con él. Después de 2 minutos ambos vuelven con nosotras.

Mamá aclara su garganta. —Chicos, me alegra volver a verlos. Aunque sé que quien más molesto está, es Oliver. Pero te agradezco que hagas un esfuerzo por escucharme—le mira. —Alan y yo saldremos de viaje. Y queremos que vayan con nosotros, obviamente vendrá Kevin. Será una buena experiencia y nos conoceremos bien. Podría ser un nuevo inicio... y estoy dispuesta a mudarme a la ciudad que ustedes quieran... con tal que se estén felices y conmigo—exclama mientras está frente a nosotros. Alan nos observa a ambos. Sonríe y sus expresiones son muy neutras.

Suspiro. —Mamá... es muy pronto siquiera para pensarlo, después de todo... o sea...

Oliver ríe. —No, yo de hecho no puedo ir a las vacaciones. Ella tal vez quiera—me señala. —Pero yo no. No quiero, y no puedo—sentencia con una voz firme.

Mamá expresa tristeza. —Lo sé, créanme. Yo volví por ustedes... y quiero...

Oliver le interrumpe. —No apareciste hasta casi un mes después, mamá. Un mes... han pasado muchas cosas en nuestras vidas, más de las que quisiéramos admitir. Liz es hoy quien tiene que cuidar la casa, de Kevin, de mi... de papá y al final queda ella misma. Quien más absorbe el duro golpe que nos diste, es ella. Y me parece irrespetuoso que le propongas algo así a tu hija... ni siquiera te disculpas—comenta un poco molesto. —Yo no iré, y no cambiaré de parecer, como te digo; no puedo.

Yo le veo y después me centro nuevamente me centro en mi madre.

Nuestra madre asiente. —Ya me disculpe y espero que puedan perdonarme. Se los digo a ambos. Quiero que salgamos de viaje juntos, así podremos comernos y hablar. Quiero charlar con ustedes de un tema que sé que les interesa, a los dos—señala mientras estamos frente a ella. —Su padre se irá, y quiero que vengan conmigo. Será un viaje agradable... iremos a España. Podremos pasarla bien, y si ustedes quieren, nos mudamos y me los llevo conmigo—finaliza sin una sonrisa.

Yo no confío en mi madre, después de lo que sucedió es capaz de dejarnos olvidados en otros país y entonces sí estaremos e serios problemas.

Oliver niega con la cabeza. —Yo no. ¿Liz?—voltea a verme.

Niego con mi cabeza. —Lo siento, mamá. Yo tampoco iré. Es muy pronto, y créeme... no tengo intenciones de que las cosas vuelvan a ser lo que era. Después de lo que sucedió, desapareciste. Nunca llamaste ni por Kevin, pese a que él algunas veces preguntaba por ti. Fue triste. Necesitamos tiempo, pero lo que sí te puedo asegurar, es que no quiero vivir contigo. Perdón—le digo de forma clara.




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