Jueves 12 de octubre.
Desde que Kevin y papá se fueron, las cosas en casa se han sentido diferente. Antes de esos sucesos, nuestra casa era como una estructura que se tambaleaba... resistía a pesar de la tormenta que había pasado sobre nuestro hogar.
Pase la noche pensando en esa despedida con mi padre, cuando se fue y abordo el avión.
A pesar de todo, mi hermano trata de hacerme sentir bien con sus chistes y ocurrencias. Aunque él sabe, que hoy se va.
—Liz—me llama mientras está del otro lado de la puerta. Me seco mis lágrimas y guardo las fotografías que tengo de meses o años anteriores. —Bueno. Al menos en mi mente puedo rememorar esos momentos cada que yo quiera—murmuró mientras me pongo de pie y camino para abrir la puerta.
—Hola, Oliver—saludó mientras yo aún estoy con pijama. No quería cambiarme ni hacer nada, mis ánimos no son los mejores.
Él le ve y sonríe. —Hermanita... hoy quiero presentarte a alguien especial—se ve entusiasmado.
Me sorprende verle con esa actitud. Está muy alegre. Me contagia su sonrisa. —Claro...—atinó a responder mientras le miro.
Él asiente. —Es mi novia, quiero presentártela. Y además... perdón, sé que no estás con ánimos, pero puedo ayudarte. Quisiera que cocinaras la comida que te dije que a ella le gustaría, le he hablado mucho de eso...—sonríe y se muestra bastante feliz por el día de hoy.
Sinceramente sí, estoy cansada y agotada. Hoy tampoco iré a la escuela porque tengo permiso de 3 días; así que tengo tiempo, además que mi hermano se va del país y quiero que se retire feliz. Sonrió y me ofrezco a preparar la comida.
Él me pide que le acompañe para comprar los ingredientes que faltan, además un pastel. Aún hay tiempo, y además su vuelo sale ya muy noche... haremos que este día cuente.
De inmediato me comienzo a prepara para ir con él y hacer las compras. Aunque mientras realizo mis actividades, me pregunto porque no fue ayer cuando quiso hacer la comida, pero ahora entiendo porque volvió tan tarde y se donde estuvo todo el día.
En tan solo una hora me baño, me cambio y me maquillo. Hago todo por lo posible por apresurarme y estar lista a tiempo. Salimos de casa y nos dirigimos al súper mercado. Es una tarde común de jueves, así que el tránsito de personas no será mucho.
Oliver camina hacia mí y me muestra un baguette. —¿Con dos de estos puedes preparar los panes con ajo y mantequilla?...—inquiere y yo afirmó.
—Ve por vainilla para el agua de arroz. Yo iré por queso Filadelfia y pimienta, no estoy segura si tengo en casa—comentó mientras avanzo con el carrito y él se dirige a otro pasillo.
Mientras camino para tomar queso y pimienta, llegó una caja de oreo de vainilla y chocolates kisses de cereza. Mis favoritos.
Al cabo de unos minutos me vuelvo a reencontrar con mi hermano y trae lo que le pedí, además trae un pastel de 3 leches. Lo cual es perfecto.
Hacemos algunas compras extras y nos dirigimos para pagar.
—¿Por qué nunca me presentaste a tu novia? Hasta ahorita haces mención de ella—preguntó mientras vamos en el Uber camino a casa.
Oliver sonríe y voltea hacia el exterior de la ventana. —Creo que no me sentía seguro. Todos tenían una percepción de que todo el tiempo estaba en casa y universidad, sin amigas o novia—voltea nuevamente. —Y pues, también por papá. No quería que me avergonzara frente a ella...—responde y resuelve mi duda.
Yo niego con la cabeza. —No creo que hubiese llegado a ese extremo. Él siempre te ha querido... y me alegra que hayas resuelto las cosas, en serio... tenía mucho que nos les recordaba tan siquiera conversando de forma agradable, o dándose un abrazo sincero...—contestó mientras le observo.
Él suspira. —Sí, pero la razón por la cual surgía el problema... fue por algo que en serio, jamás creí—comenta.
Yo bajo mi mirada. —Lo sé... yo tampoco hubiese imaginado algo así. Aunque en el fondo siempre supe que mamá nos ocultaba algo, pero aún así... amo mi vida, la vida que tuvimos con papá. Amo cada año y momento vivido, y aunque todo eso acabo, lo puedo recordar en mi mente y para mí, solo tengo un padre. Y ambos sabemos quién es—afirmó al mismo tiempo que observó la cadena que tengo puesto en mi muñeca y recuerdo a Kevin. Suspiro. —Ahora creo que Kevin siempre fue el hijo que nació después de todos esos sucesos—comentó con una sonrisa.
Sonríe. —A mí jamás me hubiese cruzado por mi mente el hecho de que ese hombre que aparecía en los videos, era mi padre. Cuando me lo dijiste, recuerdo que ya en mi habitación sentí mucho coraje y ganas de llorar... golpe algunas veces la almohada para desquitar mi presión... fue muy duro, básicamente nuestra vida fue una mentira, y no perdono a nuestra madre por eso. Por jamás decirnos nada, y encima comunicarlo, sí. Pero de la forma en lo que hizo no... humillándonos frente a toda la ciudad y quizás el mundo, ese video seguro fue compartido en muchas partes—expresa con vergüenza.
—Calma. Yo igual pasé por lo mismo... vaya forma de enterarse de algunas verdades, ¿Verdad?
Él asiente al mismo tiempo que llegamos a casa. Bajamos del auto y abrimos la cajuela para tomar algunas de las bolsas con nuestras cosas para la comida.
Abrimos la puerta peatonal para ingresar a nuestra privada y caminamos a nuestra casa. —Empezaré a preparar la pechuga mientras tu me ayudas a preparar el arroz para el agua—exclamó mientras abrimos la puerta de la casa y caminamos hacia la cocina.
Casi de inmediato enciendo la estufa, tomó la pechuga y la preparo para cocer.
Mi hermano toma las papas y las envuelve en papel aluminio para que yo pueda meterlas al horno.
—Sabes... esta comida siempre ha sido mi favorita. Tal vez por el hecho de que me recuerda a mi infancia, y cada que la preparas te queda perfecta...—exclama mientras pone el arroz a remojar.