Romance de otoño

Capítulo 19 ~ 18 de octubre.

Un sonido agradable suena en la casa, es el timbre y su melodía armoniosa. Vuelvo del pasado y de mis recuerdos, nuevamente me centro en esta realidad y volteo a la puerta para intentar averiguar quién es, todo estaba oscuro y solo estaba perdida en mis pensamientos mientras estaba sentada en la sala, en el sofá de mi casa y solo con la luz del exterior iluminando una parte de mi rostro.

Me levanto y camino a la puerta principal, abro la puerta solo para encontrar a mi mejor amigo; Uriel.

—Hola—sonríe después de verme e ingresa. —Pase a visitarte porque caminaba cerca de aquí, y quise venir a verte, así como cuando llegaba de sorpresa—comienza a reír mientras me da un beso en la mejilla.

Sonrió mientras camina directo a la sala.

—¿Estabas durmiendo o qué?... ¿ya eres Vampira?—comienza a reír mientras camina lento y se acerca para encender la luz.

Suelto la carcajada. —Es que se me fue el rato, pensando y recordando algunas cosas—contestó mientras caminó y le sigo a la sala.

Él voltea mientras se sienta. Me causa alegría verle así, parece que está en su casa, y obvio que lo está, pero me pone feliz tenerle aquí. —¿Viejos tiempos? Ah—saca la lengua y bromea. —Como si estuviésemos muy mayores—agrega mientras me ve.

Me causa gracia. —Ya estamos cercas de los 20s—expresó mientras tomó asiento en el sofá, frente a él. Comienzo a reír, antes de hablar.

Uriel me mira confundido y le contagió la risa mientras me ve. —¿Qué sucede?...—pregunta con inquietud.

Me calmo y tomo aire. —Estaba recordando mi amistad con Amy—afirmó mientras le veo. —Fue una época extraña en mi vida—sonrió un poco.

Él me ve y asiente. —Sí, esos años fueron diferentes, de algún modo después del problema también dejé de hablarle y ella se aisló, se mezcló con sus amigas y de ahí en delante siempre te tiró mierda. Después te uniste más a Camila y se volvieron inseparables—relata mientras recuerda. —Aunque no lo creas, creo que Camila es mejor en cuanto a amistad—agrega.

Niego. —Creo que fue mi error involucrarme con él, al final del cuento quedé como la mala, y la estúpida también. Pues tuve una relación con él, y me dejó—comienzo a reír.

Él intenta aguantarse la risa. —Admito que sí me dio risa como lo dijiste. Pero eras joven, fue una relación... común, de adolescentes. No eres culpable por mostrar tus sentimientos, ella no mostró señales hacia él, y... ella no tenía oportunidad, porque él no quería estar con ella. Se resume en eso—encoge los hombros y lo expresa sin preocupación alguna.

Levanto un poco mis cejas y sonrío. —Lo sé. Él me gustaba mucho, admito que fue un lindo capítulo en mi vida, pero terminó. Aún así, me pareció curioso recordar todo mi pasado con Amy, lo que vivimos, como éramos de unidas... fue una buena amiga, lástima que pasó a ser mi peor enemiga y me hace la vida imposible—comentó y me pongo de pie para caminar a la cocina.

Mi mejor amigo se pone de pie y me sigue. —¿Crees que algún día se vuelvan a hablar? Sería súper extraño...—me interroga mientras se recarga en la pared y me ve.

Volteó y me quedó pensando por unos segundos. —No lo creo, pero en esta vida pasan muchas cosas—respondo. —¿Quieres que te prepare algo? Yo aún no sé qué comeré—abro el refrigerador y me llevo mi dedo índice a mi boca mientras pienso.

Uriel se emociona. —¿Pasta con parmesano?—me inquiere mientras sostiene una botella con queso parmesano.

La idea me alegra y del refrigerador saco lo necesario para preparar la comida.

Uriel me ayuda. —¿Y tu hermanito qué tal está?—sostiene la olla y le sirve para agua para hervir la pasta.

Tomó la salsa de tomate y lo necesario para mezclar. —Hablé con él hace rato, está súper bien... y sabes que eso me alegra, y mucho—sonrió naturalmente.

Él se alegra. —En fin... aquí estamos en una noche de octubre... preparando comida—hace el comentario.

Después de que habla, analizo un poco en mi mente. Este octubre no fue tan agradable como los otros, y se siente distinto... creo que a pesar que quiero engañar a mi mente, no puedo... pues la ausencia de mi familia es evidente, y al ser ellos el núcleo de mi vida, es difícil volver a casa y que no haya ambiente o actividad.

—¿No has pensado en dónde vas a rentar?—pregunta mientras como unas galletas.

Niego sin mostrar mucho interés. —Aún no pienso en eso, tengo el dinero suficiente para sobrevivir unos meses, quizás un año... pero comenzaré a trabajar, además que entraremos a la universidad pronto... será un cambio radical—habló mientras veo como la estufa está encendida e hirviendo la pasta.

Uriel se sienta en una silla del comedor. —¿Y tú papá que te comentó sobre Izan? Digo porque me dijiste que lo conoció... pero no terminaste de contarme a detalle, pues Melissa nos interrumpió hablando sobre unos chocolates que compró por Amazon—expresa mientras apoya su codo en la mesa y reposa su mentón en su mano.

Camino hacia el comedor, y tomó una silla para sentarme. —Opinó que... es un buen chico—expresó alegría. —No sé mucho de su opinión, pues... cuando Izan y yo estábamos aquí afuera de la casa, papá le saludó e intercambiaron algunas palabras. Creo que mi hermano interactúa más con él, que mi padre—contestó. —Pero ambos opinan que es buena persona. Y lo es, admito que sí siento algo por él, pero no logro entenderme a mí misma—finalizó mientras le veo fijamente para estar atenta a su semblante. Solo me escucha y no media expresión, solo me pone atención a lo que hablo.

Le sirvo un poco de soda mientras estamos sentados. Después de unos segundos de que hable, solo asintió.

Me ve con detenimiento. —Creo que es obvio que te estás enamorando de él—habla con seriedad. Para después sonreír. —Y eso está bien... me alegro por ti.



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En el texto hay: romance, amor, cambiodevida

Editado: 17.04.2025

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