Romance de otoño

Capítulo 28 ~ Una llamada.

Yo sonrío y ruedo mis ojos, le está dando más cuerda...

Me encuentro admirando un poco a nuestro acompañante, Izan. Observado su cabello ligeramente ondulado y corto a la vez... el poco viento que hace mueve sus cabellos. Su forma de hablar y como se expresa ante las chicas, destacando como siempre su seguridad y autoestima elevada. Es algo que no me gusta de él, pero al menos no se ha comportado así cuando le cuento mis problemas, o al menos no siempre.

Mi vista se ve interrumpida cuando un grupo de chicas llega del lado derecho de la casa, pues el camino iluminado de color naranja está por ambos lados de la casa, conectando al patio, pero de igual forma la fiesta está al rededor de la misma...

Mi mirada se centra en un grupo de chicas que están llegando, observando todo. Es Amy y sus amigas.

Volteó a ver a Melissa, ella ya me está observando y con su mirada hace evidente la presencia que tenemos aquí.

Camila nota mis ojos y mi mirada. —¿Qué pasa?—voltea. —¿A quién estamos viendo?—inquiere mientras busca. —Ah... ya veo...—expresa con una voz melódica.

Izan se sorprende un poco por la escena. —¿Qué pasa?...—me pregunta.

Levanto mi mano y hago un ademán que no tome importancia. Veo a Camila. —Ni se te ocurra... ya no queremos más problemas—le ordenó cuando notó que Amy se percata que estamos aquí.

Alejandra se acerca un poco a mí, casi susurrando a mi odio. —¿Qué no se supone que esa perra no debía estar aquí?—pregunta.

Levanto mis hombros. —Lo sé. Pero aquí está...—

Ella bufa. —Ya amargaron nuestra fiesta—contesta.

Camila voltea y sonríe. —Al menos aquí no está la directora ni maestros...—su expresión maliciosa deja ver en claro que no me hará caso.

Suspiro. —Camila... no empieces con eso. Ya deja a la chica... dejémonos de problemas—ladeó un poco mi cabeza y hago un puchero. Quiero que no haga nada.

Ella rueda sus ojos. —Ella sigue hablando de nosotras... lo correcto es que ya le pongamos un estate quieto, a ella y a sus grupo de perras... ya estoy harta de todas ellas—afirma.

Niego. —Déjala que hable... no tomemos importancia.

Ale sonríe y baja un poco su mirada. Parecieras intentar contenerse el comentario, pero después de unos segundos deja en claro su mente habla lo que está pensando. —Es por el pasado... aún siente cariño hacia ella, después de todo lo que vivieron—exclama para luego beber de su vaso.

Camila sonríe. —Fingiré estar celosa...

Izan solo está volteando a ver a cada una de nosotras cuando hablamos. Un poco confundido por nuestra charla y sin saber mucho de qué estamos hablando... solo centrando su atención en quien sea la próxima en hablar.

Niego. —No iniciaremos pelea. Ella no creo que lo haga. Fin—sentenció cuando veo que Amy y sus amigas caminan hacia otro grupo de chicas, sonriente y directo a saludar.

Melissa camina a nosotras junto a su novia. Me causa algo de gracia la escena, la presencia de Amy ya ocasiona que mis amigas se organicen para una batalla...

Suspiro. —Bueno... continuemos en la fiesta de Halloween—finalizó.

Meli deja escapar una pequeña risa. —Me causa risa que se vistió de Elsa... pero está bien. Ya no diré nada mas—con sus dedos finge cerrar su boca y después retirarse junto a su pareja.

Izan por fin puede hablar y expresa un poco su confusión respecto a lo que sucede en este momento. —Vaya... ya me habías hablado de esa chica, pero veo que sí hay muchos problemas. Tus peleas... discusiones con ella—levanta su ceja y sostiene su vaso. —Parece que todo el mundo quiere buscarte problemas...—finaliza para después beber de su soda.

Sonrió. —Sí. Eso parece. Pero hay una historia detrás del porqué me odia, así que eso explica todo... ya hablamos de eso, así qué no vale la pena. Disfrutemos e ignoremos—comentó con serenidad.

Él asiente. —Bueno. Cambiando el tema... tal vez algún día vea los videos que grabaron hoy, y me cause tristeza porque ya no podré mover las rodillas del modo que hice hoy—declara entre risas.

Alejandra ríe. —¿En cuánto tiempo?... ¿10 años?...—pregunta con una sonrisa mientras le observa y come un chocolate.

Él suelta la carcajada. —Claro que no. Un chico como yo... que roza la perfección, tiende a tener problemas a una edad muy avanzada... o a veces ni eso—expresa con una voz presumida.

Camila rueda los ojos. —Es de noche, y este tipo logra encandilarme con su ego—responde con una voz cansada.

Ale le observa. —Está bien... creo que a los 100 años comenzarás a tener problemas... dejémoslo así—expresa ella dándose por vencida ante su repuesta.

—Es inmortal... en pocas palabras—agregó para acabar con la conversación.

—Los dulces que están dando aquí son muy buenos... los chocolates con forma de calabaza saben deliciosos... casi todo es con forma de calavera y calabaza...—expresa ella mientras sostiene unos chocolates.

Alejandra asiente. —Creo que porqué es noche de brujas... y estamos en una fiesta de noche de brujas... con temática naranja y de terror... creo yo—dice con obviedad mientras ve fijamente a Camila.

Mi mejor amiga hace una sonrisa. —Vaya... no me imaginé que fuera por eso, estúpida—le avienta un chocolate.

Él sonríe. —Cuando yo era más chico, recuerdo que una vez mi madre me llevó a pedir dulces—curva un pocos sus labios cuando ve a cada una de nosotras. —Y... ese día recibí muchos dulces y chocolate, fue quizás cuando tenía yo unos 10 años. Pero solo me comí unos cuantos esa noche y el siguiente día, tenía miedo...

Alejandra se deja ver inquieta. —¿Te asustaron?... un tipo como tu solo se asusta con un traje elaborado—voltea a vernos y ríe.

Camila sonríe. —Ay, era un niño... ahí no tenía ese ego que tiene hoy. O bueno... quizás sí—sonríe.



#9494 en Novela romántica
#1422 en Joven Adulto

En el texto hay: romance, amor, cambiodevida

Editado: 05.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.