Romance de otoño

Capítulo 30 ~ Todo cambia.

Yo camino entre los demás estudiantes, para llegar a ella. Solo que en mi camino, se cruza una chica... casi interponiéndose para que avance. Es Amy con una expresión de seriedad, observándome. —Oye... espera—me pide que me detenga...

Alza sus manos y deja ver una pequeña sonrisa. Algo que no me había mostrado en muchos años, al menos de forma sincera.

Estoy un poco confundida. Pensando: ¿En serio me está hablando?

No muevo mi cabeza, ni mis manos. Solo estoy frente a ella. —Hola—exclamó con una voz fría.

Ella suspira. —Siento mucho lo de tu abuelo. En serio—afirma y hace algunos movimientos extraños, como si quisiera abrazarme.

Yo también espero un abrazo, y cuando ella ve que me muevo ligeramente, se acerca y me envuelve cálidamente.

Veo a Camila junto a Alejandra caminar en mi dirección, solo que se frenan cuando me ven junto a Amy.

Su mentón está sobre mi hombro. —Él era realmente una buena persona—murmura en mi oído. —Dos veces... quizás no te lo dijo, pero me miró en la tienda. Yo le saludé y él igual, la última vez me pidió que arreglara las cosas, y eso iba a hacer... pero luego mi orgullo me ganó—agrega cuando se aparta un poco de mí.

Sonrió. —Muchas gracias, Amy. Nunca me enteré de eso, mi abuelo no recuerdo que lo mencionara—respondo con un tono sereno.

Camila se acerca un poco, pero se queda observando desde lejos.

Amy sonríe. —Recuerdo algunas veces que fui a tu casa, él siempre fue agradable. Me enteré de lo que había sucedido, te iba mandar mensaje. Pero mejor preferí decirlo en persona. Se lo que significaba para ti, por eso te entiendo—afirma ella y se acomoda su cabello. No está acompañada por sus amigas, lo cual me sorprende.

—Muchas gracias por tus palabras, en serio. Creo que esto es lo más cercano que hemos tenido a una charla un poco normal, desde aquella vez—declaró y le observó.

Amy baja su mirada. —Sí... lo recuerdo a veces. Fue un cambio radical en mi vida. Una vez que tomé una decisión, el universo se movió tan rápido, y todo cambió drásticamente—expresa.

Le escucho y sonrío de lado. —Sí. Hace tiempo recordé a detalle eso. Pero es el pasado, eso fue hace años—expresó con tranquilidad.

Ella aprieta sus labios y da un paso hacia el costado, parece que no quiere dejarme pasar. —Liz. Siento mucho todo que he hecho, ya sé, ya sé; piensas que es extraño que me disculpe. Pero te pido perdón por todo, incluso cuando forcejamos y nos golpeamos... perdón. Quisiera que ya no fuéramos enemigas—exclama con firmeza, sin tartamudear.

Yo sonrío e inclino un poco mi cabeza. —Sí, también me apenó por lo que sucedió ese día. Nos dejamos llevar... fue triste el resultado. Pero te perdono, sin resentimientos, Amy—me acerco y le abrazo para sellar mi palabra.

Lagrimea un poco. —Se siente bien—expresa y se seca uno de sus ojos.

Me muestro feliz. —Yo igual. Por cierto... el día de la fiesta de noche de brujas, me miraste allí, ¿cierto?

Asiente y ríe. —Te mirabas bien. Tu amiguita Camila ni me quitaba los ojos de encima...—informa. —Pero la entiendo.

La campana para ingresar a clase se hace presente, es el claro aviso para que ingresemos a nuestros salones.

—Gracias, Amy—me despido. —Luego podemos hablar, pero ya quedamos bien—destacó y avanzó hacia Camila, pero me detengo y nuevamente volteó a verle. —Yo también te pido perdón por ese día. Me equivoqué y me arrepentí mucho—afirmó con sinceridad.

Apenas doy algunos pasos y llego con Camila y Ale.

—¿Qué fue todo eso?—pregunta bastante sorprendida de la escena que presenció.

Yo sonrío. —Hicimos las pases, después de algunos años—asiento cuando caminamos hacia nuestras aulas.

Alejandra y ella intercambian miradas.

—¿Eso quiere decir que ya estás en paz con ella? ¿Ya tenemos nueva aliada?—pregunta Alejandra cuando Melissa se nos une al subir los escalones.

Le lanza una mirada curiosa. —Te perdiste de algo importante. Liz y Amy ahora son amiguis, por siempre y para siempre—bromea, no le toma ni un minuto informar la noticia.

Ella se queda boquiabierta y se congela unos escalones abajo de mí.

Volteó. —Están exagerando, pero ya hablamos después de muchos años. Hicimos las pases.

Levanta sus cejas. —Vaya. Eso sí es extraño. Después de toda la mierda que hablo de ti. Peleas... vaya... me alegro por ustedes—responde y vuelve a avanzar.

Volteó con Alejandra. —No es mi aliada, pero creo que ya nos podremos llevar bien—sonrió.

Alejandra voltea a ver a Camila. —Uy... tienes competencia y quizás luego te reemplacen...

Melissa hace una mirada clara de que quiere fastidiar a Camila. —En próximas pijamadas estaremos con Amy y su séquito...—hace una mirada de emoción.

Camila rueda los ojos. —No den lata con eso—ladea un poco su cabeza y coloca la mochila en su asiento. —Me alegro por ellas... ahora solo queda Regina, fue una enemiga por otra. Una se hizo buena, y la otra sigue siendo una mierda...

Melissa asiente. —Tal vez necesites también darle un "estate quieta"—saca una libreta de su mochila.

Sonríe. —Creo que eso se verá después—contesta.

Yo le volteo a ver con seriedad.

Ella sonríe de oreja a orejas —Estaba jugando—hace un semblante tierno.

Realmente tenía años que no hablaba con Amy, al menos amable. Ha pasado mucho tiempo desde entonces y muchas cosas han sucedido.

Jamás creí que volveríamos a charlar, o siquiera a hacer mi amiga. Aunque mantengo mi defensa un poco, pues no sé qué esperar, aunque se mostró sincera. Creo que era la misma versión de antes de alejarnos. Fue agradable.

...

Durante las clases de hoy algunos amigos y amigas, no tan cercanos a mí, se acercaron para hablar. Expresar sus palabras de condolencia cuando se enteraron de la noticia sobre mi abuelo.



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En el texto hay: romance, amor, cambiodevida

Editado: 23.09.2025

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