Dicen que el amor verdadero trasciende el tiempo... pero yo no lo creí hasta que volví a verlo.
Han pasado diecisiete años desde que Jacob murió. Creí haberlo perdido para siempre, hasta que, una mañana cualquiera, lo vi frente a mí. Mismo rostro. Misma sonrisa. La misma mirada que me prometió:
"Si no es en esta vida, te buscaré en la siguiente."
Ahora, todo lo que creí imposible vuelve a tocar mi puerta.
Y esta vez... no pienso dejarlo ir.