Meses después, un 21 de septiembre.
Hoy es un día especial, es el cumpleaños de mi enamorado. La familia está reunida, yo sin duda fui la invitada de honor. Aquí hay algunas primas y primos de su parte que yo tenía mucho sin ver, esta es una fiesta que en parte fue improvisada. Y está saliendo mejor de lo que esperamos.
Sostengo mi plato, al centro está una reventada blanca de 3 leches, cremosa y deliciosa. Sostengo mi tenedor mientras tengo mis piernas cruzadas observando cuando mi suegra entrega una caja roja con un moño en verde. Jacob emocionada descubre de inmediato y con sus manos desata el nudo. Son unos audífonos de color negro con rojo de la marca Sony. Son justos lo que quería, su madre se me adelantó y ella los compró.
Su prima Andrea aplaude y veo que levanta sus manos desata pronto. —Todos guarden silencio. Viene la mejor parte...—exclama la chica pelirroja.
Ana toma la caja, y al fondo, en la decoración, mueve con sus manos y saca una carta. —Aquí algo que escribí—le mira con cariño, ahogando sus ganas de llorar. Aclara su garganta. —Hoy cumples 18 años, es increíble como pasan los años, rápido y fugaces. Cuando menos lo piensas, ese pequeño niño que antes me pedía que le cantara canciones, ahora es un adolescente que casi esta por cursar la carrera universitaria. Quizás un poco cliché, pero siempre serás mi pequeño. Y, obviamente, estoy orgullosa de la persona en quien te conviertes. No menos importante, estoy feliz de la mujer que hoy te acompaña...—sonríe y me reglas una mirada al mismo tiempo que Jacob se acerca y me toma de la mano.
La señora continúa. —Aún recuerdo cuando de niño me hablaste de una niña pequeña a la cual le habías prestado dos de tus crayolas—sonríe. —Y que las perdió...—suelta la carcajada. —No les culpo, eran pequeños. Ustedes dos están destinados a estar juntos, y nada ni nadie podrá cambiar eso. Estoy feliz de tu vida y lo que te espera. Te amo—sentencia para después dejar por ti escapar sus lágrimas y ver a su hijo.
Mis ojos se humedecen al contemplar frente a mí la imagen de su abrazo sincero y puro.
Entre aplausos ya globos comentarios de emoción que resuenan en la gran sala, se siente el ambiente feliz y ameno. Aquí están las personas correctas, y las palabras conmovieron a los presentes.
Permito que Andrea y Alex entregue sus regalos, para yo prepararme con el mío.
Coloco el plato en la mesa de cristal a mi lado, me pongo de pie y con mis ojos llamo a mi chico, que está junto a su primo observando el suéter que le regaló.
Me muestro entusiasmada al mismo tiempo que me preparo para revelar un objetivo dentro de una bolsa de regalo roja. —Uno de mis regalos de cumpleaños...—expresó con emoción cuando abro una pequeña caja de color roja. Lentamente descubro el interior y permito ver algo que reluce ante la luz que se emite por las lámparas y de las luces de los teléfonos con los cuales graban. Dejando ver dos cadenas, que sostienen corazones, y que se pueden entrelazar cuando se unen, como una unión inseparable.
Él se acerca para besar mis labios. -Me encanta-expresa y después extiende su mano. —Estos corazones... y la forma eterna que contiene en medio del mismo, simboliza nuestro romance eterno... no importa qué, se mantiene por siempre—declaró cuando le colocó la cadena en su muñeca.
Jacob se muestra sumamente feliz. —Siempre-después toma la cadena y extiendo mi muñeca. —Esto simboliza nuestro eterno amor. Muchas gracias, amor—agrega cuando cierra la cadena y entrelaza con la suya.
Se cristalizan un poco mis ojos cuando se unen formando una unión inseparable. Curvo mis labios cuando alzo mi vista para mirarle. —Feliz cumpleaños...—me acerco para depositar un beso en sus labios.
Horas más tarde...
3:25 AM.
El sonido de llamada se escucha en toda mi habitación, en mi sueño puedo percibirle a la lejanía... lentamente abro mis ojos y veo que la pantalla de mi dispositivo se ilumina. Una llamada entrante...
Intento enfocar mi vista en la hora que se muestra en la pantalla, son casi las 3:30 de la mañana... además que es la madre de mi amado, la persona que me está llamando. Mis ojos de inmediato se expanden y un vacío se siente en mi estómago, me causa miedo.
Melissa: ¿Bueno?
Ana: Melissa, perdón que te moleste a esta hora. Jacob me pidió que te localizara y te avisara...
Le escucho entrecortada. Muy preocupada. Me descubro de mis sábanas y me pongo de pie.
Melissa: ¿Pero qué sucedió?
Ana: Tenía un fuerte dolor en el vientre, estamos en urgencias y no nos han avisado que ha sucedido. Te enviaré la ubicación.
Melissa: Voy para allá.
Me coloco mi jean que había dejado sobre la silla frente a mi mueble donde me maquillo. Tomo unas pantuflas y un suéter.
Camino hacia la habitación de mi madre, toco múltiples veces hasta que despierte, cuando se desconcierta y está por preguntar solo le informo que debe llevarme al hospital a ver a mi novio.
—No me dijeron exactamente que sucede, solo sé que está en urgencias. Le dolía el abdomen...—explicó a mi madre mientras tengo mi mano sobre mi frente, estamos camino al hospital.
Ella continúa conduciendo. -Debe ser algún dolor moderado de estómago, algo así... él estará bien-contesta intentando tranquilizarme.
Asiento. -Sí, lo sé...
En cuanto llegamos a la ubicación, bajó del vehículo y corro hacia la entrada del hospital.
Veo a algunas personas en la sala de espera. La mayoría está muy preocupada con sus problemas para ponerme atención, solo unos pocos me ven cuando entro a través de las puertas de cristal.
Tomo aire y busco a mi suegra. Camino un poco para ver mejor hasta que veo una mujer se pone de pie. Se acerca y me abraza con fuerza. -Que bueno que llegaste...-expresa después de que nos sentamos.
Su rostro de preocupación me genera muchas preguntas en mi mente. -Me comentó que sentía mucho dolor en el estómago, que después bajó al abdomen. Ahí fue cuando se intensificó aún más... él intentaba hacerme sentir bien mostrándose que no le dolía tanto, pero se notaba que el dolor le estaba generando mucha molestia...-comienza a explicar.