—Ya llegué...—me anunció cuando cierro la puerta.
Mi madre aparece de pronto. —¿Dónde estabas? Me dijo Isabel que no estabas con ella—cuestiona. Está delante mío y me impide seguir avanzando hacia las escaleras.
Levanto ambas cejas. —Pues cuando venía hacia la casa pasé a una tienda, compré y pues me quedé un rato sentada mientras degustaba mis galletas. Es todo—respondo a su pregunta.
—Sí, claro... también te hubieras ido a comer hamburguesas o pizza, y al final pasar por algún helado y llegar a media noche—expresa con sarcasmo.
Yo sonrío. —Lo cierto es que no tenía tanta hambre, si no lo hubiera hecho—contestó con seguridad mientras le miró.
Su mirada fija en mí, molesta y penetrante, me incomoda. —Te mandé mensajes y solo decías que ya venías... creí que estabas con tu mejor amiga—acentúa mientras aún me impide el paso haga las escaleras.
Ruedo mis ojos. —Ay, ya. Solo pasé a comprar algo y me detuve un rato... no es algo para hacer escándalo—intentó avanzar por un costado pero me lo impide.
—No me hables con ese tono, Paola—replica estando cerca de mí.
Guardo silencio. Suavizó mi voz. —Mami, yo estaba con Isabel. Me despedí de ella y volví a casa, lo de siempre. Solo que pasé a comprar galletas y me quedé sentada mirando al exterior mientras comía, eso es todo...—levanto mis hombros. —No hay más que agregas o decir. No, no me fui con ningún chico o algo así que puedas pensar—rio un poco.
Aún continúa mirándome de forma seria. —Solo háblame con la verdad y listo—sonríe.
Asiento. —Es la verdad, no tengo porque ocultar nada—afirmo mientras sostengo mi mochila y curvo un poco mis labios.
Suspira y me deja pasar. —No hace falta que te lo diga, pero...
Me adelanto. —Te preocupo, ya lo sé. Y lo agradezco—me acerco y le abrazo. Después me aparto un poco. —Se que no siempre lo digo, pero en realidad lo tengo todo. Mi vida es maravillosa—sonrió mientras le veo. —Y gracias por eso—agregó para después apartarme. Su mirada un poco confundida, aunque esforzándose porque no lo noté es obvia.
Camino y continuo camino por las escaleras.
La vida que tengo y la época en la que vivo, es simplemente hermosa. En todos los sentidos... es como volver a nacer y gozar de privilegios que siempre anhelé.
♾️
El timbre para salir de clases se hace sonar en toda la escuela. Es la señal que a todo mundo le encanta, puedes tomarte un descanso de esta rutina escolar.
Tomo mi libreta y me pongo de pie mientras tomo mi mochila y la llevo a mi hombro. Me reencuentro con mi mejor amiga cuando salimos del salón.
—¿Lista?—interrogo.
Mi mejor amiga sonríe. —Dispuesta—guiña el ojo para después ver pasar a Leonel, Adrien y Lidia.
Le sonrió con alegría. —Pues vamos...—avanzamos y dejamos que ellos se adelanten, sin duda buscarán una banca en la cual se sentaran para charlar o algo así.
—Aún no sé bien qué haré. Solo dejaré que fluya, le saludaré y veré que se me ocurre—sonrío de oreja a oreja mientras por mi mente me cruza la idea de mencionar sobre la increíble exposición.
Vemos cuando se sientan. Camino directo a ellos, mi mejor amiga suspira. —Esto será genial...—murmura cuando nos acercamos más a ellos.
—Hola—saludó en general. El primero en mirarme es Adrien, me devuelve el saludo.
Lidia solo se limita a sonreír cuando me ve llegar.
Mi mejor amiga continúa la conversación. —Veo que están cansados de tanto estar sentados—bromea después de que en en clases estamos sentados, y ellos aquí hacen lo mismo.
Yo comienzo a reír.
Leo nos observa después de apagar la pantalla de su dispositivo. —Justo pensaba en algo así. Nos sentamos como si estuviéramos cansados—le da la razón a Isabel mientras nos observa a ambas.
La acompañante de ellos sonríe un poco, realmente no es como que le complazca que estemos con ellos. —Bueno, pues nos gusta pasar el rato de una forma agradable y sentados—señala.
Estoy delante de Adrien y aprovechando que él me observa. —La maestra Melissa dijo que nuestra exposición fue muy buena. Creo que le dimos ideas para expandir el tema del romance, esa historia merece que se analice más a fondo—expresó mientras sostengo mi iPhone.
Él asiente. —Inspiramos a nuevos horizontes—bromea mientras está sentado. —¿Por cierto... ¿Estás mejor? ¿Ya no tuviste bajones como el del otro día?
Lidia nos observa. —¿Bajones?
Él se adelanta y responde. —Parecía que se desmayaba, así que la tomé en brazos antes de una tragedia...
Nuestra amiguita que pareciera que tiene el espíritu de cruella, solo sonríe y escucha. —Oh...—contesta.
—Esto mucho mejor, gracias por preguntar. —Suspiro y asiento. Giro un poco mis pies, como sí estuviera por caminar.
Él me observa. —¿Y a dónde ibas o vas?—pregunta.
Lidia me está observando. Sé que piensa en muchas cosas, pero no lo dice. Se puede notar el enojo que siente por la escena.
Levanto un poco mi mano. —Iba a caminar un rato, no se... a ver el atardecer y disfrutar—rio. —Aquí mi amiga de cabello chino va analizar un tema de las próximas clases y lo hará a solas, o creo que le pediría ayuda a Leo—volteo a ver a mi amiga, un poco extrañada y tratando de actuar lo más normal posible.
Ella asiente. —De hecho sí, venía a pedirle ayuda al nerd del salón—sonríe.
Nuestro amigo inteligente hace su pose de gloria. —Puede que te cobre barato por la enseñanza, convénceme—levanta ambas manos.
Mi mejor amiga rueda sus ojos. —Te daré unas bofetadas para ubicarte... y un chocolate de consuelo—expresa entre risas.
Ríe. —Creo que será suficiente... me refiero por el chocolate—hace énfasis cuando se pone de pie y guarda su dispositivo. —No tenía nada que hacer, así que puedo ayudarte—agrega.