— vamos muchacha, no tenemos todo el día - suspiré y avance lentamente con la bandeja hacia el ultimo cliente que atendería en este día. Llevaba una semana trabajando en ese restaurante famoso, pero era de limpieza, ese día la mesera había enfermado y el jefe me había puesto de mesera. Mire los tacones que me habían prestado y como caballo recién nacido avance hacia la mesa.
- buen día, aquí esta su pedido - unos ojos negros como la noche me miraron y con una seña con sus manos,me indico que les sirviera. Con manos temblorosas tome la sopa de cangrejo y la puse ante la mujer que estaba con él.
- apurate muchacha que no tengo todo el día - su voz era áspera y me hizo temblar mas, yo era de naturaleza torpe mi madre me decía que era "manos flojas ", me mordí el labio y me concentre en tomar su plato para ponérselo en la mesa, pero no contaba con mi mala suerte que lo sentí caliente y los solté en sus pantalones.
Se levanto con furia,cogí una servilleta para limpiarlo y lo arruine mas al no fijarme y tocar su parte intima.
- ¿que te pasa mocosa? - me encogí ante su voz llena de furia - me quemas y luego te sobrepasa conmigo.
- Sr. Darío, disculpe por favor el malentendido,Inés es nueva... - el administrador calló ante la mirada iracunda del tal Darío.
- no volveré a este restaurante,¿como pones a niñas a atender la mesa sin saber como hacerlo? - él me miro con desprecio.
_ no, por favor,tomare medidas por lo que acababa de pasar, sabe que usted es uno de nuestros mejores clientes _ el administrador me miro molesto_ nunca mas Inés volverá a cruzarse en su camino.
_ eso espero, esta mocosa torpe acaba de arruinar un almuerzo de negocios_ miró molesto la puerta por donde acababa de salir la mujer que lo acompañaba.
- lamento lo que pasó, estaba muy caliente... _ el tal Darío me interrumpió.
_ regresa a la escuela y busca que hacer con tu vida, agradece que no te demandó por que me acabas de costar millones para mi empresa _ abrí los ojos con sorpresa, no podía hablar en serio.No tenia ni para comer los tres tiempos menos para pagar una demanda.
_ Inés ve por tus cosas, pasa por caja para que te liquiden lo que trabajaste en esta semana_el administrador se giro ante el cliente_ nuevamente lo lamento, la cuenta corre por la casa_ dicho eso se separo y se fue a la caja para ordenar mi liquidación.
Mire al tal Darío que no me miraba por estar afanado limpiando las manchas de sus pantalones, por sus famosos millones yo había perdido mi trabajo, con furia tome la jarra de agua helada y aproveche que el estaba inclinado secándose para darle vuelta a la jarra sobre su cabeza.
_ esta también va por cuenta de la casa _ no espere a ver su reacción, me apresuré a ir a la caja y tomar los pocos billetes que me extendieron, me descalce y así descalza salí corriendo de aquel lugar.
Esperaba no volver a ver jamás en mi vida al tal Darío porque sentía que lo odiaba por haber perdido mi trabajo. Al rico no le importaba si el pobre tenia algo en su mesa para comer y ese era mi caso, con el poco dinero que llevaba compraría un poco de comida, otra vez haría un solo tiempo para tener comida en la alacena hasta que pudiera conseguir otro trabajo.
Cuando llegué a aquella parte marginada de la ciudad,donde estaba mi humilde hogar, mamá había muerto hacia unos pocos meses atrás, la extrañaba mucho. Su sonrisa calida, sus abrazos y aquella voz dulce que bromeaba cuando no teníamos que comer, seque mis ojos, cuando pensaba en mamá no podía evitar llorar.
Entre a mi casa y ahí estaba Matías haciendo la cena.
_ Inés, saliste temprano_ me senté en la silla junto a la mesa_ apoye mi mejilla en mi mano_ ¿ pasó algo?_no respondí solo cerré los ojos.
_ perdí mi trabajo.
_ Nes lo siento _ senti sus manos acariciar mi cabeza_¿ estas bien?
_ no, perdí mi trabajo por un rico estirado.
_¿que paso?_ escuche el matiz de enojo en la voz de Matias, el me cuidaba mucho y me libraba de hombres indeseados.
_ hoy me pusieron de mesera, sabes que no se andar con tacones y menos llevar una bandeja con sopa caliente sin derramarla, deje caer sobre sus pantalones la sopa de cangrejo.
Matías soltó una carcajada
_Nes, tu siempre eres un desastre ambulante _ fruncí el ceño molesta_ debiste advertirle a tu ex jefe lo que podría pasar.
_ no dejo que le explicara _ Matías se sentó frente a mi y tomo mi mano.
_ no te preocupes saldremos adelante_ revolvió mi cabello_ te serviré para que comas, me preocupas, sé que estas desnutrida Nes, no aparentas los 23 años que tienes pareces una chiquilla de 16 años.
Suspiré Matías era un hombre muy guapo de 27 años, hasta hace unos meses atrás creíamos que eramos primos pero al saber que mamá me encontró en la carretera y se hizo cargo de mi, me quito el peso que llevaba en mi corazón al pensar que estaba mal por sentirme atraída por mi primo pero yo no era correspondida Matías solo me veía como su prima.
_ yo debo irme al trabajo _ lo mire con pesar.
_ come algo, yo no tengo mucha hambre, podremos comer lo que preparaste, los dos_ Matías dudo pero se sentó en la mesa, me levanté y serví aquel huevo revuelto con un pedazo de pan, a Matías le serví mas, él trabajaba de vigilante en una discoteca.