Alexander
Sentí que mi corazón se encogió al ver a Inés contemplar la comida como si tuviera días sin probar bocado, lo mismo hizo Matías sólo que él disimulaba un poco más. La apariencia de Inés era la de una chiquilla de 15 a 16 años, su cuerpo era muy delgado, me daba cuenta que estaba desnutrida. Me sujeté de la esquina de la mesa, mi nieta pasando hambre mientras en mi mesa abundaba la comida, Ana era experta en desperdiciar la comida se servia el montón y luego sólo jugaba con ella para dejarla tirada. Mientras mi legítima nieta no tenia que comer, tragué fuerte para tratar de deshacer el nudo en mi garganta.
_ Inés, Matías, pueden comenzar a comer, perdonen me distraje un momento y ustedes esperando que yo iniciará, adelante coman_ sabía que la comida no pasaría por mi garganta si estaba cerrada por el nudo que sentía. Quería llorar por Inés. La vi cerrar los ojos disfrutando del bocado y haciendo ruiditos de placer, no me pasó por alto el codazo que le dio Matías, sonreí porque me daba cuenta que era un joven muy educado. La pobreza no era un impedimento para que alguien fuera educado, siempre lo dije.
_ Inés, deseo te quedes a vivir aquí, ésta es tu casa, cuando muera está casa será tuya y de Darío.
La vi dejar los cubiertos y fruncir el ceño, pensé iba a estar feliz por quedarse en la casa, quizás era por su novio pero yo no era tan moderno para aceptar que estuvieran como pareja debajo de mi techo, los convenceria para que se casaran.
_ don Alexander, yo no puedo dejar a Matías... _ el aludido la interrumpió.
_ Nes yo estaré bien_ ella negó.
_ mamá nos dijo que siempre debíamos estar unidos, que la familia no se abandona.
_ ¿familia?_ me sentí más aliviado.
_ si don Alexander, él es mi primo, desde niños él a cuidado de mi y desde que mamá murió su cuidado a sido totalmente, tanto así que deja de comer para que yo lo haga_ sentí un dolor en el alma, ese muchacho cuidaba de mi nieta.Claro que lo ayudaría él era como yo deseaba que fuera Darío.
_ en ese caso Matías, mi casa es tu casa _ él me miró con seriedad, negó con la cabeza, iba a hablar pero lo detuve, me gustaba que tuviera carácter. No le gustaba sentirse un mantenido, Matías era un hombre de honor.
_ te daré trabajo Matías, no te sientas mal por quedarte en esta casa,¿ qué sabes hacer Matías?
_ él es bueno con los números_ enarque una ceja, me daba cuenta que el cariño que Inés sentía por Matías no sólo era de primos, sus ojos brillaban y el orgullo con el que hablaba de Matías. Lo malo es que Matías sólo la veía como una hermana, mi pobre nieta iba a sufrir cuando se diera cuenta de la verdad.
_ ¿estudiaste una carrera universitaria?_ traté de no sonar incrédulo.
_ si señor, obtuve una beca por notas sobresaliente, estaba estudiando Finanzas_ él puso un rostro de anhelo.
_¿qué pasó?
_ murió tía Melanie, no podía dejar todo el día y la noche sola a Nes, mis estudios eran en el día y en la noche trabajó en una discoteca como vigilante_ los miré a ambos, ellos tenían lo que Melanie les enseñó: unión familiar y que sobre todo lo primero era la familia. Ellos tenían lo que mi familia carecía, claro que deseaba tenerlos en casa, amaba a Darío y era mi deseo que él cambiará y dejara de ser el hombre vacío en el que se había convertido.
_ bien, ¿cuánto te falta por terminarlos?
_ un semestre y tendré mi título, sólo que perdí la beca por haberlos abandonado.
_ no te preocupes, yo los pagaré _ añadí cuando vi su intención de no aceptar _ en todo lo que invierta en ti, cuando estés estable económicamente puedes devolvermelo, antes no._ los miré a ambos y sonreí _ haré llamar a la modista, peluquería en fin todo lo necesario, desde mañana empiezas en la empresa Matías, necesitarás trajes así que todo lo que traigan hoy aceptalos.
Inés me miró y se levantó, se lanzó a abrazarme que tuve que sujetarme de la mesa para no caer hacia atrás.
_ gracias don Alexander por no abandonar a Matías.
_ ¿ Cuando me llamarás abuelo?
Inés me soltó y me miró con pena.
_ cuando lo sienta_ mordió su labio_ sólo deme tiempo.
Sonreí Inés era digna de mi familia, en su alma no estaba la ambición por poner las manos en la fortuna D'Angelo, Ana en cuanto llegó haciéndose pasar por mi nieta no dejó de llamarme abuelo. Ambas crecieron en un hogar pobre pero fueron criadas por mujeres con sentido de la vida diferente.
_ esperaré ese día mi preciosa Inés_ la vi ruborizarse me daba cuenta que casi no había recibido halagos_¿estudiaste? _ ella asintió.
_ si pero no una carrera universitaria, soy muy torpe y estaba cansada de las burlas de mis compañeros.
Frunci el ceño, pediría a mi asistente que buscará información para que Inés estudiará en alguna universidad en línea, pero lo primero era vestirlos.
Editado: 18.05.2018