¿sabes quién soy? [saga Griegos #1]

Capitulo 11

Inés

Los días estaban pasando pero no pasaba por alto que en mi abuelo y Darío se había instalado la preocupación pero ninguno de ellos, hablaban conmigo.

Venían noche de la naviera y se encerraban en la biblioteca, las pocas veces que veía a Darío, él estaba sumamente irritado, pero cuando me veía lo hacía con resentimiento no entendía la causa,así que pedí ayuda a Matías para que averiguará algo pero no había conseguido información alguna.

Una mañana me llamó la atención que todos los trabajadores se ubicaron en la entrada en fila india, me quedé al pie de las escaleras curiosa de saber que pasaba, él abrió la puerta y entró una mujer muy bella, todos la saludaron con mucho respeto y ella saludo a cada uno con una bella sonrisa en su rostro, no sabia quien era pero ya me caía supér bien, porque toda ella gritaba riqueza pero eso no la detenía a respetar a su prójimo.

_ que fastidio tenerla aqui_ miré sobre mi hombro a Ana, quien miraba con molestia a la recién llegada.

_ ¿Quién es? _ me mordí la lengua por preguntarle a Ana.

_ la madre de Darío, es insoportable_ en ese momento la mamá de Darío levantó el rostro y nos miró a ambas, Ana se giró y se marchó a su habitación.

Decidí saludar y bajé lentamente las escaleras podía tener un abuelo millonario y yo tener una herencia pero eso no me quitaba lo torpe que yo era.

Cuando llegué cerca, me miró detenidamente y luego a los ojos.

_ me alegra volver a verte, la ultima vez eras una niña_ su sonrisa era genuina_ eres idéntica a tu madre Micaella.

_ gracias pero me llamó Inés_ ella enarcó una ceja y me tomó de la mano para guiarme a la salita.

_ parece que es costumbre de ustedes los jóvenes cambiarse el nombre _ su respuesta me dejó confundida y ella lo notó.

_ lo digo por mi hijo, desde que está conmigo se llamaba Graco pero al cumplir los 17 cambió su nombre, se negó a que lo llamaramos Graco.

Asentí.

_ ¿Graco está bien? _ mordí mi labio yo no era la persona indicada para responder si no sabia nada de su vida.

_ está más irritable que nunca_ ella asintió y desvío la mirada.

_ ¿y papá?

_ los dos están extraños.

_ llamame tía querida, que torpeza la mía,  no debes recordarme soy Andreina_ tomó mi mano entre las suyas.

La contemplé sabía que ella no deseaba ahondar en el tema de lo que pasaba en la casa pero yo moría de preocupación por el abuelo.

_¿mi abuelo está bien?

Andreina se pusó de pie y me miró.

_ lo estará_ tomó su bolso y se dirigió a las escaleras _ iré a la naviera, me cambiaré.

Andreina no había podido ocultar su preocupación, haría algo que no estaba acostumbrada a hacer,imponer mi presencia.

Corrí a mi habitación y busqué algo elegante, saqué las instrucciones que me había dejado la modista de lo que podía combinar, el tipo de calzado etc.

Me apresuré a vestirme y me gustó lo que veía en el espejo, tomé mi bolso y caminé lo más rápido que pude porque llevaba tacones.

_ tia _ llamar a Andreina que estaba cerca de la puerta de salida_ iré contigo.

Ella me miró sin saber que decir pero aproveche su confusión para adelantarme y salir.

_ Inés puedes acompañarme pero no puedes entrar a la oficina, hablaré algo delicado con Graco y Alexander, prometelo querida.

Pusé mi mano en mi espalda y cruce los dedos, porque no iba a cumplir, había encontrado a mi abuelo y no lo perdería de nuevo.

_ lo prometo_ ella me sonrió y subió en la parte de atrás del auto lujoso que tenía, me acomodé a su lado e iba pensando como hacer para escuchar la conversación.

Cuando llegamos me encontré con un edificio lujoso, habían varias recepcionista y todas muy guapa, mi tía saludo con una sonrisa y me llevó al elevador, sentía las manos sudadas le temía a esa caja metálica.

_¿pasa algo?_ negué no podía arriesgarme a quedarme abajo debía saber que le pasaba a mi tío, cerré los ojos cuando la puerta se cerró.

_ calmate querida, vamos al ultimo piso _ mordí mi labio_ sólo son 20 pisos, este edificio es pequeño.

Todo el recorrido del elevador fue con mis piernas temblando.

_Inés me hubieras dicho que te da miedo, así me esperabas abajo_ negué, debía averiguar que pasaba.

La secretaria una señora de unos 50 años se puso de pie al ver a mi tía y la saludo muy respetuosamente.

_ Rosaura, te presentó a mi sobrina, Inés D'Angelo la hija de Camilo.

Ella me miró y me sonrió.

_ bienvenida Srta._ antes que mi tía anunciará que la esperará ahí y la escuchará Rosaura hablé.

_ necesito ir al baño_ Rosaura muy solicita me acompañó para mostrarme donde quedaba, sonreí porque esa era mi excusa para entrar, ella desconocia que era prohibido que yo estuviera en la reunión.




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