Graco
No podía parar, quise darle una lección a Inés pero aquí estaba yo siendo atrapado como en una tela de araña, mi cuerpo ardía al rosar el de ella, descendi mis manos y subí el dobladillo de su camisón, cada caricia inflamaba más mis masculinidad, la que pedía a gritos ser liberada.
Bajé los tirantes de su camisón y mi boca iba dejando rastros de fuego, la miré antes de dejar al descubierto sus pechos pero Inés estaba en un torbellino de pasión, mis ojos de deleitaron con sus pechos llenos, Inés ya tenia su cuerpo de mujer.
Pasé mi lengua por sus pezones y su gemido me incendio más, intente despojarla de su camisón pero estaba enredado, en mi desesperación se lo arranqué, me encargaría de comprarle más.
La recorrí con la mirada y me encantó su cuerpo.
_ eres preciosa_ mientras hablaba me despojaba de mis calzoncillos, ella acariciaba mi pecho, mi piel ardía como si tuviera altas temperaturas, su mano se topo con mi masculinidad y cerró su mano alrededor de ella.
_ es demasiado grande_ el miedo estaba presente en su murmullo pero la besé para excitarla más, solté su boca y empecé a recorrer su cuerpo con mis labios, mi lengua.
Ella quizo cerrar sus piernas pero no lo permití, se arqueo cuando mis labios probaron su dulce néctar, luego empezó a moverse al ritmo de mi boca, me detuve antes que obtuviera la liberación que su cuerpo deseaba.
Me acomodé en medio de sus piernas y me apoye en mis codos. En su mirada ya no había miedo sólo deseo.
_ si te poseo ya no hay vuelta atrás_ la respuesta de Inés fue elevar su pelvis pidiendo más.
Con mucho esfuerzo de mi parte y para no hacerle daño, empecé a sumergirme en ella, mi cuerpo rabiaba por moverse libremente pero no era mi placer el que buscaba era el de Inés, deseaba que todo fuera perfecto, una primera vez memorable.
Su lamentó cuando rompi esa barrera se fue convirtiendo en un gemido de placer, mi cuerpo empezó a marcar el ritmo, cuando su cuerpo explotó de placer fui libre para buscar mi liberación en el cuerpo de mi esposa.
Inés
_ Matías _ él levantó el rostro y me sonrió_ ¿qué pasó anoche?
El se encogió de hombros.
_ lo lamento Nes, no sabia que clase de mujer era.
Guardé silencio en el tema.
_ ¿te gusta?_ no respondió, siguió mirando la pantalla de su computador.
_ no quiero hablar de eso _ tomó su lapicero entre los dedos y se quedó pensativo por un minuto_ Nes, anoche dormí con Ana_ me levanté molesta de la silla.
_ ¿eres un imbécil Matías? ¿De todas y te vas con ella?
El negó.
_ fui a dejar a Effie y luego me detuve en un bar, no se cuanto tomé, llegué borracho y hoy desperté con Ana junto a mi.
_ no lo puedo creer Matías _ tomé mi bolso_ iré a la oficina de mi esposo.
Salí furiosa de la oficina de Matías, ¿dormir con Ana? Justo ella, para mi Cómo no pudo poner las garras en Graco ahora iba tras Matías, aunque no entendía la razón, Matías no tenia dinero aunque mi abuelo decía que él llegaría lejos y seria alguien.
Sin avisar abrí la puerta de la oficina de Graco, después de lo de anoche mi esposo debía andar de puntillas porque no lo compartiría y ay de la que se le ocurriera pensar en ir a la cama con Graco, no miraría la luz del sol porque les arrancaría los ojos.
_ Inés_ miré avergonzada a mi abuelo que estaba sorprendido ante mi poca educación, pero Graco sonreía, el muy idiota había adivinado mis intenciones encontrarlo in fraganti.
_ abuelo, Graco _ él aludido se puso de pie y se me acercó para depositar un beso en mis labios.
_ me gusta ese vestido, podemos correr a Alexander y poner en práctica la posición que te enseñe anoche_ ante tal intimidad mi rostro enrojecio pero mi traidor cuerpo se encendió ante la anticipación de hacer el amor con Graco.
_ hazlo_ el me miró con sorpresa, quizás creyó que no tendría el valor de hacerlo en su oficina pero deseaba sentir ese delicioso placer recorrer mi cuerpo.
_ Alexander, lamentó dar por terminada la reunión pero Inés desea tocar un asunto importante_ mordí mi labio de la emoción a lo que iba a pasar en unos momentos.
_ claro, hablamos luego_ mi abuelo se marchó y Graco se apresuró a poner bajo llave la puerta.
_ ahora a saciar nuestro deseo_ sonreí ante las palabras de mi esposo.
Editado: 18.05.2018