Inés
Cuando llegamos a la isla, mi corazón latía acelerado, Altaír se había encargado de ponerme al día acerca de quien era Mika.
Los hombres de Anker me llevaban custodiada como si yo pudiera escapar nadando.
_ no tema señora, yo la defenderé aunque sea con mi vida_ le sonreí con tristeza, la isla era custodiada.
Cuando entramos al pueblo, era muy pintoresco y su gente me miraba con curiosidad pero no les entendía nada de lo que me decían.
Todo el recorrido al castillo lo hice en un tensó silencio, no quería caer en las manos del famoso Mika Costas, tanto odio de Anker de enviarme a un hombre cruel y despiadado.
La guardia del castillo de Mika porque él era un rey en su isla, interrogaron a los hombres de Anker y luego posaron su mirada en mi.
_ hasta aquí llegan ustedes, sólo la señorita puede pasar_ sentí que palideci, no quería separarme de Altaír.
_ no estoy bien, él me ayuda hasta en darme el alimento en la boca_ la guardia me miró y asintió dejándonos pasar.
Un hombre me llevó a la que sería mi habitación no pude dejar de ver que ahora era custodiada por los hombres de Mika, miraba hacia todos lados tratando de encontrar una salida.
_ Altaír prefiero morir antes que ese hombre me toqué_él sólo me miró con mucha pena.
La habitación a la que me llevarán era digna de una reina, lujos por todos lados.
_ entre señorita_ asentí y me acerqué a la cama haciéndome un ovillo, deje que las lágrimas corrieran libremente. Deseaba que Graco me encontrará, sentir su cuerpo junto al mio, extrañaba a mi esposo. Lo que sentía por él era mas fuerte que lo que una vez sentí por Matías.
_ señora Inés_ abrí los ojos y Altaír me miraba con preocupación _ les he dicho que soy eunuco y me han dejado cuidarla, el señor Mika viene a su habitación_ me levanté rápidamente de la cama y sentía que mi corazón estaba acelerado.
_ creo estoy embarazada Altaír, Dios no puede pasarme esto_ palideci cuando la puerta se abrió y no pude ver al hombre que entraba porque todo a mi alrededor se puso negro.
Sentí el olor fuerte en mi nariz, poco a poco abrí los ojos y me encontré con aquel hombre que creo era el médico.
Habló en griego, sonrió y luego se marchó, miré a mi alrededor buscando a Altaír pero no estaba por ningún lado.
_ debes estar relajada_ levanté mi cabeza ante aquella voz masculina y me encontré con un hombre extremadamente guapo_ me ha dicho el doctor que estas muy estresada y eso afecta al bebé.
_ ¿Quién eres?_ él no podía ser Mika era demasiado amable.
_ el dueño de esta isla_ se acercó y se sentó en la cama, era Mika pero no parecía malo, tomó mi mano entre las suyas quise arrebatarsela pero él no lo permitió_ mírame a los ojos_ levanté la mirada_ en esta isla tú, el bebé y tu sirvienta estarán protegidos.
_ eso no es lo que me han dicho, eres un sádico... me lleve las manos a la boca, quizás lo acababa de insultar y apuraria su castigo.
El me miró y sonrió por lo que le dije.
_ Inés por el bienestar de tu hijo te diré algo que no debe salir de estas cuatro paredes_ asentí _ jamás he forzado a una mujer, menos las he lastimado. Mi fama es necesaria para mi y esa fama te ha protegido, de esa manera Anker no ha puesto sus manos en ti y no lo hará. Cuando consideré que el peligro ha pasado podrás comunicarte con tu esposo_ se levantó y me miró_ eres mi invitada Inés.
Lo vi avanzar pero lo detuve.
_ ¿puede confiar en ti?_ él me miró y sonrió.
_ si fuera el hombre que todos hablan que soy, ya te hubiera sometido a mis bajas pasiones _ soltó una carcajada_ siento que seremos amigos Inés y un día te contaré mi historia y sabrás que siempre estuviste a salvo conmigo.
Cuando Mika se marchó me recosté en los almohadones, sentía que podía confiar en él. Su mirada nunca fue como la de Anker.
_Graco... espero estemos juntos de nuevo muy pronto_ cerré los ojos y me dispuse a dormir, me sentía cansada pero sobre todo confiada de que Mika no me haría daño.
Editado: 18.05.2018