Sabor Chocolate.

Yuutopia Café

En medio de grandes edificios corporativos se encontraba una cafetería muy modesta y muy acogedora para todo aquel que decidiera entrar a tomarse algo o a comer un bocadillo dulce o salado, tenía su fama por el exquisito café y la deliciosa repostería que tenía. El local le pertenecía a Toshiya y Hiroko Katsuki, un matrimonio japones que decidió mudarse al continente en busca de una mejor estabilidad para sus dos hijos Mari de veintiocho y Yuuri que apenas había cumplido los diecinueve años, su fama con los postres venia por manos del hijo menor quien con esfuerzo acababa de terminar sus estudios como repostero, tenía magia en sus manos y un toque especial con los platillos dulces. 

 

Yuuri trabajaba en la cafetería con mucha felicidad, sabía que era el orgullo de sus padres y le gustaba verlos sonreír cada vez que el local estaba lleno, estudiando conoció a un chico tailandés de su misma edad, Phichit Chulanont un chico bajo de estatura, piel morena y cabello oscuro, adicto a las fotos y amante de los hámsteres, ambos congeniaron muy bien desde el primer momento en que se conocieron en secundaria, Phichit estudiaba fotografía en la universidad pero trabajaba como mesero en la cafetería y de paso ayudaba con las redes sociales subiendo sus mejores tomas de los postres he incitando a las personas para que los visitaran.  

 

- Phichit, lleva esto a la mesa ocho. - dijo Hiroko al verlo salir. 

 

- ¡Voy! - sonrió y tomo la bandeja. 

 

Las personas solían pedir en el mostrador y después buscaban donde sentarse para que Phichit, Yurio o Toshiya les llevaran sus pedidos, otros entraban y se sentaban esperando a ser atendido, así era y siempre con un gesto amable y un trato respetuoso, Mari ayudaba en la caja registradora mientras Hiroko y Mila se encargaban de preparar las ordenes, Yuuri estaba en la cocina y al ser una cafetería pequeña lograba valerse por sí solo para preparar los postres mientras Georgi hacia los emparedados y demás comidas saladas, todos juntos eran un buen equipo y se veían como una familia. 

 

- La mesa doce quiere un café expreso, un frozen de piña y dos tartas de naranja. - dijo Yurio entrando a la cocina. 

 

- Las tartas acaban de estar, prepara las bebidas. - dijo Mila mientras ella servía en los platos. 

 

Camino con el pedido un tanto nervioso pues había comenzado hace poco tiempo, Yuuri sonrió al verlo temblar un poco mientras llevaba la charola, su pasión era la cocina y aunque las comidas saladas no se le daban muy bien era todo lo contrario con las dulces, todo el tiempo estaba probando recetas nuevas y si salían bien las exponía al público. 

 

Yuuri es un chico muy tímido, tiene muchas cualidades y entre ellas destacan esa, no era como tal un defecto a cambiar, pero prefería estar en la cocina en vez de tratar con los clientes directamente, estaban por entrar en la semana del amor y la amistad que era una donde se vendían muchos postres de chocolate, que eran sus favoritos. Trataba de mantenerse al margen y no excederse de postres, en su adolescencia fue un chico gordito y eso le causo que algunos compañeros se burlaran de él, sin embargo, tenía a Phichit para animarlo y defenderlo, no quería volver a esa etapa de su vida así que hacía ejercicio todas las mañanas. 

 

- He terminado de hacer todo el surtido de postres para la tarde. - comento Yuuri sonriendo. 

 

- Gracias Yuuri.- Hiroko sonrió. 

 

- ¿No hay algo especial para nosotros? - pregunto Mila sonriendo. 

 

- Después de almuerzo comen las tartas de manzana que deje dentro del horno. - dijo Yuuri mientras volvía a entrar a la cocina. 

 

- ¿No crees que ya estás muy gorda? - pregunto Yurio solo por molestarla. 

 

- ¡Claro que no...- se vio en el reflejo de frigorífico de las bebidas- ¡Solo mírame, estoy en los huesos! - exclamó haciendo reír a Hiroko y Toshiya. 

 

En esos momentos estaba un poco solo ya que apenas eran las diez de un día miércoles, mientras todos bromeaban afuera Yuuri fue a la sala de descanso para tomarse un respiro de todo su trabajo. 

 

- ¿Entonces? - escucho la voz de Phichit tras él. 

 

- ¿Qué pasa? - sonrió adivinado sus palabras. 

 

- ¿Ya tienes a quien le darás tus delicias de San Valentín?- pregunto sentándose. 

 

- Me las daré a mí mismo. - dijo haciendo lo mismo en un diván. 

 

- ¡Que aguafiestas eres! - dijo el moreno- ¿Que tal Abi? - pregunto. 

 

- ¿La chica que siempre viene a las seis? - pregunto acostándose. 

 

- Si, es muy mona y divertida, siempre pregunta por ti. - comento sonriendo juguetón. 

 

- No lo sé, ella es una secretaria y siempre anda muy elegante, no es mi tipo. - suspiro como si nada. 

 

- Sigues negándolo pero yo te conozco ¿Qué opinas de Dilan? - alzo una ceja. 

 

- Es un chico...- dijo Yuuri desviando sus ojos. 

 

- Pero esta bueno...- soltó una risita- ¿Por qué no lo aceptas? - pregunto apoyando su barbilla en la mesa. 

 

- Ya los sabes para que quieres oírlo. - dijo Yuuri acomodándose hacia un lado para verlo. 

 

- Porque también seria liberador para ti. - dijo ladeando la cabeza. 

   

- ¿Le vas a regalar algo a Seung? - cambio de tema. 

 

- No, dice que debe seguir lo que es normal y que lo nuestro no es más que una locura. - suspiro cabizbajo. 

 

- Él se lo pierde. - comento sonriendo. 

 

- Se pierde de mi sexi compañía y de mi amor ilimitado... Quizás debería buscar algo que este menos acomplejado que ese coreano. - puso sus codos en la mesa y apoyo la barbilla en las manos. 

 

- Puede llegar a tu vida un sensual rubio de ojos azules. - bromeo Yuuri mientras acomodaba boca arriba. 




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