Sabor Chocolate.

Ilusion.

Víktor  estaba en su oficina trabajando con normalidad, obviando por su puesto la enorme sonrisa que tenía dibujada en sus labios, se puso de pie y llevo la carpeta al librero para acomodarla mientras su mente divagaba por momentos pensando en aquel chico de la cafetería, la forma en que caminaba y su bonita sonrisa además de otros atributos que ya había notado desde un principio, lo único que lo hacía sentirse un poco mal era el hecho de que no lo recordara, pero hasta cierto punto lo entendía pues esa noche vio a muchas personas. Se quedo un momento parado frente al ventanal, contemplando la extensión de la ciudad y los grandes edificios que se alzaban en ella, sus pensamientos fueron interrumpidos por un toque suave y la puerta abriéndose. 

 

Víktor no tenía solo a Chris como su mejor amigo, también está un kazajo de 25 años, cabello y ojos oscuros contrastando con su piel blanca, estatura baja y de semblante serio. Otabek Altin era el director de marketing y mantenía una estrecha relación tanto profesional como de amistad con Víktor y Chris, siempre en sus trajes entallados y en su profesionalismo ocultaba muy bien quien realmente era, un amante de las motocicletas y que prefería chaqueta de cuero a saco y corbata. 

 

- Ya revisamos todo lo necesario en el piso y ya se puede lanzar. - dijo Otabek tomando asiento. 

 

- Bien, aquí está el permiso de aprobación para que lo lancen. - comento entregándole una carpeta. 

 

- Estuve revisando los precios de los servicios con Beka y mañana te los enviare por correo. - agrego Chris que también se había sentado. 

 

- Esta bien... sin preguntar nada y solo limítense a responder...- Víktor tomo asiento- ¿Que sería el primer regalo que le den a alguien que les gusta? - pregunto sin más. 

 

Ambos hombres se quedaron procesando las palabras por un momento ya que no estaban hablando de eso. 

 

- Un paseo en moto. - dijo Otabek encogiéndose de hombros. 

 

- Víktor maneja un BMW i8 en negro mate. - Chris lo vio. 

 

- Bueno un paseo, la idea es darle un paseo. - dijo Otabek sonriendo de lado. 

 

- Podrías mandarle un ramo de flores o unos chocolates para comenzar. - sugirió Chris. 

 

- Después móntalo en tu bestia y llévatelo de paseo...- Chris soltó una carcajada y Víktor alzo una ceja de forma sugestiva- ¡No me refiero a esa bestia, hablo del auto que tienes... 374 CV y que pasa de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos, es una verdadera fiera! - aclaro al ver la mente retorcida de ambos. 

 

- También puedes hacer que te monte y te lo llevas de paseo. - agrego Chris limpiándose una lagrima de tanta risa. 

 

- Eso sería en un futuro... pero ya hablando en serio ¿que podría regalarle? - pregunto volviendo a ponerse sereno. 

 

- Un ramo de flores sería un bonito detalle para comenzar, algo tierno y romántico. - respondió Chris. 

 

- Un ramo de rosas rojas haría caer a cualquiera. - dijo Otabek. 

 

- No es cualquiera... es la persona más encantadora que haya conocido. - los ojos azules dieron un brillo. 

 

Otabek y Chris solo se vieron a los ojos al notarlo, sabían que Víktor era renuente a buscar una pareja, pero en esos momentos les estaba pidiendo consejos. 

 

- ¿Podemos saber quién se ha ganado tu interés? - pregunto el rubio curioso. 

 

- Su nombre es Yuuri Katsuki, el hijo menor de la pareja dueña de la cafetería.- confeso sin ningún problema. 

 

Ambos se vieron por un momento y sonrieron, claro que iban a ayudar a Víktor para que conquistará al chico y así saliera un poco de su caparazón, se pusieron manos a la obra y convencieron al peli plata para comenzar con algo sencillo y no abrumar al chico con un regalo tan exagerado. 

 

Yuuri había pasado toda la mañana sonriendo de la nada, se ganó las miradas de todos sin embargo estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta de lo que pasaba a su alrededor, seguía recordando la hermosa sonrisa de Víktor, su asentó que en más de una ocasión le puso los pelos de punta y la voz tan masculina y seductora, físicamente parecía el hombre perfecto y sin duda alguna su forma tan fluida para llevar una conversación y su seguridad arrasadora habían dejado a Yuuri ilusionado, estuvo atendiendo en el almuerzo esperando verlo sin embargo no fue así, se imaginó por la forma en que vestía era algún ejecutivo o algo así, tal vez por la tarde podía verlo de nuevo. 

 

Phichit y Yurio se habían quedado en el mostrador conversando mientras los demás tomaban un descanso o ayudaban en la cocina, los clientes estaban conversando y todos ya habían cancelado por tanto valía el estar distraídos, la campanita sonó anunciando a un nuevo cliente, pero al verlo notaron que era un repartidor y que en manos traía un ramo de rosas. 

 

- Hola, busco a Yuuri Katsuki.- dijo viendo un tablero que llevaba. 

 

- En seguida lo llamo. - dijo Phichit viendo a Yurio. 

 

Entro a la cocina y saco al pelinegro casi a rastras ya que no le explico nada. 

 

- ¿Usted es Yuuri Katsuki?- pregunto el repartido. 

 

- Si ¿Por qué?- dijo extrañado. 

 

- Necesito que firme aquí constando que ha recibido el arreglo de rosas. - dijo sonriendo. 

 

- Yo no pedí un ramo de rosas. - dijo Yuuri totalmente confundido. 

 

- Pidieron que lo entregara en esta dirección, supongo que alguna admiradora se lo envía. - dijo sonriendo. 

 

Yuuri firmo y el chico le entrego el ramo, tres hermosas rosas bastante grandes adornadas con flores pequeñas de color blanco y envueltas en un papel negro y gris atado con un lazo rojo, el repartido se fue después de comprar una lata de soda y Phichit no tardo en sacarle fotos al ramo. 




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