Sabor Chocolate.

Sorpresa.

Siete de la noche y Yuutopia café está por cerrar, esta vez se habían quedado Yuuri, Phichit y Yurio a hacerlo ya que necesitaban compartir información con el japones y su regalo sorpresa que ya se había llevado su madre para ponerlas en agua. 

 

- Entonces ¿estas listo para oír quien es el señor Nikiforov?- pregunto Phichit limpiando la barra. 

 

- Habla de una vez, tú eres el más chismoso. - dijo Yurio comiendo unas tartas de mora que habían sobrado. 

 

- No soy chismoso, me gusta documentarme. - dijo excusándose. 

 

- Ya dime todo lo que sabes sobre ese hombre. - dijo Yuuri sonriendo. 

 

- Bueno ¿Conoces la torre azul? - Yuuri asintió- Pues ese hombre es el fundador de Nikiforov Enterprise Holdings Inc. ósea el señor millones más joven. - sonrió haciendo movimientos exagerados. 

 

- Y ahora con más seguridad pienso que se equivocó de persona. - dijo Yuuri limpiando la mesa. 

 

- No creo que se equivocara, más bien pienso que solo busca un pasatiempo. - agrego Yurio que estaba sentado sobre la barra. 

 

- ¡Pero que...- Phichit se cubrió el rostro- No le hagas caso, quizás flechaste su corazón!- aclaro viendo al rubio. 

 

- Es más creíble la teoría de la gata. - dijo Yuuri lanzando el trapo bajo la caja registradora. 

 

- Eres demasiado soñador, no es por ofenderte...- vio al japones- Pero siendo honestos alguien como ese calvo solo se fijaría en su igual, no en un repostero. - Yurio era quien pensaba las cosas de forma más fría. 

 

- Uno nunca sabe Yurio, quien quita y el amor de tu vida es un rico que de por casualidad entro a este pequeño local. - se encogió de hombros. 

 

La campanita del lugar sonó y Yurio bajo de la barra con un solo salto, ya eran casi las ocho y se supones que no tendrían por qué llegar clientes. 

 

- Lo siento señor, ya está cerrado. - dijo Yuuri con amabilidad. 

 

- Es una pena, me recomendaron mucho este lugar. - dijo el hombre fijando sus ojos en el rubio. 

 

- Hola...- detrás de él iba otro hombre que Phichit reconoció. 

 

- ¡Hay mi madre! - susurro retrocediendo. 

 

Víktor no tardo en entrar también y Yuuri se quedó frio al verlo con su radiante sonrisa. 

 

- Salimos demasiado tarde del trabajo ya está cerrado. - dijo Otabek. 

 

- Bueno era de esperar...- camino hacia adentro sin quitarle los ojos de encima a Yuuri- Me moría de ganas por otro pastel como el de la mañana, pero creo que será otro día. - sonrió sentándose en el taburete. 

 

Víktor tenía un abrigo sobre sus hombros y en las manos llevaba unos guantes negros, el conjunto entero lo hacían verse como una amenaza sensual para la cordura de quien fuera. 

 

- Mañana puede desayunar con uno. - dijo Yuuri nervioso. 

 

- ¿Ya cenaron? - hizo la pregunta en general. 

 

- No aun no...- respondió Yuuri- Pero ya estábamos cerrado y nos vamos a casa. - agrego tomando su maletín. 

 

- ¿Les gustaría acompañarnos a cenar? - pregunto Chris sonriente. 

 

Los tres se vieron por unos minutos y dudaron un poco sobre aceptar la invitación ya que no los conocían muy bien y no sabían sus intenciones. 

 

- No les vamos a hacer nada, solo es una invitación a cenar. - dijo Otabek viendo a Yurio. 

 

- Claro, porque no así poder probar el gas pimienta que ando en mi maletín.- respondió Yurio sin bajar la vista. 

 

Al final aceptaron y los hombres los esperaban afuera mientras apagaban todo, al salir Yuuri cerro todo muy bien y vio a Víktor quien estaba sonriendo, cada uno iba en su auto así que les toco ir solos. 

 

- Gracias por aceptar la invitación. - comento Víktor abriendo la puerta del auto. 

 

Yuuri estaba embobado por el auto, los había visto en una revista más nunca se imaginó llegar a subirse a uno de ellos, con algo de torpeza subió y sus nervios aumentaron, afuera impresionaba y adentro aún más, asientos de cuero negro y un tablero que parecía sacado de una película futurista, Víktor dio la vuelta y subió con una sonrisa en sus labios, tenía una idea de donde llevarlo y pasar una velada bonita para conocer al chico. 

 

- Puedo preguntar algo. - dijo Yuuri terminando de enviar un mensaje a sus padres. 

 

- Claro que si. - dijo Víktor encendiendo el auto. 

 

Yuuri se sorprendió por el rugido del motor ya antes que se pusiera en marcha abrocho su cinturón. 

 

- ¿Usted envío el ramo de rosas? - pregunto algo temeroso. 

 

- Si, pensé que te gustarían. - comento con la vista al frente. 

 

- Están hermosas y gracias por eso. - sonrió y volvió su vista al frente. 

 

Yuuri iba muy nervioso, su corazón latía con mucha rapidez mientras veía como los edificios pasaban con rapidez, no sabía a donde iban y sin duda no dejaba de verle de reojo pendiente a sus movimientos. 

 

- ¿Abrirás mañana tu? - pregunto Víktor rompiendo el silencio. 

 

- No, mañana tengo unas cosas que hacer y es posible que no esté en el café por la mañana. - comento Yuuri. 

 

- Es una pena, me hubiese gustado que me atendieras tu. - sus ojos cayeron sobre Yuuri cuando se detuvieron en el semáforo. 

 

- ¿Por qué yo? - soltó sin pensar.  

 

- Porque me gusta tu sonrisa. - la respuesta de Víktor lo hizo sonrojarse- Te ves como una fresa... Y ahora como un tomate. - escucho una risita cantarina. 

 

Llegaron a un restaurante y Chris ya estaba ahí junto con Phichit quien tenía una cara de espanto muy notable. 

 

- ¿Estas bien? - pregunto Yuuri preocupado. 

 




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