Ese día sábado Yuuri había ido a estudiar, todo le salió mal y se le quemo el platillo que estaban preparando, no fue el único al que le paso eso sin embargo fue decepcionante para el, se sentía deprimido pues le estaba poniendo mucho empeño a las clases, para despejarse un poco decidió ir un rato al parque Kerry, el cual tenía una bellísima vista de Seattle y eso podría ayudarlo a despejar su mente por un rato, le había escrito a Víktor preguntándole como estaba pero a esas horas aun no tenía respuesta, eran cerca de las dos cuando llego y solo se fue a sentar en una banca a la sombra de un árbol contemplando la vista.
Sus padres estaban en la cafetería y sabía que ese fin de semana le tocaba a él y Phichit descansar, dio un suspiro viendo a las personas pasar y escuchaba la risa de los niños a la distancia divirtiéndose en los juegos, teniendo su vista en la ciudad vio a un caniche caer a sus pies, el can se había tropezado con la cuneta por ir corriendo, sonrió y estiro su mano consiguiendo que el can moviera la cola feliz.
- ¡Makkachin!- escucho una voz conocida.
- Víktor.- sonrió feliz al verlo.
- ¡Cariño que sorpresa! - dijo sentándose en la banca.
Víktor iba casi sin aliento ya que iba persiguiendo a su caniche juguetón quien se había soltado de su correa.
- ¿Quieres un poco de agua? - pregunto al verlo en ese estado.
- Por favor. - dijo mientras se limpiaba el sudor.
Yuuri le paso su botella, mientras Víktor bebía el agua noto la forma en que iba vestido, camiseta negra de algodón, pantalón jeans y zapatos informales no aptos para correr definitivamente, si con traje enamoraba con ropa informa bajaba bragas.
- ¿Es tuyo? - pregunto acariciando al perrito quien luchaba por subir a su regazo.
- Si, siete meses y es un revoltoso desobediente. - regaño viendo al caniche que solo levanto su patita en el regazo de Yuuri.
- Es una lindura. - comento dándole un abrazo.
- Mas lindura eres tú y no me dejas abrazarte. - dijo Víktor acariciándole la mejilla.
- No me lo das porque no quieres. - comento el pelinegro sonriendo.
En los labios de mayor se formó un corazón y el del menor se derritió ante eso, acepto el abrazo con gusto y se pegó más al peli plata, makkachin los interrumpió chillando por atención también y ambos rieron.
- ¿Que te trae al parque? Alguna cita...- Víktor lo vio entre cerrando sus ojos.
- Si fuera así estuviera nervioso. - dijo dando palmaditas en el muslo de Víktor.
- Es verdad, pero uno nunca sabe. - paso su brazo tras los hombros del menor y se ganó que este se acurrucara más a su lado.
- ¿Sigues dudando? - pregunto sonriendo mientras lo veía.
- No volveré a dudar si me das un beso. - comento Víktor malicioso.
Makkachin encontró muy cómodos los muslos de Yuuri y se acomodó en ellos para dar una siesta mientras esperaba a que su amo terminara de hacer lo que fuera que hacía.
- Eso es chantaje. - respondió Yuuri soltando una risita.
- Que me arresten, pero quiero un beso de tu parte. - dijo mientras le daba pequeñas caricias en el brazo.
- Bueno. - Yuuri le dio un beso en la mejilla.
Vio a Víktor hacer un puchero y no pudo contener una carcajada, el mayor no insistió más y rió también.
- Eres malo...- lo vio encogerse de hombros- Dime que te trajo este día aquí. - dijo mientras mantenía la posición.
- Nada, solo tenía ganas de despejar mi mente un rato. - bajo su vista.
- A mí no me engañas linduras, vamos dime que te paso. - le dio una caricia en la mejilla.
- Incendie la cocina de la academia. - soltó un suspiro triste.
- ¿Como paso? - lo vio sorprendido.
- Es que le di mucho fuego y al final se me pegaron las verduras, casi se encienden las alarmas contra incendio porque no fui el único. - hizo un puchero demasiado adorable.
- Cariño eso a cualquiera le puede pasar. - dijo Víktor aguantando la risa.
- Si, pero es frustrante... Porque yo me estoy esforzando mucho para aprender. - se le comenzó a quebrar la voz.
- Escucha...- lo pego más a su cuerpo- No todo te va a salir perfecto desde la primera vez, recuerda que estas aprendiendo y eso significa que es momento de pruebas y errores. - dijo mientras le daba un beso en la frente.
- Me sentí como un tonto. - se limpió las mejillas de unas lágrimas traicioneras.
Víktor pudo ver una faceta más de Yuuri, era bastante sensible he inseguro debajo de esa sonrisa dulce, estaba más que fascinado de poder conocer esa parte vulnerable del menor.
- No fuiste el único al que se le quemo, sigue practicando y veras que pronto lo vas a conseguir. - sonrió ayudándole a secar las lágrimas.
- Si es que no quemo la cocina de mis padres antes. - suspiro mientras sonreía.
- Si gustas puedes practicar en mi cocina. - le guiño un ojo.
- ¿Y si la quemo? - pregunto viéndolo mientras ponía su mano contra el fornido pecho.
- La apagaremos y volverás a intentarlo...- sonrió tomando la mano y dándole un beso- ¿Vas a tener que pagar algo por el incidente? - pregunto curioso.
- No, la olla era mía y la tuve que tirar a la basura. - se encogió de hombros.
- Vamos por una nueva. - dijo el mayor.
- No, de mi próximo pago sí. - sonrió y se acomodó mejor.
- La iba a pagar yo. - dijo Víktor viendo como Yuuri volteaba a verlo con rapidez.