Sabor Chocolate.

Yate.

Yuuri se vio tentado a picar un poco de variedad de alimentos que había en la mesa, un poquito de esto y de aquello hasta que su plato quedo lleno, Víktor estaba como en su casa y lo vio ir a un bar que tenía ahí para tomar una botella. 

 

- Vamos a tomar un poco. - dijo mientras la abría. 

   

- No gracias, mi cuerpo no tolera muy bien el alcohol. - dijo Yuuri comiendo. 

 

- Descuida es champaña y no tiene mucho alcohol. - sirvió en la copa y se la dio. 

 

Yuuri desconfiaba mucho del licor, no quería embriagarse y montar un espectáculo en el yate de Víktor con él a bordo, era un sabor dulce y no se le sentía para nada que tuviera alcohol, casi podía llegar a ser una sidra, se quedaron conversando mientras comían y se podía sentir el movimiento del yate sobre el agua, por la ventana Yuuri pudo ver la luna llena que había esa noche y como iluminaba todo el lugar. 

 

- Es increíble... me siento casi en un sueño. - comento mordiendo un pedazo de zanahoria con aderezo.  

 

- ¿Nunca habías estado en el mar por la noche? - pregunto Víktor sonriendo. 

 

- No, tampoco había estado en un yate. - era dificil ocultar su asombro. 

 

- Si gustas puede ir a explorar. - comento el mayor. 

 

- ¿Me darás un recorrido por tu hermosa embarcación? - pregunto divertido. 

 

- Si gustas que te acompañe iremos después de cenar. - los ojos cobrizos brillaron con emoción. 

 

Comieron tranquilamente y después Víktor lo llevo afuera para que viera el mar iluminado por la luna, subieron hasta la cabina de mando y el peliplata lo dejo manejar el yate por un momento alejándose más de la costa, con ellos iban cuatro personas más, el hombre que los recibió al principio, el capitán que manejaba el yate y dos señoras de la cocina. 

 

- ¿Sabes manejarlo? - pregunto Yuuri al ser guiado por Víktor en un momento. 

 

- Si, me encanta el mar, así como el cielo y tengo mis caprichos para disfrutar de ambos. - respondió sonriendo. 

 

Lo llevo de nuevo adentro y le mostró todo el interior, lo que más deslumbro a Yuuri fue la cocina por lo elegante y lujosa que era, una sala para ver televisión muy cómodos y una habitación en el fondo, en un momento que el mayor se fue Yuuri aprovecho para saltar a la cama mientras sonreía, era tan cómoda que casi al instante cerro los ojos casi quedándose dormido ahí mismo. Había sido un día muy largo y lleno de emociones, sin mencionar que estaba cansado por los paseos que dio con el peli plata y la champaña si tenía alcohol, se confío por no haberlo sentido y se pasó de tragos, entre sueños pudo sentir como la cama se hundía y un peso se ponía a horcajadas sobre su cuerpo, recibió un beso que lo hizo salir de su sueño y ver la realidad, Víktor le estaba besando y estaba sobre el sosteniendo parte del peso con sus brazos. 

 

- ¿Qué haces? - pregunto un tanto asustado. 

 

- Nada malo, solo déjate llevar un poco. - comento mientras volvía a sus labios. 

 

No tenía fuerzas para apartarlo y el licor lo tenía cooperando con facilidad a los besos del mayor, besos que ya estaban fuera de tono y solo le provocaban deseos insanos, puso sus manos en el abdomen del mayor cuando este libero sus labios y fue guiando los besos hasta su cuello donde un escalofrío que le puso los pelos de punta, una de las zonas más sensibles de su cuerpo y Víktor lo sabía muy bien, desde aquella noche que lo asusto y tomo ese detalle a su ventaja para poder escuchar un jadeo tímido. 

   

- ¿Se siente bien? - pregunto posando su mano izquierda en la cadera del menor. 

 

- Eres malicioso...- soltó otro jadeo al sentir la mano ajena deslizarse bajo su camisa. 

 

- ¿Lo soy? - le vio a los ojos y sonrió. 

 

Esa imagen jamás se iba a borrar de sus recuerdos, Yuuri sonrojado, sus ojos brillando y con los lentes torcidos reflejando una inocencia la cual pensaba que el chico no tenia, le quito los lentes y los dejo sobre la mesita junto a la cama, volvió a deslizar su mano bajo la camisa y sintió como su abdomen se contraía por el cosquilleo. No tenía planeado avanzar más allá de besos subidos de tono y aprovechándose de que Yuuri estaba dócil una que otra caricia a su suave piel, una vez más unieron sus labios en un beso apasionado y al cortarlo el mayor regreso a su cuello, saco su mano y con cuidado saco una de las piernas del chico de debajo de su cuerpo para acomodarla a su costado, saco la otra quedado entre ellas y notando que Yuuri estaba excitado igual que él, no pudo contener una sonrisa y siguió con su juego hasta que el menor se quedó dormido gracias al cansancio y al alcohol. 

 

Yuuri no recordaba en qué momento se había quedado dormido, pero como cada mañana abrió los ojos y se estiro en la cama acostumbrando sus ojos al brillante sol, giro su rostro y pego un brinco en la cama al ver los ojos brillantes del mayor con una sonrisa oculta en parte por la almohada que abrazaba, no tenía camisa y por inercia se cubrió avergonzado de mostrar su desnudez. 

 

- Anoche no te cubriste para nada. - dijo sonriendo viendo como el chico se ponía como un tomate. 

 

- ¿Que paso? - pregunto asustado. 

 

Recordaba los besos y las caricias, pero no sabía si había pasado algo más entre ellos. 

 

- Te desvestí para que pudieras dormir más cómodo, te quedaste dormido mientras nos besábamos.- dijo dándose la vuelta y metiendo su brazo bajo su cabeza mientras cerraba los ojos. 

 

A Yuuri casi le llega la mandíbula a la cama con el espectáculo que Víktor le estaba dando, no tenía camisa y viendo bien seguramente no tenía ropa interior tampoco, la sabana cubría justo lo necesario para no provocarle un infarto, le picaba la curiosidad por tocar los abdominales y saber si eran así de duros como se veían, el bello gris que iba de su ombligo hasta más abajo y la V marcada en su cadera, la definición perfecta del fruto prohibido pensó Yuuri. 




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