Sabor Chocolate.

Al rescate.

Víktor llego a la casa de sus padres, unas buenas inversiones habían hecho que Alexel y Annia Nikiforov ganaran mucho dinero y tuvieran una bonita casa sin necesidad de preocuparse de nada, el peli plata comprendía que con el tiempo su matrimonio se haya desmejorado y estaba consciente de que en algún momento ellos se iban a divorciar y cada uno tomaría su rumbo, él ya era un adulto por tanto no iba a sufrir mucho la separación, lo que no se esperaba era que su padre llevara a su nueva pareja a la cena y su madre hizo lo mismo por acuerdo mutuo. 

 

- Vitya, quiero presentarte a Samanta, mi novia.- señalo a la mujer unos veinte años menor que él. 

 

- ¿Mamá lo sabe?- cuestiono viendo a su padre. 

 

- Claro que si, por eso yo quiero presentarte a Tommas.- al pobre Víktor casi se le cae la cara por la vergüenza ajena.    

 

Sus padres buscaron a parejas más jóvenes, no estaba del todo mal sin embargo el hecho de convivir una noche juntos fue algo demasiado para digerir. Samanta tenía una hija de dieciocho que también estaba en la cena y que de inmediato le sonrió a Víktor con coquetería, el peliplata tenía ganas de irse, pero decidió quedarse y complacer a sus padres. 

 

- ¿Que tal los negocios Víktor?- pregunto Tom. 

 

- Bien, con todo funcionando.- dijo mientras comía.  

 

- Escuche que eres el fundador de la torre azul.- dijo Samanta. 

 

- Si.- daba respuestas cortas y concretas. 

 

- Podrías darle un puesto a mi hija en tu empresa, después de todo vamos a ser familia.- se le revolvió el estómago con aquel comentario. 

 

- Cada mes se contratan pasantes.- dijo Víktor bebiéndose el vino de un trago. 

 

- Yo pensaba de un puesto de importancia, como tu secretaria o asistente.- comento sonriendo con algo de malicia. 

 

- Tengo dos secretarias y no necesito una asistente.- comento viendo a la chica. 

 

La tenía frente a él y bajo la mesa ella había cruzado la pierna solo para estar moviéndola y rozando su rodilla. 

 

- Podrías despedir a una de ellas para contratar a Agatha.- comento su padre. 

 

- No voy a romper la estabilidad de mi oficina.- dijo Víktor viéndolo. 

 

- Pero yo te seria de mucha utilidad.- dijo la chica sonriendo. 

 

Víktor alejo la silla y se colocó un poco de lado cortando por completo aquel contacto, la cena avanzo cada vez más incomoda y el punto de quiebre fue cuando Tom comenzó a hacer comentarios del tipo homofóbico, sus padres le siguieron los comentarios a sabiendas de la opinión y gusto de su hijo. 

 

- ¡Me voy!- se limpió la boca y dejo el plato a medias. 

 

- ¿A dónde vas?- pregunto su madre. 

 

- A mi casa.- se puso de pie. 

 

- ¿Por qué te enojas Víktor?- pregunto Tom. 

 

No respondió y simplemente se fue de casa, no sabía en qué momento sus padres pensaron que sería buena idea todo eso, no sabía si era por molestarse entre ellos mismo o de verdad veían eso normal, mientras conducía vio por la pantalla del auto la llamada de Yuuri y la respondió dejándolo en alta voz.   

 

- ¿Como estas cariño?- pregunto tratando de disimular su amargura. 

 

- No muy bien... Vitya no me siento bien.- dijo Yuuri con la voz cansada. 

 

- Iré por ti ¿dónde estas?- el menor le dijo la dirección y no estaba tan lejos. 

 

Yuuri se había quedado sentado en el borde de una fuente que estaba en medio del estacionamiento del lugar, se sentía acalorado y muy mareado, solo se le había ocurrido llamar a Víktor para pedir ayuda sin saber si este iba a responder o no, pero para su suerte lo hizo y estaba cerca. Mientras esperaba vio que alguien se acercaba a él y solo rezo porque pasara de largo, pero no fue así y era Dylan acompañado de otros dos. 

 

- ¿Qué haces aquí tu solo?- pregunto sonriendo y sentándose a su lado. 

 

- Mi novio fue por el auto.- mintió por seguridad ya que no le daba buena espina. 

 

- Te haré compañía entonces para que no estés tan solo.- puso su mano en el muslo del chico y este se la quito de inmediato. 

 

- No hace falta, mi novio es celoso.- se alejó del castaño. 

 

- ¿Es celoso o es imaginario?- pregunto uno de los hombres que lo acompañaba. 

 

- Por favor váyanse y no me molesten.- dijo serio. 

 

Su cuerpo temblaba y no era por frio ya que estaba sudando, solo quería que Víktor llegara pronto y lo sacara de ese lugar. 

 

- Deja que te ayudemos, te vez muy mal.- Dylan subió su mano por el muslo de Yuuri. 

 

- ¡No te atrevas a tocarme o te rompo la cara!- se puso de pie enojado. 

 

Tambaleó un poco, pero intento quedarse firme y no parecer débil. 

 

- No creo que puedas hacer nada lindura.- otro sonrió de forma lasciva. 

 

- Si no se las rompe él, se las romperé yo.- dijo Víktor tomando al chico de la cintura.  

 

- Tres contra uno amigo, mejor lárgate.- se separaron de forma amenazante. 

 

- Que casualidad, las cosas se acaban de emparejar.- dijo Otabek junto a Chris. 

 

El trío solo dijo unas cosas por lo bajo y se fueron sin hacer el asunto más grande. 

 

- Estuvimos buscando a Yuuri adentro.- dijo Chris al verlo abrazado al peli plata. 

 

- ¿Te sientes bien Yuuri?- pregunto Mila. 

 

- S-si... solo quiero ir a casa.- comento abrazando más al mayor. 

 

Víktor le quito los lentes y por un momento Yuuri quedo segado con una luz brillante, el mayor se lo llevo al auto y lo ayudo a subir, vio a Víktor hablando con sus amigos y después volteo a verlo y dio un suspiro, el chico pensó que Víktor estaría decepcionado de él o quizás molesto por lo que había pasado. 




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