Sabor Chocolate.

Obsequio.

Víktor estaba emocionado porque le había pedido a Yuuri que fuera a su empresa ya que quería darle algo especial, cada vez le era más difícil mantener sus manos quietas con el menor, Yuuri ya no le tenía temor y sus toques eran cada vez más atrevidos, había preparado un pequeño regalo para su amado pues solo le quedaba una semana para terminar el curso de cocina. 

 

Estaba revisando unas gráficas mientras esperaba con ansias a que Yuuri llegara, en eso recibió la llamada de una de sus secretarias para decirle que su padre quería verlo, esa visita era sorpresiva ya que no solían ir hasta ahí, le dijo que podía entrar y cuando la puerta se abrió su sonrisa se le borro del rostro pues no iba solo. 

 

- Hola Víktor.- sonrió y entro seguido de su novia y la hija de este. 

 

- Hola papá ¿A qué debo tu visita?- se reclino sobre el asiento. 

 

- Quería hablar contigo, pedirte un favor en especifico.- se sentó frente al peli plata al igual que Samanta. 

 

Le dio molestia ver a Agatha paseando por su oficina y tocando todas sus cosas, la vio acercarse al escritorio dispuesta a tocar la caja de color negro que tenía sobre el escritorio y que solo Yuuri podía tocar. 

 

- Preferiría que no lo hagas.- dijo poniendo su mano sobre la caja y acercándola a él. 

 

- Solo es curiosa.- dijo Samanta. 

 

- Las cosas en mi oficina no se tocan, las tengo así y así se deben de quedar.- respondió de forma seria. 

 

- Víktor quiero que le des un trabajo a Agatha.- dijo Alexel. 

 

- Puede llenar una pasantía en recepción de la primera plata y ahí esperar a que la llamen.- Víktor volvió su atención a los documentos. 

 

- Puedes tenerla directamente contigo.- dijo Samanta. 

 

- No, si necesito a alguien ya tengo uno.- vio su celular y se puso de pie. 

 

- Mi hija es muy buena en muchas cosas y estoy segura que te siria de ayuda cuando estés estresado.- cruzo una de sus piernas y sonrió de forma maliciosa. 

 

- Gracias y por favor retírense, tengo una reunión importante y está por llegar.- se desabrochó el saco. 

 

- ¿A quién esperas?- pregunto Alexel. 

 

- A mi prometido, si no les importa por favor.- señalo la puerta. 

 

Yuuri termino sus clases temprano, sabía que tenía que ir a la torre azul y estaba un poco nervioso por hacerlo, les dijo a sus padres que faltaría ese día entero al trabajo ya que tenía que preparar una receta para su examen, llego al enorme edificio y se sintió intimidado, se acercó al guardia de seguridad y le dio su nombre. Le había mandado un mensaje a Víktor unos minutos antes de llegar y el guardia lo dejo pasar pues ya sabía quién era, todo el movimiento adentro le dio un poco de gracia, ya que se veían como un montón de hormigas caminando para todos lados, mientras iba en el elevador vio a unas personas subir, sintió la mirada sobre él y cuando la busco vio a un chico rubio alto quien le sonrió, durante todo el rato Yuuri mantuvo su vista al frente hasta que el chico bajo. 

 

Llego al último piso y bajo, Monic lo recibió con una sonrisa amable y le dije que lo estaban esperando, abrió la puerta confiado de que estaba solo y se llevó una sorpresa. 

 

- Hola cariño.- sonrió y fue hasta el para darle un abrazo. 

 

- ¿Estas ocupado?- cuestiono preocupado. 

 

- No, estaba hablando con mi padre y ahora que estas aquí te lo presento.- lo tomo por la cintura y lo llevo hasta el hombre. 

 

- Hola, mucho gusto.- le extendió la mano para saludarlo. 

 

- El gusto es mío y no sabía que tuvieras una pareja.- dijo Alexel. 

 

- Planeaba contarles sobre Yuuri el día de la cena, pero...- se encogió de hombros. 

 

Mientras padre e hijo hablaban Yuuri se dio cuenta que era observado con desdén, de forma discreta observo a las dos mujeres y se percató que era la chiquilla quien le veía de esa forma, puso su mano en la espalda baja del mayor y con mucha discreción fue bajándola hasta su trasero, el toque tan atrevido y repentino tomo a Víktor por sorpresa, pero solo aumento su sonrisa. 

 

- Bien, nos vamos.- dijo el hombre. 

 

Se despidió de su hijo y de Yuuri con una sonrisa, las mujeres solo se despidieron de Víktor quien las ignoro ocupando su concentración en comerse los labios de amado, escucho la puerta cerrarse y tomo al menor de los muslos para subirlo al escritorio. 

 

- Te amo cosita hermosa.- susurro el peli plata contra sus labios. 

 

- Yo también te amo.- Yuuri sonrió. 

 

- Tengo un regalo para ti.- quiso alejarse, pero Yuuri enredo sus piernas para evitarlo. 

 

- Pero no estas envuelto en papel.- le acaricio el pecho. 

 

- No soy tu regalo, pero si quieres puedo entregarme a ti.- le apretó los glúteos. 

 

- Por momentos tus ojos me dan miedo.- sonrió divertido. 

 

- No te haré nada, pero si quiero darte un regalo.- logro alejarse. 

 

- Es una pena, yo que quería darte todo de mi.- se bajó del escritorio. 

 

- En ese caso...- Víktor se quitó el saco. 

 

Yuuri corrió al rededor del escritorio intentando escapar de los brazos de Víktor pero al final fue atrapado y comido a besos, cuando el ataque de mimos termino el peli plata le mostró la caja negra que tenía para él, Yuuri la abrió con curiosidad y se quedó sorprendido, dentro de la caja había otra más pequeña que tenía un reloj y a su lado un brazalete de recambio, alrededor de esa cajita unas hermosas rosas de un rojo brillante. 

 

- Víktor no... no puedo aceptarlo.- dijo cerrando la caja. 

 

- ¿No te gusto?- pregunto preocupado. 




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