Yuuri tenía las piernas sobre los apoya brazos del sillón mientras Víktor seguía devorando su miembro con mucho esmero, la sensación era la gloria misma para el pelinegro y sus ganas de correrse eran cada vez más grandes, jamás pensó estar expuesto de esa manera ante un hombre y menos que este lamiera sus bolas con tanto descaro, ahogo un gemido al sentir como un dedo se abría paso en su interior, al principio fue molesto pero entre más entraba y salía su cuerpo se iba acostumbrando más hasta que pudo recibir un segundo y un tercero, que sin darse cuenta Víktor había dejado de hacerle sexo oral y estaba hincado frente a él embistiéndolo con sus dedos.
Segunda imagen que se grabaría a fuego en la mente de Víktor, Yuuri con el rostro sonrojado, sus ojos llorosos y un hilito de saliva deslizándose por la comisura de su labio, la imagen más erótica que había podido ver en alguien y lo único que casi lo hace correrse dentro de sus pantalones, volvió a sentarse sobre sus pantorrillas mientras embestía el cuerpo ajeno y se tomó la libertar de dejar unas marcas en la cara interna de los muslos, escuchando a Yuuri derretido en gemidos y temblores.
- ¡Víktor, ya no puedo mas!- jadeo desesperado.
- ¿Me dejas hacerlo?- pregunto sacando sus dedos y rozando su pene contra la entrada.
- Se gentil...- Yuuri llevo sus manos a los glúteos y los separo.
- No te puedo prometer nada.- lo embistió.
Estaba dilatado, pero tres dedos no se comparaban a su grosor ni longitud, Yuuri cerró los ojos con fuerza y se mordió el labio inferior, con esa embestida pensó que ya estaba toda dentro, pero se asustó cuando Víktor siguió empujando, sus ojos se juntaron de forma involuntaria mientras sentía como iba entrando más en su cuerpo.
- ¿Cuánto mide?- pregunto Yuuri con sus ojos desorbitados.
- Adivínalo por tu cuenta.- dijo riendo y lo saco.
- Me vas a matar...- chillo volviendo a tirar su cabeza hacia atrás.
- De placer nada más. - lo volvió a meter hasta el fondo de una sola embestida.
Yuuri no podía creer que su cuerpo se fuera amoldando a aquella monstruosidad que revolvía sus entrañas, apretó su piel sintiendo que las embestidas iban en aumento. Víktor estaba encantado con que Yuuri fuera tan flexible y que en esa posición fuera mucho más fácil penetrarlo, paso su pulgar por una de las marcas rojizas que posiblemente le durarían un par de semanas, llevo su derecha hasta el pene de Yuuri, pequeño pero perfecto para su boca y para su mano que comenzó a masturbarlo, Yuuri no era más que un montón de gemidos he incoherencias.
- ¿Te encuentras bien?- pregunto al ver que un par de lágrimas rodaban por su mejilla.
- ¡Quiero más!- alcanzo a decir entre sus gemidos.
- Es tu primera vez, no podemos hacerlo a lo bestia o te voy a lastimar.- comento preocupado.
- ¡Yo quiero más!- lo tomo de las mejillas y lo jalo hacia él.
Un beso desesperado y con el cual no tuvo vergüenza de examinar por completo la cavidad ajena, Víktor sabía que se iba a arrepentir el día siguiente, pero a quien quería engañar si el mismo deseaba hacerlo más fuerte, metió sus manos bajo la cintura de Yuuri y lo levanto pues le dolían las rodillas con el duro suelo, se quedó de pie en la sala embistiéndolo con facilidad ya que no sentía que el chico pesara mucho, al no poder más bajo a Yuuri y se sentó en el sillón.
- Date la vuelta y siéntate sobre mi.- dijo mientras veía como Yuuri se quitaba la bata.
- ¿Así?- pregunto mientras se penetraba solo.
- Vamos, da pequeños saltitos sobre mi... como un lindo conejito.- sonrió y lo ayudo un poco.
Cuando Yuuri ya había tomado el ritmo lo dejo continuar solo, el chico se impulsaba con sus piernas mientras se equilibraba con sus manos sobre los muslos del mayor, la película era opacada por los gemidos y gruñidos de ambos amantes, las pieles chocando ente si y el chapoteo los tenían perdidos en su mundo, Yuuri aún no se corría así que decidió hacer algo más extremo, lo tomo de los muslos y volvió a levantarlo dejándolo en cuatro sobre la mesita de madera que estaba en medio de la sala, ahí dejo la delicadeza aun lado y comenzó a embestirlo con fuerza, ya no eran golpecitos en la piel, eran aplausos de concierto y gritos de carnaval.
- ¿Puedo llenarte o me corro en tu espalda?- pregunto maliciosos.
- No... no... agh...no...- fue lo único que pudo salir de la boca de Yuuri.
Las embestidas no lo dejaban hablar con claridad y mucho menos pensar de forma racional.
- ¿No que cariño?- volvió a preguntar y esta vez con burla embistiendo más rápido.
- ¡Adentro!- grito Yuuri.
El pene de Víktor se vio apresado por los músculos internos del menor, estaba al borde del orgasmo y la forma en que era apretado no le ayudaba mucho, aguanto un poco más hasta que logro que Yuuri se corriera primero ahogando sus gemidos contra la madera, después fue su torno llenando aquel canal que no dejaba de sufrir espasmos.
- Espero que mañana no me culpes por lo que te pase.- dijo Víktor respirando agitado.
- Eso será del Yuuri de mañana.- dijo con la respiración igual de agitada.
Salió del interior de Yuuri y lo escucho quejarse, la pequeña entrada estaba maltratada y tenía unos hilos de sangre mezclados con el semen, cosa normal ya que había destrozado la florecita de Yuuri sin mucho cuidado que se diga.
- Espero que puedas resistir una segunda ronda.- dijo Víktor de forma burlona.
- Con gusto, pero en un lugar que no hayan espectadores.- dijo Yuuri señalando a un lado.