Sabor Chocolate.

Afianzado.

Después de un fin de semana muy ocupado la relación de ambos iba viento en popa, Yuuri había comenzado a pensar la idea de mudarse con Víktor a su casa pues ya pasaba más tiempo ahí que con sus padres, el mayor solía desayunar diariamente en la cafetería y por las tardes pasaba a recogerlo. Esa mañana no fue la excepción, aunque el menor no pudo comer con él las miradas y sonrisas no se detenían, Yuuri estaba cubriendo a Yurio ya que el rubio no se encontraba del todo bien, cojeaba un poco y cuando le preguntaron dijo que se había torcido el tobillo, sin embargo, la pareja sospechaba que esa caída no afecto su tobillo si no otra cosa. 

 

- ¿Vas a pasar por mí?- pregunto Yuuri cuando el mayor se puso de pie. 

 

- Sabes que si.- sonrió feliz. 

 

- Ustedes ya deberían vivir juntos.- dijo Mari. 

 

- Yuuri se niega a ir.- comento Víktor. 

 

- No es que me niegue, no le he dicho a mis padres.- Yuuri se sonrojo un poco. 

 

- Si gustas te puedo hacer las maletas.- Hiroko comento en broma saliendo de la cocina. 

 

- Ya no te quieren en casa cerdito.- Yurio se burló. 

 

- Claro que lo queremos en casa, pero si quiere hacer su vida aparte también lo apoyamos.- Toshiya salió con una bandeja de postres. 

 

- Además pasa más tiempo con Víktor que en casa.- agrego Mari. 

 

- ¿Qué tal si voy por ti el sábado?- pregunto el peliplata sonriendo. 

 

- E-está bien...- dijo Yuuri entre emocionado y sorprendido. 

 

Siguió con sus labores y se ponía más nervioso viendo como los días pasaban de rápido, toda la semana la paso arreglando sus maletas y poniendo todo lo que se iba a llevar en cajas de cartón, Víktor le dijo que no llevara mucha ropa ya que con el tiempo que se quedaba en su casa le había ido comprando diferentes prendas, era gracioso ver como a Yuuri ya no le incomodaba tanto que Víktor pagara algunas de sus cosas, la confianza se fue afianzando mucho más con esa convivencia juntos. 

 

El sábado se llegó y Víktor no fue en su típico auto, esta vez llevaba una camioneta tipo familiar, Yuuri sabía que la tenía pero nunca lo había visto usarla, sus padres ayudaron a subir las cajas y Yuuri se estaba aguantando las lágrimas. 

 

- Me vas a hacer falta cerdito.- dijo Mari abrazándolo. 

 

- A mí también Mari.- sonrió y después abrazo a sus padres. 

 

- Cuida mucho a Yuuri.- dijo Toshiya abrazando al peli plata. 

 

- Lo cuidare como la joya más valiosa del mundo.- Víktor sonrió y le dio un beso en la frente al menor. 

 

Mientras iban en la carretera Yuuri no pudo contener una lagrima que se deslizo por su mejilla, era difícil dejar a sus padres por muy enamorado que estuviera del peli plata. 

 

- Si no querías yo te iba a entender.- dijo Víktor tomándolo de la mano. 

 

- No, no es eso... casi veinte años con ellos...- sonrió con tristeza. 

 

- Podemos visitarlos seguido.- le dio un beso en el dorso de la mano. 

 

- ¿A dónde vamos?- pregunto al ver que Víktor se desviaba. 

 

- Hay que surtir la casa, hoy las compras las harás tu. - se estacionó frente al supermercado. 

 

- ¿Y qué compro?- ambos bajaron. 

 

- Lo que creas conveniente para nosotros, lo que nos haga falta en el hogar.- paso su brazo por los hombros del menor. 

 

Yuuri solo sonrió divertido, una tan sola vez lo acompaño a hacer las compras, esta vez era Víktor quien llevaba la carretilla y Yuuri iba al frente pensando en lo que llevarían, el peli plata no podía disimular su sonrisa de verlo tan concentrado haciendo las compras para ambos, por fin vivirían juntos y su casa ya no se sentiría tan solitaria los fines de semana que pasaba ahí cuando estaba soltero, fueron a la caja a pagar y mientras lo hacían Yuuri sentía su estomago revuelto por la emoción, una nueva etapa en su joven vida y estaba dispuesto a asumir todas las responsabilidades. 

 

- ¿Puedo cubrir tus ojos?- pregunto el peli plata. 

 

- ¿Para qué?- Yuuri lo vio raro. 

 

- Tengo una sorpresa para ti y pensé en que sería mejor si te cubro los ojos.- le mostró la corbata.  

 

Yuuri se dejó, después de todo estaba seguro que Víktor sería incapaz de lastimarlo o hacerle algo que no quisiera, el peli plata lo cargo para que no se fuera a caer en las gradas, Yuuri iba escuchando todo con atención y al abrir las puertas sonrió sintiéndose ansioso, el mayor lo bajo y le quito la venda, lo primero que sus ojos vieron fue el enorme cartel de "Bienvenido" y después vio a todos sus amigos sonriendo como si nada. Víktor no quería que la transición fuera tan simple así que planeo una fiesta con todos para que la pasaran bien, Yuuri estaba feliz y de verdad no se lo esperaba pues hasta sus padres estaban ahí, el mayor invito a los suyos y les dijo que solo podían ir ellos sin sus parejas. 

 

Una parrillada en el jardín, buena música y muchas risas de todos, makkachin le robo una brocheta a Yurio quien la había descuidado por estar perdido en los mismos de Otabek, el rubio siguió al caniche por todos lados queriendo hacerle cosquillas y no le dio alcance, Yuuri no dejaba de reír como loco ante todas las monerías que pasaron ese día. Al terminar toda la fiesta quedaban las cajas con las cosas del chico que ya las podrían arreglar el día siguiente. 

 

- Víktor...- llamo Yuuri jugando con las burbujas de la tina- Eres el mejor novio del mundo.- se recostó en su pecho de nuevo. 

 

- Lo mismo debería decirte yo a ti.- sonrió abrazándolo. 

 

- Me siento feliz de haberte conocido y de que me ames tanto como yo a ti.- se acomodó de lado para poder besarlo. 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.